Sinfonía Telúrica
Por Abraham García Ibarra
En México, los periodistas siguen cumpliendo su misión informativa. Un segmento de comunicadores prefiere ocuparse de la crónica “social”, preferentemente en revistas del corazón. Esta segunda ocupación, en plazas controladas por el crimen organizado, atiende bautizos, festejos de quince años, funerales, etcétera, celebraciones en las que corren ríos de billete verde.
En 2020, algunos líderes de opinión se han convertido en expertos en estadísticas y monitorean todos los días la evolución del Covid-19. Hasta anoche, según datos oficiales, la pandemia había cobrado 48 mil 869 víctimas mortales. Algunos gobernadores dicen que nos encaminamos a una crisis humanitaria.
En espera de que los Censos Nacionales de Población y Vivienda 2020 nos informen sobre el número de habitantes en México, algunas fuentes lo calculan ya en 130 millones de personas.
Reserva moral y reserva orgánica de la Nación
En 2018 se registraron dos millones 162 mil 523 nacimientos de nuevos mexicanitos. Si para don Germán Arciniega, en el pueblo radica la reserva moral de la Nación, su reserva orgánica es la niñez.
Vamos al grano: El Estado mexicano -que va a todas en la ONU-, se inscribió en 2016 en la Alianza Global para poner fin a la Violencia contra Niños, Niñas y adolescentes. No faltaba más.
Antes, en los tres primeros quinquenios del XXI, diversas organizaciones de defensa de los Derechos Humanos sistematizaron reportes que documentan que los niños son víctimas en Mexico de trata de personas con fines de explotación laboral, narcotráfico, prostitución o tráfico de órganos.
Castigos corporales en la infancia; suicidios en la adolescencia
Para 2017, la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) formuló una evaluación de los años de 2010 a 2016 en México, en la que desagrega distintas variantes de agresiones a los niños, que van desde descuidos y castigos corporales en la infancia, hasta suicidios y homicidios en la adolescencia. En todas, se viola el principio observancia de los derechos humanos, con la agravante de revictimización.
Sólo por excepción, se inician averiguaciones previas y carpetas de investigación, no obstante que anualmente se acumulan más de 50 mil quejas en la materia. En el periodo documentado, se contaron más de 9 mil homicidios contra niños y casi seis mil desapariciones. No pocas, con antigüedad hasta de ocho años.
Porque los niños no son titulares del derecho a votar
El niño mexicano tiene un día al año de atención en las políticas públicas: El 30 de abril se les ofrece una sopa de letra. Este año ni ese menú se sirvió. Será porque los niños no votan.
En 2020 han muerto casi 50 mil personas por coronavirus. Al año nacen más de dos millones de nuevos mexicanitos. Esta revelación parece muy prosaica a los ojos de los estadígrafos de la pandemia.
Hace cinco años, falleció en exilio en México el poeta argentino Juan Gelman. Se citó una de sus oraciones: Aquí yace un pájaro, una flor y un violín.
Dos años antes, el memorable bate recibió la Medalla de Oro de Bellas Artes. En la ocasión, declaró que, pese a la violencia generada por la lucha contra el narcotráfico, nunca abandonaría México: Me voy a quedar aquí. Que después me lleven a tocar el violín a otro barrio. Juan Gelman cantaba a la vida. Es cuanto.