Voces del Periodista Diario

Mujeres de metal, vigilan en colorido silencio de Pino Suárez

Por Mariángel Calderón

MÉXICO (Notimex) 01 de junio de 2018.- Ellas nunca tienen ni frío ni calor, tampoco se quejan de las inclemencias del tiempo y cada noche esperan pacientemente a que alguien las mire, se trata de casi 300 mujeres que resguardan las frías cortinas de metal de las calles de 20 de Noviembre y Pino Suárez, en el centro histórico.

Son mujeres que desde hace poco más de año y medio nacieron a partir de alrededor de siete mil latas de pintura y constantes insomnios por parte de unos 70 artistas que les dieron vida, quienes comenzaban los primeros trazos alrededor de las 21:00 horas para concluirlos cerca de las tres de la mañana, eso, en una primera etapa, comentó Roberto Granados, del Colectivo Mixer Crew.

En entrevista con Notimex, uno de los responsables de coordinar las intervenciones con grafitti en una buena parte de las cortinas de los negocios de esas calles, explicó que las obras se realizaron en seis etapas, incluso al final muchos de los artistas intervenían hasta dos cortinas, para terminar sin sueño y con los dedos llenos de color, cerca de las seis de la mañana .

Las obras pintadas con coloridos aerosoles reflejan no solo a aquellas que han formado parte de la vida del país como Frida Kahlo, sino que se trata de mujeres comunes y corrientes, guerreras prehispánicas, astronautas, algunas cuantas viajando en sus propios pensamientos, como muchas de las mujeres que de día pasean por esas calles buscando solo un determinado accesorio y terminan con zapatos para otra ocasión y vestidos que estaban de “super oferta”.

De los artistas, explicó Granados, alrededor de 40 por ciento son de Ciudad de México y del Estado de México, en tanto que la otra proporción provenía de Oaxaca, Tamaulipas, Morelos, Puebla, Chiapas y Zacatecas, por mencionar algunas entidades, lo que en su opinión refleja el efervescente crecimiento de la escena del grafitti en México, que en la actualidad, dijo, está en uno de sus momentos más importantes.

“La escena del grafitti en México es muy grande, sobre todo en Ciudad de México es la más grande del país (…) está creciendo un montón, se dio como un boom todavía de siete años para acá, definitivamente el acceso al Internet detonó un poco, porque antes la única forma de ver las obras era en las calles o en algunas revistas”.

Con orgullo, recordó su primer contacto con las latas de aerosol, cuando pintó una pared en la parte menos visible de su casa ante el miedo de ser descubierto por sus padres, tenía 17 años y desde que agarró la lata, ya no se pudo separar de ella.

Por esos días, Roberto poco sabía que lo que él consideraba como un pasatiempo llegaría años después a ser parte de sus actividades cotidianas, en la actualidad no solo ha sido responsable de coordinar los trabajos en las cortinas de esas calles, sino que además, interviene en diversos proyectos artísticos y la organización de festivales y concursos que impulsen la escena en el país.

Granados, abundó que en el país ya son al menos tres generaciones de personas dedicadas a pintar con graffti y con el tiempo esta actividad ha tomado la seriedad que se merece, al pasar de lo ilegal con pintas contestatarias, a lo legal con eclécticas y coloridas obras de arte decorando paredes, bardas y otras superficies que derivan en beneficios para las comunidades en donde se hacen las pintas.

Al respecto, Roberto, de poco más de 30 años de edad, señaló que a diferencia de lo que se cree, las pinturas de las calles 20 de Noviembre y Pino Suárez, y que concluyen hasta la avenida Fray Servando, han generado cambios de hábitos; así, donde antes se acumulaba la basura de cada día ahora permanece limpio, debido a que en su opinión, las personas tienden a cuidar más de estos espacios.

Granados, explicó que en la actualidad ya no existen particularidades que identifiquen a quienes se dedican a plasmar arte con grafitti e incluso aún existen estereotipos que los colocan como vándalos; sin embargo, esta percepción ha cambiado y hoy se sabe que hay ingenieros, médicos y otros profesionales que tras terminar sus actividades de oficina corren por latas de colores para hacer sus pintas.

Incluso, dijo, hay quienes comienzan a desarrollar esta actividad desde a muy temprana edad y ha tenido contacto con adolescentes de entre 12 y 13 años que ya hacen sus primeras incursiones formales en el mundo del graffiti.

En México, recordó, hasta hace cinco o siete años había poca variedad de calidades y colores por lo que muchos de los artistas hicieron acopio de la tan reconocida inventiva mexicana y crearon mezcladores, una implementación eminentemente mexicana, a partir de piezas de bolígrafos con determinados cortes para así lograr los colores que requerían y gastar así lo menos posible en comprar diversas tonalidades.

Las mujeres de metal que decoran estas calles y que nacieron bajo el resguardo de la noche siguen su destino todos los días cuando las cortinas de los numerosos locales cierran y ellas pueden ser observadas.

Cuando además son testigas silenciosas de los ires y venires de trasnochadores sin remedio, cuando además vigilan el sueño de algunos indigentes que otra vez no encontraron su casa y cuando todos duermen, ellas salen a jugar hasta poco después de que sale el sol, cuando los locatarios abren de par en par sus negocios y deben esperar hasta la noche, para volver a ser admiradas.

VP/Nacional/NG

Articulos relacionados

México está preparado para enfrentar eventual ola de COVID-19: Secretaría de Salud

Voces Diario

López Obrador confirma a López-Gatell al frente de la pandemia en México luego de que nueve gobernadores exigieran su salida

Editor Web

AMLO ofrece atención de por vida a víctimas de Guardería ABC