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“Yo pediría que se inicie el juicio” sobre muertes en Tlatlaya: general Cienfuegos

El secretario de la Defensa Nacional, el generalSalvador Cienfuegos Zepeda, pidió que inicie el juicio contra los militares que participaron en el operativo del pasado 30 de junio, en Tlatlaya, Estado de México, por el que murieron 22 personas.

En entrevista para El Universal, pidió no realizar juicios anticipados y mostró su inconformidad porque algunos medios han dado ya su veredicto y han declarado culpables a los militares sin que siquiera haya iniciado el juicio en el Poder Judicial.

Se reproduce un fragmento de la entrevista que le concedió el general al reportero Carlos Benavides:

¿Cuáles son los costos que las Fuerzas Armadas han tenido que pagar por realizar labores de seguridad pública que deberían estar haciendo otros, como por ejemplo los estados, las policías y otros cuerpos que no tienen nada que ver con las Fuerzas Armadas?

– Si hablamos de costos, seguramente se está refiriendo a costos que tienen que ver con el prestigio, con la forma de operar, con el desgaste que tienen las Fuerzas Armadas; bien, pues yo creo que los costos han sido altos, pero han valido la pena; no es nuestra vocación, no nos sentimos a gusto haciendo funciones de policía. Está ordenado por el comandante supremo, que es el Presidente de la República, pero estamos conscientes que de no hacerlo nosotros en este momento no hay quién lo pueda atender. Necesitamos cuerpos policiacos más capacitados, mejor preparados, mejor armados, y que se les atienda en la parte de seguridad social. Me parece que es un tema que se ha dejado a un lado y que se requiere atender a los policías no nada más en la parte de su capacitación, sino de su seguridad social. Contando con buena seguridad social los cuerpos policiacos serán mejores y podrán atender sus responsabilidades. A nosotros nos urge que esto se dé para que sean ellos los que asuman la tarea que legalmente les corresponda.

General, ¿qué tan costoso ha sido para el Ejército el tema de Tlatlaya?

– Pues muy costoso porque también, ya lo decíamos, me parece que ha sido manejado de manera superficial, sin conocimiento de las cosas. Creo que ha faltado información y, sobre todo, la sociedad a veces no está enterada de todas las limitaciones que tenemos. Por ejemplo, a mí me piden que explique lo que pasó en Tlatlaya; pues yo lo podría explicar, el asunto es que, desde hace un año, el 13 de junio del año pasado, el Congreso acotó el fuero militar y ahora nosotros estamos impedidos para investigar los hechos en que resulten afectados civiles. Por lo pronto, no tengo una información respecto a la investigación. Tenemos nuestros propios procedimientos, delitos del orden militar los atendemos con nuestro sistema de justicia. En eso vamos caminando. Respecto a Tlatlaya, yo lo que puedo decir: lo único que está comprobado es que hubo una agresión de estas personas que fallecieron ahí, lamentablemente, en contra de los soldados. Que la diferencia de fuerzas eran 22 personas armadas, con armas que son de uso exclusivo del Ejército, y de parte del personal militar era un oficial y siete de tropa, entonces se habla ahí de que hubo un sometimiento. Yo no puedo entender cómo hubo un sometimiento si eran ocho soldados, no sabían cuánta gente había en el interior del cobertizo donde sucedieron los hechos. Sabemos que todos los cuerpos resultaron positivos, es información abierta; no es que a mí me conste, que resultaron positivos al uso de armas, las armas fueron disparadas, encontraron algún consumo de drogas en algunos de estos cuerpos, todos tenían alcohol y, bueno, pues entiendo que estuvieron de fiesta hasta las 2, 3 de la mañana; los hechos se dan alrededor de las 5:30 de la mañana; bueno pues yo quisiera que pusiéramos las cosas en orden y viéramos cómo sucedió.

Nosotros tenemos al personal militar sujeto a proceso, en el fuero militar por incumplimiento oficial. Debió haber sido con un número mayor de efectivos, más vehículos, con un conocimiento del patrullaje que iba a hacer, que es una orden que tienen todos los servicios, salir en las horas de oscuridad, ya al final del día o al amanecer, con la idea de evitar esos daños colaterales, donde ha habido inocentes que han padecido consecuencias de estos enfrentamientos que se dan con los criminales. Creo que ha faltado un poquito de información pero, finalmente, creo que lamentablemente muchas personas y grupos que a lo mejor no ven bien a las Fuerzas Armadas ya sentenciaron a los soldados. Yo todavía no veo el juicio, todavía no ha empezado, todo lo tiene un juez, desconozco las razones por las cuales no hemos podido iniciar el juicio. Yo pediría a través de EL UNIVERSAL que se inicie el juicio.

Nosotros quisiéramos saber realmente qué pasó y, si nuestra gente tiene responsabilidad, que se le castigue de acuerdo con la ley. Pero si no son culpables, la propia ley lo dice: si no son culpables, son inocentes, y sí me gustaría saber si algún juez, en caso de que sean inocentes, así lo declara en su momento. Si no es así, nosotros seguiremos luchando; por la parte militar ellos cumplirán la pena que les corresponda y seguirán incorporados. La parte civil que es la que sale de mi esfera, y dadas las acotaciones que se hicieron al fuero militar el año pasado, pues tendremos que esperar. Lo que puede suceder es que resulten culpables y, bueno serán castigados de acuerdo con la ley, y el propio juez determinará lo que corresponda. Y, como le digo, si son inocentes se incorporarán y seguirán con sus actividades.

