Voces del Periodista Diario

Colombia da un giro de izquierda

Por Mouris Salloum George (*)

El economista Gustavo Petro gano en una cerrada segunda vuelta al empresario Rodolfo Hernández por la presidencia de Colombia. En un tercer intento del ex alcalde de Bogotá siendo este un triunfo histórico ya que, por primera vez, Colombia tendrá un gobierno de izquierda. La victoria será, ante todo un cambio de paradigma para los analistas e historiadores, este proceso fue un epílogo que cierra un círculo de la historia colombiana muy doloroso con aquel asesinato de 1948, de Jorge Eliécer Gaytán en el episodio conocido como el “bogotazo”.

Gaytán había ocupado el cargo de alcalde de Bogotá, teniendo un amplísimo apoyo de los sectores populares y era un claro candidato del partido liberal para las elecciones de 1950, pues la única manera que los conservadores encontraron para frenar a Gaytán en su camino a la presidencia, era su asesinato que provocó la inmediata indignación del pueblo colombiano que salieron oleadas en protestas tanto por el asesinato de Gaytán, como contra las intenciones de los conservadores por retener el poder a cualquier precio e impedir la transformación social en Colombia. Ese hecho fue la chispa que dio origen a un fuego que se expandió sobre el pasto seco de la injusticia social que vivía el pueblo colombiano a lo largo y ancho de su territorio. Las protestas de millones de personas fueron sofocadas de manera violenta.

La larga noche neoliberal que sobrevino en el nuevo milenio también cancelo la esperanza y el futuro de millones de colombianos. La pesadilla parecía no tener fin como si estuvieran destinados a cumplir por la eternidad con un embrujo fatal, digno de realismo mágico que surgió de sus selvas tropicales.

Una especie de guerra civil que ya estaba en marcha, entre liberales y conservadores y fue el comienzo de una de las décadas mas sangrientas en la historia de aquel país, este periodo se le conoce como de “la violencia” más de 300 mil muertos y casi 3 millones de desplazados fueron las consecuencias de asesinar, no solo a un hombre, sino a la voluntad y las esperanzas de todo un pueblo.

El futuro de Colombia debe ser vivir en paz, una paz que emane de la justicia social que erradica el clasismo y el racismo que existe en la actualidad colombiana, que la sufren más los desposeídos y pobres.

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