Ambiente y desarrollo
Por Juan José Agustín Reyes Rodríguez (*)
El Parque Nacional Molino de Flores – Netzahualcóyotl, ubicado en Texcoco, Estado de México se decretó como tal el 5 de noviembre de 1937, por el Gral. Lázaro Cárdenas. Su existencia es cautivadora. Inició a finales del siglo XVI, como un batán, es decir para fabricar paños y tejidos, con una máquina de piedra y metal movida por la fuerza del agua. Posteriormente fue una hacienda productora de trigo con su molino propio y finalmente como una de las principales haciendas pulqueras del estado.
A finales del siglo XVII, se llamó Hacienda de Tuzcacoaco o Cozcacoaco de los Flores, para finalmente quedar con el nombre de Hacienda Molino de Flores, no por las flores que ahí se cultivaban, sino por los apellidos de unos de sus dueños.
Con la Revolución Mexicana, en 1910, ante el encono social, fue saqueada, quemada y abandonada. Su extensión original era de 1,743 hectáreas, habiéndose expropiado 889 hectáreas que repartieron como ejidos, reservándose 55 hectáreas para establecer el Parque Nacional. En uno de los artículos del decreto de creación se deja a cargo del Departamento Autónomo Forestal de Caza y Pesca delimitar la superficie total. En el proyecto del plano original, puede apreciarse que además del casco de la hacienda, incorporaba superficie adicional del cerro de Tezcutzingo, conocido como los Baños de Netzahualcóyotl. Sin embargo esto no se concretó, quedando fuera el Tezcutzingo.
En 1950 se pagó una indemnización a la última dueña por las 55 hectáreas, con un precio al 50% de su valor.
La administración de este parque estuvo a cargo del Departamento Autónomo Forestal de Caza y Pesca. Con los diversos cambios administrativos del gobierno federal pasó a la entonces Subsecretaría Forestal y de la Fauna, de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, que se transformó en Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos hasta 1994, cuando se creó la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. En 1982 se creó la creó la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE), con lo que la entonces Subsecretaría Forestal y de la Fauna fue prácticamente “destazada”, transfiriendo funciones integradas a la SEDUE, como la Inspección y Vigilancia forestales, Fauna Silvestre y PARQUES NACIONALES, entre otras.
Con esos cambios, la administración de los Parques Nacionales, Zonas Protectoras Forestales y Refugios de Fauna Silvestre, entre otras áreas de conservación forestal, fue asumida por la SEDUE. Sin embargo, los parques nacionales vieron su declinación inmediatamente, empezando su abandono o poca atención. Al paso del tiempo el gobierno federal consideró conveniente transferir la administración, más no el dominio, a algunos gobiernos estatales, como el estado de México, al que le transfirió, entre otros el Molino de Flores.
Se firmó un convenio de transferencia de la administración del gobierno federal al estatal, en 1995, y, al mismo tiempo, éste lo transfirió al municipio de Texcoco, el cual ha tenido la responsabilidad desde entonces hasta la fecha, directamente o a través de un patronato. Desde el 22 de febrero de este 2018, se venció el convenio de transferencia de la administración, por lo que legalmente le correspondería la responsabilidad a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), sin embargo la operación real la sigue ejerciendo el municipio de Texcoco.
Por muchos años el Molino de Flores ha sido un lugar con cierta mística y leyendas, por el atractivo de sus ruinas, el tinacal, el machero, la casa de los patrones y la de visitas, la tienda de raya, la administración; sus calles empedradas, las capillas de San Joaquín y el Señor de la Presa, al que le atribuyen milagros; la cascada formada por el río Coxcacoaco, que atraviesa el parque; el arrullo de sus aves, andar caminando entre las ruinas que aún quedan; transportarse a esas épocas que se reviven entre las ruinas. Este parque ha sido escenario de numerosas películas, nacionales y extranjeras, como Sobre las Olas, Viva María (con Brigit Bardot y Jeanne Moreau), El Tigre de Santa Julia, Las Paredes hablan, Campanas Rojas, Zapata (Alejandro Fernández); obras de teatro, conciertos y series televisivas, como Los Minondo del Canal Once, El Mariachi y el Capitán Camacho, así como video clips de Maná, Pedro Fernández y David Bisbal y otros eventos culturales y artísticos que se han realizado aquí.
El río cristalino de otras épocas, llamado Coxcacoaco, en el cual mucha gente se bañaba, ahora es una cañería por el drenaje que arroja el reclusorio estatal y los pueblos que están en la zona de arriba; un comercio fijo y semifijo aglomerado; derrumbe de bardas originales estando otras en riesgo de caerse.
Hay un abandono general de las autoridades municipales, quienes no han conservado y menos restaurado esta joya arquitectónica, solamente se dedican principalmente a cobrar el acceso al estacionamiento; poca colaboración de comerciantes por mantener los atractivos de este lugar que es verdaderamente un monumento histórico, un lugar místico mágico, que sólo lo puedes vivir cuando estás inmerso entre sus ruinas, sus paisajes y su ambiente.
Este Parque Nacional, representa una verdadera joya que recibe semanalmente alrededor de 4,000 visitantes; en Semana Santa y en la celebración del Señor de La Presa, más de 30,000 visitantes en cada ocasión. No puede permitirse el pueblo de México, no sólo de Texcoco, que se siga destruyendo este patrimonio de la humanidad.
El patrimonio que se destruye es una pérdida para la humanidad. Durante el tiempo que los parques nacionales estuvieron a cargo de la Subsecretaría Forestal y de la Fauna, a pesar de todas las limitaciones presupuestales, no había este nivel de destrucción y abandono como el que se ha presentado desde que la entonces SEDUE y ahora el municipio de Texcoco lo tienen bajo su administración.
(*) Ingeniero Agrónomo Especialista en Bosques, de la Escuela Nacional de Agricultura, Chapingo, México; Maestro en Ciencias y Candidato a Doctor de la Universidad de Michigan, Ann Arbor, Mich. EUA; Consultor en Recursos Naturales, Ambiente y Desarrollo.
Anteriormente colaboró con los diarios El Universal Gráfico y Vértice de Chilpancingo; participante en los programas radiofónicos de Fórmula Universal, en Radio Fórmula, Radio 13 y Radio Mexiquense, conducidos por Alfonso Anaya Maya, cerrados por ser voces críticas.