Voces del Periodista Diario

Alerta máxima en el Estado de México

El lecho de Procusto

Por Abraham García Ibarra

Será porque, en la formación de su espíritu cívico se arraigó el sentimiento republicano, particularmente los presidentes Lázaro Cárdenas, Adolfo López Mateos y Luis Echeverría orientaron sus políticas públicas, inspirados en el concepto de Nación.

A los presidentes Miguel Alemán, Adolfo Ruiz Cortines y Gustavo Díaz Ordaz, sus paisanos los recuerdan porque procuraron llevar a Veracruz y Puebla los beneficios de su mandato.

Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León, de cepa tecnocrática neoliberal, privilegiaron en su gestión el crecimiento hacia afuera, conforme la tendencia globalizadora.

Lo que dejaron en Guanajuato y Michoacán Fox y Calderón

De Guanajuato llegó a Los Pinos Vicente Fox. Aun antes de terminar su sexenio como gobernador, se documentaron evidencias de que la política social en el estado estaba estancada o en retroceso. Desde su gestión presidencial, se dieron señales de deterioro del desarrollo humano en la entidad.

Los registros informan que 2011 fue en México uno de los años en que se disparó la violencia criminal. Un análisis de la Bolsa Mexicana de Valores a febrero de 2017 reportó que, respecto de los datos al inicio del actual sexenio, en Guanajuato se disparó el índice de homicidios dolosos en 75 por ciento.

En abril del año pasado, al darse la estadística del primer trimestre (6 mil 511 asesinatos a escala nacional), en números absolutos de febrero, respecto al mismo periodo del año anterior, Guanajuato reportó un incremento de 298 a 380 muertes violentas. Fox sigue disfrutando de su pensión en Guanajuato.

Para decirlo pronto, Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa llevó en 2006 la guerra a su tierra natal: Michoacán.

La astrosa fotografía del Estado de México                                                                                                                                                                                  

Desde mediados de la década de los setenta, en el Estado de México se detectaron los primeros asentamientos de capos de la droga procedentes especialmente de Sinaloa.

A finales de la primera década de este siglo, se consignaron informaciones de que la Familia Michoacana y su desprendimiento, Los caballeros templarios, habían establecido conexiones territoriales en el Estado de México.

Más tarde, ha sido visible la presencia en esa entidad de enclaves del Cártel del Golfo y de su brazo ejecutor, Los Zetas. Otros cárteles del Pacífico y de Jalisco desplazaron sus células al territorio mexiquense.

Durante el sexenio estatal de Eruviel Ávila Villegas, que coincidió con el presidencial de Enrique Peña Nieto, en el Estado de México se dieron dos fenómenos inquietantes.

El Consejo Nacional de Evaluación de las Políticas de Desarrollo Social (Coneval) ha observado la erosión de las expectativas de desarrollo humano en el Estado de México en las diversas categorías que acreditan ese concepto, a saber: Ingreso en los hogares, alimentación, salud, educación, etcétera.

El Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) de su lado, coloca en el mapa de la República al Estado de México como una de las entidades con los más altos índices de delitos de alto impacto: Feminicidios, secuestros, extorsiones,  robos a mano armada en vía pública y en domicilios, asalto a transportes, etcétera.

Dado el origen de Peña Nieto, en el Estado de México la Federación ha ensayado diversas operaciones en las que han tenido una intervención imprescindible las Fuerzas Armadas mexicanas, que no han logrado, sin embargo, revertir los índices de criminalidad.

El día en que estallaron la rabia y el pánico

En las últimas 36 horas, la barbarie ha hecho explosión en el Estado de México.

No se trata ya del típico vandalismo: Bandas orquestadas al través de las redes sociales han manifestado su desenfreno en el asalto, saqueo e incendios, primero, de tiendas departamentales.

No se trata de acciones focalizadas, sino generalizadas: Hasta la madrugada de hoy, el destructivo espectro señoreaba sobre los municipios de Ecatepec (uno de los más poblados del país), Tlalnepantla, Atizapán de Zaragoza, Tecámac, Nicolás Romero, Tultitlán, Cuautitlán Izcalli, Zumpango, etcétera.

Esta misma madrugada, el terror se extendía ya a las delegaciones Gustavo A. Madero e Iztapalapa, de la Ciudad de México.

Como suele ocurrir, el gobierno del Estado de México, ahora depositado en manos de Alfredo del Mazo Maza, ha respondido con medidas reactivas tratando de parar la subversiva anarquía. Se reportaba hasta las primeras horas de hoy el arresto de un centenar de individuos.

A expresiones monstruosas, las mismas recetas fallidas

La  atrofiada fuerza institucional contra la fuerza criminal organizada, es una lógica que durante doce años no ha funcionado en México. Las opciones públicas para reconstruir el tejido social han quedado en segundo plano y ahí están las pavorosas consecuencias.

Seguramente, desde 1969 no se daba una sucesión presidencial tan espeluznante como la que amaga las elecciones presidenciales de 2018, que amanece coronado por un monstruo bicéfalo: El “despertar” del México bronco y la confirmación del Estado neoliberal fallido. Es cuanto.

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