Voces del Periodista Diario

EK THOR OO7 FOREVER

 CON LICENCIA PARA MATAR: HOY, MAÑANA Y SIEMPRE

 Madure 007, madure.”

Q., un día cualquiera.

El fenómeno 007 se manifestó a partir de los años 60 del pasado siglo en muchas maneras; perfumes, moda, música, léxico y casi todas las formas imaginables, el número siete antecedido por el doble cero se volvió un símbolo de la forma de vivir y gozar a la manera del agente secreto más célebre al servicio de su Majestad.

Pero quizá una de esas “maneras” fue muy especial en varias formas; la de las herramientas del agente del doble cero. Y de todas ellas, veremos la más poderosa…

Las armas de James Bond

Desde la primera novela escrita por Ian Flemming, Casino Royale, las armas ya tenían una gran importancia en el desarrollo de las tramas, como tenía que ser dado que el inefable James Bond es un agente secreto con licencia para matar, y su creador fue un miembro del servicio de inteligencia naval británico durante la Segunda Guerra Mundial, englobado en el Military Intelligence (MI) secciones 5 y 6… Sin embargo, aunque Flemming fue un miembro de la inteligencia militar, y participó en algunas misiones durante la guerra, nunca fue un operativo sino más bien un encargado de planear operaciones y, su conocimiento de las armas era… casi nulo.

Sólo así se explican ciertas metidas de pata en las armas del 007, algunas de las cuales el cine sólo se encargó de aumentar. Y, pocas armas han recibido mayores elogios y críticas como dos utilizadas por el 007; la Walther y la Beretta… en ambos casos con poca justicia.

         Esta es la historia: durante la Segunda Guerra Mundial, tanto el MI 6 como la O.S.S. (Office of Strategic Services) la Oficina de Servicios Estratégicos de los EU, tuvieron la necesidad de dar armas a sus agentes secretos en los territorios ocupados por los nazis, por razón obvia dado que ahí las personas eran revisadas con frecuencia, los aliados dieron a sus agentes herramientas diminutas de pequeños calibres; .22 y .25 y, esa fue la idea que Flemming llevó a la literatura.

Realidad y ficción

Obviamente estas armas de los agentes eran exclusivamente para defensa, a fin de cuentas era la guerra, los agentes secretos reales de la guerra fría no andaban armados y dándose de balazos con otros agentes, eso es para la ficción, la única excepción en cuanto a portar instrumentos letales fueron los célebres “eliminadores” Smersh de la KGB —también incluidos en las novelas de Bond—, pero aún estos no portaban armas (excepción para los agentes del MOSSAD), por lo menos no armas convencionales. Una historia fascinante que podemos tratar alguna vez…

         Cuando Flemming escribió Casino Royale, la primera novela de Bond, envió a su agente a la misión con una pequeña Beretta calibre .25, en una funda de gamuza suave incluida en la chaqueta. Obviamente la idea del autor estaba basada en aquellos agentes de la Segunda Guerra Mundial y no en la “realidad” de su personaje. Cuando en Desde Rusia con amor, Bond resultó herido a causa según el autor, de la Beretta, Flemming “aprovechó” la situación para hacer caso, según él, a los consejos de los armeros de verdad y cambió el arsenal de su personaje.

            Pero nuevamente lo hizo mal… las armas no eran su fuerte, los expertos le habían recomendado que Bond usara un confiable revolver en vez de una automática y que ésta pistola sólo fuera el arma secundaria, le habían dicho que el arma debía tener un calibre superior al .25 (6.5 mm), por lo menos un .38 (9 mm), y que la portara en una funda, sobaquera o de cintura y no en una bolsa de gamuza.

Para su nueva aventura Doctor No, James fue dotado con una Walther PPK de 7.65 mm de calibre —o sea .32—, portada en una funda Berns Martin Triple…, hubo lamentos entre los conocedores, porque detalles como esos pueden arruinar la mejor trama y más en el caso de alguien tan detallista como era Flemming. Porque resulta que si bien la Walther es una excelente pistola es una automática, y la funda BMT es exclusivamente para revolver. Como tratar de poner un disco LP en una unidad para discos compactos o viceversa. Grotesco en alguien que hacía a Bond tomar el champagne en una copa de plata, porque ésta conserva mejor el frío que una copa común. Estamos hablando de las novelas, el cine fue otro cuento.

