Voces del Periodista Diario

De cómo llegamos a la Economía criminal

EL LECHO DE PROCUSTO

Por Abraham García Ibarra

A decir verdad, no nos complace la metáfora; la usamos porque nos parece descriptiva: Crecidos en las entrañas del monstruo, en 1974 publicamos en formato de libro un “reportaje largo” bajo el titulo: Sinaloa, ¿estado torpe o reino de la barbarie?/ Cuando los latifundios se fertilizan con sangre.

Repetimos el año de edición: 1974, hace, pues, 44 años. En el texto consignamos declaraciones del entonces gobernador, el economista Alfredo Valdez Montoya, en las que revela por primera vez desde una voz oficial que las grandes fortunas privadas emergentes en el estado están asociadas a la producción y  comercio de drogas, y a la renta de esta actividad.

(Dos años antes, la Procuraduría General de la República (PGR) había allanado las bodegas propiedad de un poderoso empresario agroindustrial sinaloense, donde se encontró e incautó droga. La PGR recibió instrucciones presidenciales de echarle tierra al asunto.)

En el siguiente sexenio (1974-1980), bajo el mandato de Alfonso Calderón Velarde, fuentes de la Tesorería del Gobierno  nos autorizaron el acceso y  consulta de una investigación financiera que concluía que el volumen de operaciones de la banca regional, era hasta dos veces superior al presupuesto administrado por el gobierno estatal y no guardaban correlación  con el Producto Interno Bruto (PIB) de la entidad.

La institución de los “delitos de cuello blanco”

Durante la década de los ochenta, cuando desde la PGR se tipificó el narcotráfico como asunto de Estado y Seguridad Nacional, la instancia puso la mira en un tema hasta entonces no tomado en serio, según su magnitud: El lavado de dinero.

En la segunda mitad de esa década, el Instituto Nacional de Ciencias  Penales empezó a editar en México algunas obras extranjeras, referidas a los delitos de cuello blanco como origen de la Economía criminal.

Para entonces, el ejecutivo principal de la Asociación de Banqueros de México había sido implicado por autoridades judiciales en lavado de dinero, trasegado al través del comercio automotriz y de la industria inmobiliaria. (Caso de los Hermanos Cordero-Rafael Caro Quintero.)

Según registros de las bibliotecas de El Capitolio, de las sesiones legislativas de consulta sobre el Tratado de Libro Comercio (TLC/ 1993), alguno de los ponentes advirtió expresamente que, bajo esa cobertura, estaba el riesgo de que se diera luz verde al corredor Torreón-Ciudad Juárez, de tránsito de droga hacia los Estados Unidos.

Por esos días, el dato que se expuso fue de entre 15 y 17 mil millones de dólares como valor de esa actividad.

Hacia finales de los años noventa, una de las publicaciones teórico-ideológicas del Partido Acción Nacional (PAN) dio espacio al ensayo de un académico estadunidense, cuya conclusión prevenía el peligro que entrañaba que las Fuerzas Armadas mexicanas (concretamente el Ejército) fueran aplicadas a tareas de seguridad pública, por su exposición a las tentaciones de corrupción.

El Banco de México “esteriliza” las divisas extranjeras  

En el periodo 2010-2016, con datos de la Agencia Antinarcóticos (DEA) de los Estados Unidos, del Departamento del Tesoro y de la ONU, ya se estableció que  el ingreso a México por el tráfico de drogas, armas y personas (ya institucionalizados los cárteles con proyección internacional) se tasaba en cerca de 60 mil millones de dólares. Son datos relativamente fluctuantes, pero verificables.

Como autoridad monetaria, el Banco de México tiene la facultad de esterilizar -sin eufemismo, blanquear– esas divisas. Han resultado inútiles nuestras indagatorias para saber en qué columna de la balanza de pagos se contabilizan esos recursos.

Durante 12 años de guerra contra el narco en México,  han sido desoídas frecuentes alertas sobre la toxicidad y volatilidad de esos capitales para la estabilidad de la economía mexicana. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ha sido una de las agencias financieras multinacionales que no quita el dedo del renglón.

Una observación recurrente ha sido la relación renta de la droga-PIB. En ese tipo de estudios, se subraya que durante el sexenio de Felipe Calderón el crecimiento del PIB se ancló en 1.84 por ciento.

No deja de ser relativamente válido el argumento de que en ese fenómeno incidió la crisis financiera internacional 2007-2009. Pero hay otra información no precisamente accesoria.

A partir de que Barack Obama decidió la intervención por el Estado del sistema bancario estadunidense, las agencias reguladoras del mercado de valores implicaron por lo menos a tres instituciones con matriz norteamericana que operan en México en lavado de dinero.

No se ataca la vértebra: El patrimonio financiero de los cárteles

En las investigaciones de las instituciones antes nombradas, se ha destacado de manera puntual que el Talón de Aquiles en el combate al crimen organizado en México, está en la omisión en el desmantelamiento de las estructuras patrimoniales de los cárteles.

Esa grave omisión de la autoridad hacendaria ha sido denunciada incluso en el Foro Económico Mundial, de Davos, Suiza, al que año con año han asistido los presidentes y delegaciones de los hombres de negocios mexicanos.

Lo que nos informa el doctor Buscaglia (Universidad de Columbia)

Recorridos los años de 1974 a 2018, nos quedamos con las pesquisas y conclusiones del investigador académico de la Universidad de Columbia (USA), doctor Edgardo Buscaglia, muy solicitado y consultado en persona por quienes abarrotan los auditorios donde aquí expone.

Según el doctor Buscaglia, los recursos de procedencia ilícita participan con 78 por ciento del PIB mexicano. Lista los sectores más socorridos: Minería, agropecuario, farmacéutico, fideicomisos, etcétera.

El dato cultural por nuestra parte es el siguiente: El ex director general de la
Comisión Federal de Electricidad, ex presidente nacional del PRI y ahora candidato plurinominal al Congreso de la Unión, Enrique Ochoa Reza blasona de tres títulos acreditados por la Universidad de Columbia. Quién sabe si tenga alguna noción de quien es el doctor Edgardo Buscaglia.

El ex dirigente nacional priista marcó su paso por el PRI, asustando con la oscura caverna del populismo. ¿Y la Economía criminal? Es cuanto.

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