Voces del Periodista Diario

Dignidad y soberanía frente a Estados Unidos

Ojo Público
Por Norberto Hernández Montiel

“Tenemos que proteger nuestros recursos; el hecho de que se encuentren en otros países es un accidente”. Estas significativas palabras fueron pronunciadas por George Frost Kennan, quien fue director de Planificación Política del Departamento de Estado de Estados Unidos, a fines de la década de los 40 del siglo pasado.

El lingüista, politólogo, filósofo y profesor emérito del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, de acuerdo con sus siglas en inglés), Noam Chomsky, nos hace recordar este planteamiento, que todo gobierno de México debería tener presente, en cada reunión con los presidentes de nuestros vecinos del norte.

Resulta inquietante que el notorio académico, de origen judío, exponga la cita con la cual inicia esta columna durante una entrevista que le hizo el equipo de producción del documental “Plan Colombia”, que se puede ver en https://www.youtube.com/watch?v=plw25SKRI6I&t=218s.

Ante la inminente reunión del presidente Andrés Manuel López Obrador con sus homólogos, Joe Biden, de Estados Unidos, y Justin Trudeau, de Canadá, es muy útil que vayamos al pasado reciente, durante el cual se replicó el Plan Colombia en México, en el violento sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, con el nombre de “Iniciativa Mérida”, de infausta memoria y en buena hora finiquitada.

En el documental referido (Gerard Ungerman y Audrey Brohy, 2003), se explican los horrores de la intervención estadounidense en Colombia, los cuales comenzamos a experimentar en México desde antes de que entrara en vigencia la Iniciativa Mérida, porque la mentalidad de Calderón era totalmente compatible con ésta.

Veamos lo que significaron el Plan Colombia y la Iniciativa Mérida, en palabras del director del Programa de Armas y Seguridad del Centro de Política Internacional, con sedes en Estados Unidos y otros países, William Hartung:

“…para dar una idea de las prioridades en el Congreso (de Estados Unidos) cuando se debatió el Plan Colombia, el mayor problema fue cuántos helicópteros debían ser construidos en Texas por Bell Helicopter Textron o Sikorsky en Connecticut, en vez de discutir si era posible la solución militar o cuál sería el impacto en la población colombiana (…) Fue uno de los momentos más indignos en el debate de una política exterior”.

Lo más terrible es que el Plan Colombia surgió de un planteamiento que el ex presidente del país andino, Andrés Pastrana, había presentado al gobierno de Bill Clinton, en 1999, para que los vecinos del norte lo apoyaran económicamente a poner en marcha un plan de cultivos alternativos y desarrollo económico, con el fin de contrarrestar el creciente fenómeno de las plantaciones destinadas a producir precursores de droga.

Cuando esta idea inicial llegó a Estados Unidos, explica Hartung, “…se le puso un fuerte sello militar en el Pentágono. Ahora (en 2003) tenemos una situación en la cual, de 1.7 mil millones de dólares de apoyo en los próximos años, 80 por ciento estarán destinados a propósitos castrenses”.

En el documental destaca una entrevista con el entonces asistente para Narcóticos y Procuración de Justicia Internacional del Departamento de Estado, William R. Brownfield, quien afirmó, frente a la lente, en referencia al Plan Colombia, que “en Estados Unidos nos gustan las fórmulas simples”.

Tales fórmulas se las planteó Brownfield, durante el sexenio de Calderón, al entonces gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina de la Cruz. Después de una reunión entre ambos —en el marco de una serie de acuerdos entre procuradores y fiscales mexicanos y estadounidenses— el representante del Departamento de Estado informó respecto al compromiso de adquisición de “vehículos, equipamiento, en algunos casos helicópteros (…) que podemos ofrecer bajo la Iniciativa Mérida”.

El documental “Plan Colombia” es muy importante para dilucidar lo que hay detrás de cada acción en la política exterior de Estados Unidos respecto a toda América Latina y cómo compagina con la mentalidad de determinados jefes de Estado en nuestros países.

Podemos contrastar este ominoso pasado con la breve e intensa gira que llevó a cabo López Obrador por Guatemala, El Salvador, Honduras, Belice y Cuba, el año pasado, durante la cual demostró su liderazgo y que le es posible aglutinar a Centroamérica y El Caribe.

Durante esa jornada, puso de manifiesto, tácitamente, que los programas Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro son viables, frente a acciones como las del Plan Colombia y la Iniciativa Mérida, y tienen el beneficio adicional de lograr el arraigo de los migrantes potenciales en sus países.

En abono a esta idea, este solo logro beneficiaría satisfactoriamente a Estados Unidos: 55 por ciento de los beneficiarios había pensado en migrar al norte antes de afiliarse al programa, y este porcentaje se redujo a 0.6 por ciento; aparte de que 77 por ciento mejoró su alimentación; 75 por ciento incrementó sus ingresos.

Respecto a Jóvenes Construyendo el Futuro, la idea es que los beneficiarios, quienes trabajan como aprendices en empresas, comercios o el campo, se alejan de las conductas antisociales. En palabras de López Obrador: “estamos quitándoles el semillero a las bandas”, además de lograr que la juventud tenga posibilidades de estudiar y trabajar.

Recordemos también el anuncio del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, quien el año pasado dio a conocer el comienzo del programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”, con el nombre “Building the future” en los Ángeles, California, con 3 mil beneficiarios, inicialmente.

Volvamos a contrastar. William Hartung dejó muy claro el objetivo del Plan Colombia, idéntico al de la Iniciativa Mérida: “no es un plan de ayuda, sino de subsidio al complejo militar industrial de Estados Unidos”.
Es de esperar que en la reunión entre el presidente López Obrador y Joe Biden, el primero continúe presentando planteamientos en los que se privilegie la atención a políticas económicas en beneficio de la población de América a la que hasta ahora se ha marginado, y que la actitud del mandatario mexicano siga siendo digna y soberana.

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