         Ahora bien, no es culpa de Flemming, son pocos los autores que realmente conocen de armas, y salvo algunas excepciones, ninguno busca asesoramiento adecuado. Los  expertos habían aconsejado a Flemming que James usara un revolver Smith & Wesson .38 de cinco tiros, en la funda mencionada que es excelente para el modelo Chief y el Centennial en especial.

Que usara otro Smith & Wesson .44 (como el de “Dirty” Harry) para trabajos largos y cuando necesitara potencia para detener a algún tipo de mastodonte del bando de los malos. Las automáticas, entre ellas la Walther quedaban como armas secundarias y para ciertos “trabajos”. Por cierto, en el cine sólo Roger Moore llegó a usar la .44 S&W en su primer filme como Bond: Vive y deja morir.

            A partir de la primera película Dr. No, la Walther, quedó establecida como el arma de Bond dando incluso pie a uno de los comentarios de un villano (en el mejor estilo de Juan Orol, en Los diamantes son eternos, posiblemente la peor del 007, a excepción de Moonracker): “James Bond es el único agente que usa esa pistola”. ¿Se merece la Walther PPK esos comentarios, elogios y críticas?

¡Oh tempora, oh mores! Y el arma principal 007…

Desde aquellos días las maneras de ver las cosas respecto a las armas han variado mucho y hoy ningún autor conocedor de ellas dudaría en enviar a un agente a sus misiones con una de las antiguamente “despreciadas” .22, una actual cargaría 20 o más balas, tendría una precisión superior a cualquiera de las pistolas y revólveres de los años 60 ó 50, podría usar un silenciador totalmente efectivo y sería mucho más barata, ligera, fácil de ocultar y un largo etcétera (quien lo dude puede preguntarle al Hamossad Lemodi’in Uletafkidin Meyujadin (Instituto para Inteligencia y Operaciones Especiales), mejor conocido como Mossad a secas, acerca de sus Ruger .22 con supresor mixto usadas por el Metsada; la División de Eliminaciones, si les responden, por favor avisen para el anecdotario). Los tiempos cambian, no cabe duda, y aunque ese tiempo no parece afectar al inefable 007, quien hasta la fecha ya lleva colección de intérpretes principales en más de 50 años y sigue feliz de la vida, el tiempo si ha transcurrido en sus herramientas, la permanencia del 007 viene al caso por los rumores de su “muerte” en la más reciente cinta, el hecho es que el actor Daniel Craig se retira del papel luego de cinco filmes y, aún se desconoce el nombre de su sucesor, aunque se corrió el rumor de que sería una mujer de color (misma que en más reciente filme Sin tiempo para morir, es la nueva 007, luego del retiro de Bond), lo cual de entrada enfurecería a los fans de Bond y no imaginamos, como podría conservarse la franquicia “James Bond”, generadora de millones, con una sustitución semejante…

Hay que recordar que el 007 es sólo el número de uno de los agentes de una sección de “eliminaciones” del MI 6 (la doble cero) y que luego de que el buen James va al retiro con su mujer, el número queda vacante y se le dá a otra agente; rutina.

         Para quienes no acostumbran ver todos los créditos; al final de éstos, como es tradición desde el segundo filme del 007, aparece la leyenda: James Bond volverá.

         Así que los fans pueden estar tranquilos, el inefable James volverá (como el Terminator), pues la principal arma del 007 es su permanencia…

Recuadros:

 

 

Unas palabras sobre armas 007

Walther; una “herramienta” pionera y célebre

Esta compacta arma alemana tiene una historia muy interesante; fue introducida en el mercado en 1929, como un arma especial para la policía, la denominación fue PP (Pistole Polizei), fue la primera automática exitosa en el uso de la doble acción para pistolas (hasta entonces exclusivo de los revólveres), una de las primeras en tener un indicador de “cargada-descargada” e igualmente una de las primeras en ser fabricada con un fin específico; el ser una pistola para la policía, fue hecha para los calibres .22, .25 (muy raramente), .32 y .38 (debe hacerse notar que en Europa se usan los milímetros para medir los calibres y en América e Inglaterra las décimas de pulgada), los cuales equivalen a 5.6 mm , 6.5 mm , 7.65 mm y 9 mm.