¿El Ejército no es Tlatlaya? ¿Está de acuerdo con eso?

– Claro. A ver, Tlatlaya… no tengo el número, pero fue el enfrentamiento número 800 en lo que llevamos de la administración. Ochocientas veces hemos sido agredidos. Y lo manejamos como los otros 799, por decir un número. Este se manejó de igual manera, aunque lamentablemente hubo por ahí declaraciones posteriores a los hechos; nosotros informamos que había habido un enfrentamiento, qué resultados habían habido, y seguimos con nuestras actividades. Al paso de dos o tres meses salen declaraciones que fueron retomadas por acá, salen de Estados Unidos y, bueno, pues aquí se empieza a hacer todo un desarrollo mediático que finalmente nos ha creado un desgaste importante. Yo creo que tenemos que esperar todos el veredicto del juez, nada más. Y si los soldados se equivocaron, pues serán castigados. Pero si no se equivocaron, habrá que reconocer su inocencia. Esa es mi forma de pensar.

El hecho de que tenga más de un año sigue generando un desgaste al final del día para el Ejército mientras esto no se aclare. ¿Usted no ha tratado de reunirse con el Poder Judicial, con la propia Procuraduría para tratar de acelerar la investigación?

– Bien, lo que hemos hecho a través de la defensora que tienen nuestros soldados es que se insista en que el juicio se inicie. No tiene más de un año, el año se cumplirá, de los hechos, el próximo día 30, pero de que inicia esta noticia y de que se le da toda esta importancia son como dos o tres meses después. Yo sí creo que es más que suficiente el tiempo para que ya se pueda concretar, se pueda concluir. En el sistema de justicia militar estos problemas los solucionamos muy rápido. Nuestra justicia sí es pronta y expedita. Acá desconozco los detalles de por qué no hemos podido ir a juicio.

¿Fue un error haber eliminado el fuero militar?

– Bueno, yo pienso que sí porque están poniendo al Ejército en situaciones muy sensibles, vulnerables, delicadas, en las que nuestro personal ahora piensa si lo procesan por desobediencia, por no obedecer al secretario, o lo procesan por violar derechos humanos. Creo que al soldado le conviene que lo procesen por desobediencia, pero al país no le va a convenir. ¿A quién le conviene un Ejército que no obedezca? ¿A quién le conviene un Ejército que no tenga disciplina? ¿A quién le conviene un Ejército que no esté entregado a su país, a su sociedad? Somos, según el decir de muchos, una de las instituciones que más violan los derechos humanos, pero en todas las encuestas somos la institución más confiable. Una incongruencia en la que alguien debería decirnos dónde está el problema. No podemos ser violadores de derechos humanos y al mismo tiempo los más confiables.

General, ¿es complicado desde su posición como jefe de las Fuerzas Armadas defender a algún soldado que viola los derechos humanos cuando está combatiendo a la delincuencia?

– Claro pero, a ver: los soldados saben cuando están cometiendo una violación y cuando la violación se da por la intención de hacerlo no merecen defensa de nadie; que se vayan a la cárcel, si son culpables de esa violación, cuando hay la intención. Pero hay violaciones a los derechos humanos en que no existe la intención, ahí sí tenemos que revisar y ver cómo ayudamos a quien resulta afectado y también a nuestro personal. En la noche, a las 2, 3 de la mañana, son agredidos, los soldados responden. No pueden dejar que solamente les disparen, tienen que defender su vida. Y en esos casos puede suceder que alguien pase por ahí, que no tenga que ver con el asunto, y resulte lesionado, o en el peor de los casos muerto, y le estamos violando sus derechos humanos. Ahí habrá que trabajar, atender el problema, a las víctimas, sus familias, y también atender al soldado.

¿Y no tendría también que ver el número de operaciones policiales que realiza el Ejército?

– Sí. Sería muy interesante que se hicieran las cuentas porque nosotros hablamos de más de mil 500 acciones diarias. En la geografía nacional tenemos, sólo para atender el problema de la delincuencia, entre 35 mil y 45 mil soldados, todos los días en las calles, rozándose con la sociedad, donde está la gente buena, pero donde también hay gente no tan buena. Entonces entre el número de acciones que desarrollamos con respecto al número de quejas no hay una comparación. Y aún más, si pudiéramos analizar el número de quejas que tenemos -yo hablaría de esta administración, no hablaría de las otras-, me gustaría que de esas se vieran cuántas son ciertas, cuántas se comprueban. Hoy llevamos en toda la administración cuatro recomendaciones, una es la de Tlatlaya. De las otras tres, dos ya están totalmente concluidas. Nosotros estamos trabajando, el número de quejas bajó del 2012 al 2013, 40%; del 2012 al 2014, 60%. No sé cómo salgamos en el 2015, pero hemos bajado de manera muy importante las quejas que hay en contra del personal militar.

En esta administración, debemos andar en mil 700 quejas y quizá comprobadas será el 2 o 3%; es decir, tenemos el .22% de quejas que llegan a recomendaciones y la de Tlatlaya la aceptamos porque tampoco nos vamos a poner en una situación de crearle conflictos ni a la Comisión Nacional ni al Gobierno de la República. La aceptamos porque así lo hemos venido haciendo.

 

 

Con información de El Universal

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