Voces del Periodista Diario

A galope, los nostálgicos del poder

VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George

La teoría física sobre los vasos comunicantes, señala que todo vacío es ocupado incesantemente por los efectos de la ley de gravedad.

Esa teoría aplica en la política: Los vacíos de poder encuentran en automático quien pretenda llenarlos, con independencia de si les asisten la razón y el derecho.

A lomo de esa “conveniente” percepción, obcecados nostálgicos del poder presidencial medran atentando contra todo principio de autoridad, tomando como escudo la Libertad de Expresión.

Precisa esa pretensión una doble referencia, si de la Libertad de Expresión se trata. En el sexenio 2000-2006, se intentó acorralar a los críticos del gobierno en lo que desde Los Pinos se describió como círculo rojo.

Las voces desde ese círculo emitidas, nomás fueron respondidas con la indiferencia, en el menos grave de los casos. En otros, se recomendó públicamente no leer los periódicos; de leerlos, no creer lo que dicen.

Fue un aciago sexenio en el que rigió el faccioso sistema de premios y castigos para privilegiar a opinantes amables o castigar a los disidentes.

En el sexenio 2006-2012, en  la relación Estado-Medios se llegó al extremo de imponer una carta-compromiso de autocensura a las empresas de comunicación, por la que se impidió plantear editorialmente temas incómodos para el gobierno.

Así se trató la Libertad de Expresión y el Derecho a la Información en los mandatos de los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón.

La pretensión de minimaximatos

El guanajuatense y el michoacano no acaban de asimilar el rotundo e irreversible hecho de que su sexenio quedó atrás, pero las nefastas consecuencias de su malograda gestión las siguen pagando el país y la sociedad en su conjunto.

Cada uno por su lado, desde su personal trinchera y su alienado estilo, pretenden seguir siendo considerados como factótum en el quehacer político y, especialmente, en la sucesión presidencial de 2018.

Por supuesto, sean políticos o funcionarios en activo o en inaceptable e inaceptado retiro, todo ciudadano tiene el legítimo derecho a expresar su opinión sobre los temas que sean de su interés, en los términos en que ciertas normas éticas lo autorizan.

Pero los citados ex presidentes, atrapados en sus filias y sus fobias, no paran en ataques injuriosos y hasta de insidiosa factura “humorística”, para descalificar a adversarios, sobre todo si éstos, en la disputa electoral, tienen expectativas de triunfo.

En eso cabe la conseja popular de que no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre.

Puesto que en esta temporada lo que está en cartelera es la sucesión presidencial en medio de una crispada atmósfera, lo menos que se esperaría de los ex presidentes de la República, es que dejen que el proceso se encauce por la vía institucional; la misma que les permitió la oportunidad de llegar a Los Pinos.

El principio de autoridad deja de ser mera abstracción política cuando los que lo ejercieron, no precisamente de la manera más juiciosa, se lo niegan hoy a los poderes establecidos.

¡Cuidarse! de los vacíos de poder. Siempre hay audaces que creen poder llenarlos. De lo que sigue el riesgo de la anarquía. De ésta nadie escapa. Al tiempo.

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