El arma probó ser excelente e incluso fue adoptada por el Ejército Alemán en su variante de 9 mm, y la Walther PPK del 007 no es más que una versión un poco más pequeña que la famosa PP, fabricada para los policía vestidos de civil, las siglas son por la denominación Pistole Polizei Kriminal, o sea de los detectives y, fue tristemente adoptada por los agentes de la Gestapo (Geheime Staats Polizei): Policía Secreta del Estado, era también la pistola que solía cargar Adolf Hitler (al estilo Bond), en una funda hecha ex profeso para tal fin en sus pantalones, con una así (propiedad de él) se suicidó su sobrina y amante Geli Rabaul. Y, fue igualmente con una PPK que Adolf hizo lo único bueno en su vida; meterse un tiro por la boca el 30 de abril de 1945.

Personalmente la Walther me gusta más por eso último, que por ser el arma de James Bond, por lo menos el arma 007 hasta el quinto Bond del cine, porque ya fue sustituida por la Glock, mucho más moderna —aunque el aún actual Bond, Daniel Craig regresó a la PPK.

Esta, la Glock, es austriaca (como Hitler) y resulta curioso que en toda la carrera del buen James, Flemming jamás lo haya armado con alguna pistola inglesa… al parecer prefería las italianas y alemanas.

Excelente y antigua

La Beretta, por su parte es también una excelente arma, vilipendiada por los expertos más por su calibre pequeño que por su calidad, en la época en que fueron escritas las novelas de Bond cualquier armero o aficionado a las armas —me incluyo—, optaba más por herramientas de calibre grande que por los productos pequeños, ahora es diferente, pero esa es otra historia.

La fábrica Beretta, tiene la distinción de ser la más antigua en el mundo fabricando armas de manera ininterrumpida y siendo además propiedad de la misma familia desde sus inicios, sus productos pueden ser calificados sin excepción como excelentes y, para tener una idea de esto basta mencionar que fue precisamente una Beretta la que sustituyó como arma de servicio en el ejército estadunidense a la veterana y venerable Colt 1911 A1, calibre .45, en el año 1985, poniendo fin a una larga permanencia.

La Beretta .25 de Bond no era “mala”, simplemente se la consideraba “demasiado pequeña”. En lo personal es un modelo que me gusta… no tengo quejas de ella, mi pequeña “negrita Pietro” .25 es muy confiable.

 

Los Bond pasaban, el armero Q permaneció por años

Han transcurrido más de 40 años desde el estreno arrollador de Dr.No, la primera película de James Bond, que no la primera novela de Fleming. Desde entonces seis actores lo han interpretado en la pantalla: Sean Connery, George Lazensby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan y el actual Daniel Craig.

Cada uno de ellos le dio al personaje su particular actuación y personalidad, sin embargo, en los filmes; todo fue cambiando al paso del tiempo, menos un personaje que acompañó a Bond Desde Rusia con amor hasta El mundo no es suficiente, nos referimos al armero de Bond: Q, el actor  británico Desmond Llewelyn.

Cuando Q anunció su retiro y presentó a su sustituto, el actor de los Monty Python, John Cleese, se esperaba que tuviera un tranquilo retiro, pero falleció en un trágico accidente de automóvil cuando regresaba a su casa después de una sesión de firma del libro de su autobiografía. Había sido el armero de Bond durante más de 30 años, muchas armas, inventos, villanos y corajes contra el buen James por destrozar “sus juguetes” siempre nos simpatizó el buen viejo. Desmond Llewelyn de 85 años cuando falleció fue un personaje entrañable que a nosotros, que vimos y leímos las aventuras del 007 desde la primera, nos recuerda el paso inexorable del tiempo. Fue además, el único que permaneció inalterable, al igual que Monypenny, la secretaria de M y eterna enamorada de James (en las últimas cintas fue cambiada y ahora es una chica de color, quien ahora sí tuvo sexo con James), ella la original, se retiró por edad, pero Q permaneció.

Desde su primera aparición en la segunda cinta, entregando un maletín letal a James para su misión en Desde Rusia con amor. Q sólo dejó de estar en dos películas de Bond, en Vive y deja morir la primera de Moore, y en el remake de Thunderball con Sean Connery, Nunca digas nunca jamás. Participó en 16 de las películas de James Bond.

