Voces del Periodista Diario

Cambio, ¿para quiénes?

Voces del Director 
Desde Filomeno Mata 8
Mouris Salloum George (*)

Es pronto aún, para identificar sociológicamente las tipologías de los millones de mexicanos que asistieron a las urnas el 1 de julio, pero queda claro que la mayoría votó por un cambio.

De entrada, queda descartado que 317 mil funcionarios públicos, catalogados como la aristocracia de la burocracia, si votaron, se hayan pronunciado por ese cambio.

Esos medios y altos mandos fueron favorecidos en el actual sexenio con seis y medio billones de pesos con cargo a los contribuyentes, mayoritariamente cautivos.

La masiva participación electoral obvia la explicación sobre las clases sociales que cumplieron con el ejercicio cívico. ¿Qué esperan a cambio?

En cifra redondeada, ya somos 125 millones de mexicanos. En los rangos de edad entre 15 y 29 años, tenemos más de 30 millones de personas: 52.9 por ciento son mujeres. Sus movimientos políticos las consideran víctimas de inequidad socioeconómica, laboral y cultural.

Del total de la fuerza joven de México, están tácitamente excluidos casi 8 millones de jóvenes, tipificados como ninis, privados de la oportunidad de trabajar o estudiar.

Entre los más pobres entre los pobres, están unos 17 millones de indígenas.
Reportes recientes hablan de que siete de cada diez de esos mexicanos fluctúan entre la pobreza y la miseria.

Se sabe que, de la Población Económicamente Activa -56 millones de individuos-, más de 30 millones, niños incluidos, sobreviven en la economía negra.
La mano de obra carece de una auténtica representación sindical que abogue por sus derechos constitucionales de y al trabajo. Los charros la trafican mediante contratos de protección empresarial.

El actual gobierno blasona haber creado casi cuatro millones de nuevas plazas. Si tal logro estuviera fuera de sospecha, la otra cara es realmente inadmisible.

El régimen ha puesto en charola de plata a los patrones una forma de explotación, rayana en lo canallesco. Cinco millones de trabajadores son rehenes de la triangulación contractual. Outsourcing, es la figura cuya primera negación, es la de la Seguridad Social.

Ha triunfado en las urnas la exigencia de cambio. Si ese cambio no paga la deuda histórica a esos parias, ¿para quiénes será el cambio? Gatopardo tiene la respuesta. Ocioso hacerle la pregunta.

(*) Director General del Club de Periodistas de México, A.C.

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