Voces del Periodista Diario

Constitución, el retrato de Dorian Grey

El lecho de Procusto

Por Abraham García Ibarra

Cuando el coqueto Oscar Wilde explora sobre el secreto de la eterna juventud, enfoca la trama desde un pacto diabólico. Lo firma Dorian Grey, cuya hermosa imagen es retratada por un pintor amigo.

El adonis se entrega al vicio y el crimen “hasta la pared de enfrente”. En su intimidad se goza a si mismo frente al espejo. Conserva fresca su juventud, pero es el retrato asume el cruel envejecimiento producido por la corrupción.

La moraleja, como en cierta conseja, es que no todo lo que brilla es oro.

Más de 800 cirugías a la Carta fundamental

De tres sexenios para acá, los presidentes mexicanos han sido encapsulados en una burbuja televisiva. Desde ahí, el azogue les impide ver la realidad exterior, pero se gratifican con su propia estampa.

Entremos en materia: Al correr de un centenario, la Constitución de 1917 ha sido sometida a más de 800 cirugías. Las librerías nos ofrecen con harta frecuencia nuevas y bellas ediciones de la Carta reformada. Todavía hoy, en el Senado se introdujeron iniciativas con el mismo fin.

¿Se corresponde el texto constitucional con la actual realidad política, social y económica que en el llano viven los mexicanos? El genio de Wilde nos respondería que no.

Al arrancar el actual sexenio, los legisladores de los tres partidos que representan a las tres primeras minorías de votantes (PRI, PAN y PRD) vendieron su alma al diablo suscribiendo el fáctico Pacto por México.

En la primera mitad del sexenio, los productos legislativos de tal pacto se “vendieron” como las nuevas maravillas del mundo: De entrada, 11 modificaciones constitucionales. Llegaron a granel al Congreso de la Unión las respectivas leyes secundarias. Todas aprobadas.

En los spots de temporada, se subrayaron dos enunciados: Competitividad económica y fortalecimiento del régimen democrático.

Lo que exigen los hombres de negocios

El pasado 20 de marzo, en cónclave de los hombres de negocios, evento programado en el entorno de la elección presidencial, se citó la agenda de gobierno propuesta por el Consejo Coordinador Empresarial. Se alertó ahí contra el riesgo de revertir aquellas reformas producidas por el Pacto por México y se convocó a seguir avanzando por la ruta de la prosperidad y el desarrollo.

En eso de la “prosperidad” -de haberla- es obvio que se puede acreditar con creces a los capitanes nacionales y extranjeros de la economía especulativa, que no se compadece de la realidad social.

En cuanto a “desarrollo”, sólo cuestionamos si éste término se concilia con el de desarrollo humano.

Pongamos la respuesta en números absolutos: De acuerdo con estadísticas oficiales, de 2010 a 2016 se elevó de 52 millones 813 mil a 53 millones 418 mil la cifra de mexicanos en pobreza, desde la moderada hasta la extrema.

Lo que dice José Antonio Meade

Volvamos al asunto de la prosperidad. Sólo para referirnos a uno de sus encargos, el candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade Kuribreña, despachó en la Secretaría de Desarrollo Social.

Algo debe haber observado desde esa atalaya burocrática el candidato presidencial, según se colige de sus propios mensajes desde que su nominación fue anunciada por el PRI.

En una de sus primeras declaraciones públicas, Meade anunció como compromiso prioritario llevar comida a la mesa de todos los mexicanos.

En un segundo mensaje, más reciente, el candidato presidencial, quién sabe si evocando voluntariamente memoria de Luis Donaldo Colosio, aseguró ver un México con hambre y sed de justicia. Entonces, ¿cuál prosperidad? ¿O en qué manos quedó?

“Hambre y sed de justicia”. ¿Qué le dice ante ese clamor, su retrato a la Constitución? O, más concretamente, ¿cómo se ve en su espejo diario el Constituyente Permanente?

No lo pregunta un interesado y delirante candidato presidencial de la oposición. Lo dice y lo responde el Yo mero, quien antes de ser lanzado como aspirante a Los Pinos, despachó en cuatro secretarias de Estado, entre ellas la de Desarrollo Social. Es cuanto.

VP/Opinión/EZ

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