Voces del Periodista Diario

Darwinismo político excluye a cientos de municipios

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

Acaso los aficionados a la numeralia nos podrían ilustrar: ¿Cuántas escuelas básicas o centros de Salud; cuántas hectáreas podrían rehabilitarse para la producción de alimentos con mil millones de pesos?

Otra forma de plantear el asunto, es la siguiente: En México, 10 millones de compatriotas vegetan en extrema pobreza, eufemismo por miseria. La mayoría subsiste en Chiapas y Oaxaca, donde se sabe “viven los más pobres entre los pobres. El tercero, es Guerrero.

Para control de usted, nombramos los nueve municipios más pobres de México: San Simón Zihuatlán, Santos Reyes Yucuná, Colcoyan de las Flores, Cochoapa el Grande, Santiago Tlazoyaltepec, San Miguel Tilquiápam, Santa María Zaniza, Santo Domingo Ozolotepec, San Juan Ozolotepec. La ironía consiste en que siete de esos municipios llevan nombres de santos.

Innobles privilegios fiscales a traficantes de influencia

¿De dónde nos viene la cifra de mil millones de pesos? En realidad, son 972 millones de pesos, de un total de 984 millones de pesos. Es la suma -la primera- causada por concepto de impuesto predial, condonada por el alcalde de Colón, Querétaro, Alejandro Ochoa, al remiso Diego Fernández de Cevallos, afamado por sus detractores como un eficaz traficante de influencias.

La “casualidad”, es que ambos actores militan en el mismo partido; el de Acción Nacional, del que el evasor fue candidato presidencial en 1994. Casualmente, también, el adeudo fiscal se acumuló durante los últimos 26 años.

El modelo semifeudal en el ejercicio del poder publico

Ahora bien: En nuestra subcultura municipal, la tradición informa que los gobernadores son reputados y respetados como jefes políticos de los presidentes municipales.

En el caso de Querétaro, el mandatario estatal es Francisco Domínguez Servién, quien funge en estos días, a la vez, como presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago).

En recientes semanas, el queretano jefe del sindicato de gobernadores, no obstante representar a sus pares sin hacer discriminación de su extracción partidista, formó su propia facción azul para -en el marco de discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación- cabildear en Palacio Nacional, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y en la Cámara de Diputados por los intereses de los estados gobernados por el PAN.

El portazo en Palacio Nacional como operación táctica

Del mismo partido son los munícipes socios de la Asociación Nacional de Alcaldes, que hace dos semanas pretendieron dar portazo en Palacio Nacional, exigiendo ser escuchados por el Presidente.

El movimiento de alcaldes panistas fue remitido a la Secretaría de Gobernación, de donde hace dos días se retiraron coléricos de la mesa de diálogo instalada para ventilar sus exigencias.

En entregas anteriores de esta sección, hemos denunciado el abandono en que el centro tiene a los municipios, codificados histórica y constitucionalmente como la célula madre de la democracia.

Los usos y costumbres en el reparto del poder electoral

Del viejo régimen monolítico viene una cláusula fáctica tricolor, que establecía que el presidente de la República tenía la potestad de designar candidatos a gobernador y senadores y a algunos a diputados federales en distritos electorales estratégicos. Al gobernador se le daba la facultad de palomear a los candidatos a las presidencias municipales y a diputados al Congreso estatal.

Por razones obvias, los gobernadores se hacían (se siguen haciendo) de las candidaturas a alcaldes en los municipios capitales y de las zonas metropolitanas cuyo gobernante, por razones demográficas y económicas, tienen más poder aun que el propio jefe del Ejecutivo estatal.

De esa subcultura se deriva que el resto de los municipios, con menos fuerza política, es deliberadamente dejado a la mano de Dios; sobre todo si son emanados de partidos de oposición.

Otro aspecto resulta más grave aún: Es un secreto a voces que, con independencia de su franquicia partidista, campañas por presidencias municipales son financiadas por poderes fácticos que, a la hora de la verdad, empiezan por controlar los nombramientos de los titulares de las corporaciones policiales y de otras áreas administrativas en las que se resuelven contratos de obras y servicios públicos, favoreciendo a empresas en cuyos directorios de accionistas aparecen los nombres de los propios alcaldes, de sus familiares o compadres.

Sobre mojados, fregados: Gestión presupuestal y “moches”

A mitad del sexenio pasado, se instituyó una aberrante figura: La de los moches. Esta obscena figura consiste en la confabulación de alcaldes y diputados federales que, en vez de legislar, optaron por la gestoría.

Esos gestores en el Palacio Legislativo de San Lázaro tramitaban recursos presupuestales adicionales a los municipios con un cargo hasta de más de 30 por ciento de comisión (moche) y el derecho de tanto para privilegiar a los contratistas a los que se asignan los recursos extraordinarios.

A mayor abundamiento, en la revisión del gasto federalizado, la Auditoría Superior de la Federación de la Cámara de Diputados encuentra con institucional frecuencia que, en desvíos del presupuesto etiquetado a las entidades federativas, aparecen implicados no pocos presidentes municipales.

De esas monstruosidades no se atienden los levantiscos alcaldes sonsacados para dar portazo en Palacio Nacional o montar grotescos espectáculos en el Antiguo Palacio de Covián.

Los municipios más ricos sin reparto per cápita

Nos quedamos con una conclusión: A la teoría y la praxis municipalistas se ha trasladado el Darwinismo político: Más de dos mil demarcaciones municipales son excluidas de la atención federal.

De lo anterior resulta que en el ranking de algunas agencias calificadoras internacionales, aparezcan entre los municipios más ricos de México, los de San Nicolás de los Garza, Nuevo León; Gómez Palacio, Durango; Hermosillo, Sonora, y Querétaro, si bien su prosperidad no se compadece de que, en el producto per cápita, no se refleja la situación del infelizaje.

Al lado sur del mapa de México se localizan los mexicanos más pobres entre los pobres de México. Su código postal está en los nueve municipios nombrados en las primeras líneas de esta entrega. Y eso que estamos amparados por un régimen republicano. Es cuanto.  

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