Voces del Periodista Diario

Del discurso del método al método sin discurso

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

Por supuesto, sabemos que la construcción de una nueva institucionalidad en una República desvertebrada, no puede ser obra del voluntarismo personal, por más que a sus impulsores les asista la buena fe.

Lo decía juiciosamente Ernest Renan: La construcción de la Nación, es el plebiscito de todos los días. Sin embargo, en una democracia “representativa”, la pretensión de someter a consulta popular toda iniciativa de transformación, es misión imposible, so pena de caer en la anarquía.

Tenemos en nuestra inacabada y vacilante cultura democrática, a algún académico que todavía recuerde a Descartes y su Discurso del método. En tiempos de cambios súbitos, lo que subyace es el método sin discurso.

La cuarta transformación a lomo de la coyuntura

En el caso de la cuarta transformación, la acción ejecutiva aparece expuesta a la casuística que, dicho sea de paso, desde el punto de vista de la Ética, opera en casos específicos para problema de naturaleza moral. En México se aplica a toda situación de coyuntura, dejando de lado la Ciencia Política.

En el ámbito legislativo, es práctica inveterada que los integrantes del Congreso de la Unión asuman una actitud reactiva a toda cuestión que aparezca en el día a día de la opinión pública y lancen iniciativas de ley elaboradas sobre las rodillas.

En la perspectiva del primer periodo ordinario de sesiones del segundo año de la LXIV Legislatura federal, las bancadas partidistas están en la elaboración de la agenda que acometerán a partir del 1 de septiembre.

Se preparan funerales a las Comisiones de Derechos Humanos

Se ha hecho del dominio público que los grupos parlamentarios de Morena y del Partido del Trabajo tienen ya un primer borrador del proyecto para crear una Defensoría General del Pueblo.

Dicho órgano actuaría eventualmente sobre recomendaciones, denuncias y quejas ciudadanas en materia de protección de los Derechos Humanos.

Con independencia de los argumentos que contenga la exposición de motivos de esa iniciativa, resulta obvio que, por su objeto, el proyecto tendrá que pasar por reformas constitucionales a escala federal y estatal, y por la formulación de las leyes secundarias correspondientes.

De lograrse las mayorías calificadas requeridas a ese propósito, lo que resulte entraña fatalmente la extinción de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y, en automático, de las respectivas de las 32 entidades federativas.

No nos queda claro cuál es la evaluación que han hecho los ponentes sobre la actuación de la CNDH, elevada en 1992 a rango constitucional desde una dirección general. En casi tres décadas de existencia como órgano autónomo del Estado, ¿la CNDH no ha satisfecho las expectativas para las que fue creada?

Sobre la yugular del Tribunal Constitucional

En el mismo escenario, específicamente desde el Senado, se promueve otra iniciativa que toca al Poder Judicial de la Federación y en específico a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la que se aumentaría el número de ministros y se crearía una tercera sala para la atención del combate a la corrupción.

En ambos casos, se fomenta un clima político adverso a ambas instituciones; grave cuestión cuando uno de los arietes mediáticos golpea al Tribunal constitucional, cuyos fundamentos están fincados en la propia Carta fundamental. Entre las espuelas, los impulsores de esos proyectos se llevan adicionalmente la Secretaría de la Función Pública (SFP), dependencia vigilante del comportamiento de los servidores del Estado.

Se desencadena el linchamiento mediático de jueces

Ese clima político ha generado ya reacciones contra el Poder Judicial de la Federación. El pasado domingo, la convocatoria de un portal electrónico se lanzó contra jueces corruptos, colocando en un mismo costal a todos los que sirven a la administración de la justicia.

Expresiones, las anteriores, de un reformismo oportunista, responden a un humor social exacerbado, cuya explosión debiera ser sedimentada en el acto legislativo, que ha de ser, sobre todo, producto de la reflexión y no de ambiciones electoreras.

Tendremos en las próximas horas algún mensaje previo al primer informe de Gobierno del presidente de la República. Casi lo tenemos todos los días en las mañaneras. El 1 de septiembre se nos dará la fotografía del estado que guarda la Nación.

Por más que entendamos la impaciencia social por tanto agravio acumulado, en materia de reconstrucción institucional, ni tanto que queme al santo, ni poco que no le alumbre. Quemar etapas no siempre da los resultados deseados. Es cuanto. 

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