Voces del Periodista Diario

Aunque pese en manos del INE y del Tribunal

Por Salvador Martínez G.

Menudo paquete tiene en sus manos el Instituto Nacional Electoral (INE), en la revisión de los últimos acontecimientos del partido Morena, con un aparente Congreso Nacional en el que se designó un presidente provisional y con una presidenta en funciones que no logró convocar a la renovación del Comité Ejecutivo Nacional.

Parece difícil que el INE, que encabeza Lorenzo Córdova Vianello, pueda dar como legitimo el congreso del pasado 26 de enero al que Bertha Luján convocó y en el que Alfonso Ramírez Cuellar, resulto elegido como presidente provisional.

La presidenta en funciones de Morena, Yeidckol Polevnsky, rechazo la validez de ese congreso, pero no ha podido cumplir con la exigencia del INE de efectuar una elección con el padrón renovado.

Corresponderá al INE y muy especialmente al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE) determinar si el congreso que eligió a Ramírez Cuellar fue legal o no.

Ramírez Cuellar no la tiene fácil porque si fuera reconocido legalmente tendría que convocar a nuevas elecciones en breve para que se nombre a un presidente que cumpla el periodo formal y se encargue de encabezar al partido para los comicios del próximo año.

Por lo pronto Morena vive convulsos días con dos presidencias, la de Yeidckol Polevnsky, que sostiene que sigue siendo la única legitima y la de Ramírez Cuellar, secundada por Bertha Luján y un grupo de militantes que se dicen mayoría.

Urge que Morena encuentre el camino de la reconciliación para que esté en condiciones de organizar unas elecciones internas legales y creíbles, que le permitan tener un dirigente nacional fuerte que prepare la selección de candidatos a los miles de puestos de elección popular que estarán en juego en el 2021, a nivel federal, estatal y municipal.

SUSURROS

Hay muchos que todavía no dan crédito a lo pasado el sábado anterior en Culiacán, Sinaloa, con una boda sin igual de imponente lujo y estruendosa fiesta.

El cantante Julión Álvarez, a quien en 2017 le congelaron sus cuentas por sospechas de  estar involucrado con el narcotráfico y el lavado de dinero, fue, junto a la banda Calibre 50, el responsable de amenizar la fiesta nupcial de la hija del Chapo Guzmán.

Alejandrina Guzmán Salazar contrajo nupcias con Edgar Cázares, a quien la sociedad sinaloense lo identifica como sobrino de Blanca Margarita Cázares Salazar, señalada por la DEA como la principal encargada de lavar dinero del Cartel de Sinaloa, encabezado por el Mayo Zambada.

Entre los asistentes a la lujosa boda se vio a Ovidio Guzmán, el hijo del Chapo, detenido y liberado en el operativo que paralizó Culiacán el pasado año. Así las cosas.

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