Los registros de propiedad muestran que el secretario, Luis Videgaray, compró la casa en un exclusivo resort de golf de la localidad de Malinalco, en el Estado de México, a partir de Bienes Raíces H&G SA, cuyo costo fue de 7.5 millones de pesos y tiene una extensión de 1,500 metros cuadrados.
De acuerdo con la investigación de Juan Montes del diario estadounidense, los registros comerciales muestran que la propiedad es de Juan Armando Hinojosa, cuyas empresas han ganado cientos de millones de dólares en proyectos de trabajos públicos durante el tiempo en el que el ahora presidente Peña Nieto era gobernador del Estado de México y también durante su gobierno actual.
Videgaray no es acusado de un acto ilegal, según con la publicación; sin embargo, la operación se suma a la revelación de posibles conflictos de intereses que han dañado la credibilidad y la popularidad del mandatario mexicano después de que llegó al poder prometiendo un cambio de las antiguas prácticas del PRI.
También es un nuevo ejemplo de los amplios vínculos comerciales y personales entre el contratista y altos funcionarios del gobierno, pues a través de esta empresa la esposa del presidente Peña, Angélica Rivera, adquirió una costosa residencia que aún no termina de pagar y que sigue a nombre de ese grupo.
Videgaray respondió por escrito a las preguntas del periódico estadounidense y dijo que compró la casa del señor Hinojosa en octubre del 2012, unos meses antes de la toma de posesión del presidente Peña Nieto.
“No hubo ningún conflicto de intereses. Hice el acuerdo cuando yo no estaba ejerciendo cargos públicos”, y agregó que el acuerdo estaba dentro de los parámetros del mercado .
Según lo reportado por The Wall Street Journal, Videgaray liquidó el préstamo el 31 de enero del 2014, cuando ya era secretario de Hacienda. “Por razones financieras, decidí pagar el financiamiento tan rápido como pude”, afirmó el secretario al diario.
11 de diciembre de 2014
A la opinión pública:
El diario The Wall Street Journal de los Estados Unidos publicó en su portal de internet un artículo titulado “Mexico´s Finance Minister Bought a Home From a Prominent Government Contractor at the Center of Influence-Peddling Allegations”. Por este medio quiero compartir la información que al respecto ofrecí al diario cuando fui consultado:
1. La propiedad referida en el artículo la adquirí el 10 de octubre de 2012 a la empresa Bienes Raíces H&G. La operación se realizó de manera plenamente legal, cuando yo no era servidor público y dentro de parámetros de mercado, por lo que no existió conflicto de interés alguno.
2. Para la adquisición del inmueble obtuve un crédito hipotecario otorgado por la propia empresa vendedora. Por razones financieras, decidí prepagar el crédito con recursos propios. Ello ocurrió el 31 de enero de 2014.
3. El inmueble aparece reportado en mis declaraciones patrimoniales. Si bien en el formato de la declaración aparece como una operación de contado, hice la siguiente precisión: “Se hace la aclaración que la adquisición del inmueble propiedad del declarante aparece como operación de contado siendo en realidad a crédito, en razón de que el formato no permite identificarlo cuando se trata de un contrato de préstamo no bancario, el cual se suscribió el 10 de octubre de 2012 por un monto de $6,857,120.00 pesos. Por lo anterior, en el apartado de adeudos aparece como ninguno, siendo en realidad el saldo insoluto de dicho crédito al 30 de noviembre del 2012 el de 6,837.962.00 pesos. Asimismo se aclara que el monto total de la operación es de $7,500,000.00 pesos”.
En el contexto de las diversas notas periodísticas que en semanas recientes han aparecido, entiendo plenamente que la información dada a conocer por el Wall Street Journal es y será materia de interés en la opinión pública. Así debe ser: en una sociedad abierta y democrática, los servidores públicos debemos estar sometidos al permanente escrutinio de la sociedad. Ante ello, reitero de manera categórica que estoy absolutamente convencido haber actuado con honestidad y pleno apego a la ley. Esos son los principios que rigen mi actuación como Secretario de Hacienda y Crédito Público, y nada me distraerá del propósito de contribuir para que México se transforme para alcanzar su verdadero potencial.
Luis Videgaray Caso
Con información de El Economista