            En contraste y esto es muy chistoso, el personaje de Felix Leiter (aparecido por primera vez en Goldfinger), el eterno agente de la CIA, jamás fue el mismo; ha sido interpretado por diferentes actores, en una ocasión lo mataron, en otra le arrancaron una pierna, en el colmo de error de continuidad y como si el director hubiera sido el cubano Juan Orol, ¡una vez fue negro! (en la cinta Nunca digas nunca jamás, con el eximio Sean Connery, Sttl). Lo cual no impidió que en la siguiente aventura, simplemente apareciera otra vez, blanco y muy campante. ¿Milagros de la CIA? Ahora en las últimas cintas lo pusieron moreno otra vez y, en la más reciente lo mataron otra vez.

En cuanto a Q, un homenaje y recuerdo desde aquí al armero más memorable del cine, homenaje al cual unimos a dos Bond ya fallecidos: Sir Roger Moore y Sir Sean Connery (en la vida real entrañables amigos), Sttl para ambos, pero, a pesar de las muertes, Bond, James Bond, volverá

           

La Sección 00 del MI 6

                    Al Servicio de Su Majestad

                                         

En la industria del cine, hay cosas que el tiempo sí cambia. La renovación periódica del actor que encarna el papel de Bond, James Bond, se ha convertido en un hecho relevante dentro de nuestra mitología cultural. Hasta la fecha, la saga del agente 007 la han protagonizado 008 actores, a lo largo de más de medio siglo.

Los ocho actores que han interpretado a James Bond, hasta ahora…

  1. Barry Nelson (1954)

Fue el primer actor en interpretar a James Bond. Lo hizo en una película de televisión en 1954 que hacía las veces de capítulo piloto para una serie. El problema es que no funcionó y no llegaron a realizarla.

  1. Sir Sean Connery (1962)

Protagonizó seis películas desde 1962 hasta 1971. En 1983 hizo otra más, aunque no dentro de la saga oficial. Fue el primero en llevar al personaje a la pantalla grande. Para muchos, el mejor. Entre los títulos del actor escocés destacan Goldfinger, Desde Rusia con amor y Nunca digas nunca jamás.

  1. Sir David Niven (1967) 

 

 

Protagonizó Casino Royale, una comedia surrealista en la que tenía el papel del James Bond original. Este James Bond se encontraba retirado en su castillo escocés cuando es interrumpido para investigar las muertes de varios espías internacionales.

  1. George Lazenby (1969)

Este actor australiano sólo hizo un título en 1969, pero la productora no quedó satisfecha. Tras barajarse varios nombres se volvió a fichar a Sir Sean Connery.

  1. Sir Roger Moore (1973)

En 1973 se estrena Vive y deja morir. Sir Roger Moore, fallecido en 2017, aceptó el papel que había rechazado 10 años antes, ya que fue el primer actor en quien se pensó. Después de su éxito en la serie de televisión El Santo, hizo siete veces de Bond durante 12 años y con él nuestro agente se volvió más sofisticado e irónico.

  1. Timothy Dalton (1987)

(1987). El actor galés, que no utilizaba dobles para las escenas de acción, se encargó del papel durante dos películas. Licencia para matar, en 1989, fue su último trabajo.

  1. Pierce Brosnan (1995)

Después de una serie de conflictos legales, Bond vuelve con más fuerza y con el rostro de Brosnan, en Golden Eye. Encarnaría al agente a lo largo de c

uatro cintas durante siete años.

  1.  

    Daniel Craig (2006) 

El octavo 007 del cine se volvió rubio y de ojos azules. Con Daniel Craig se llega al 50 aniversario de la saga en 2012 y a un rescate de la personalidad del Bond literario. A finales de 2021 se estrenó su última producción: Sin tiempo para morir. Con esta fueron ya cinco los títulos protagonizados por el actor inglés, así como su última cinta. James Bond, obvio regresará, con el aún desconocido sucesor de Daniel Craig.

Coches de lujo siempre a su disposición; chicas hermosas que salen hasta debajo de las piedras; una lista de villanos casi igual de interminable; ingeniosos artilugios para enfrentarse con los malos más malos y una banda sonora de la que siempre se espera lo mejor.

Todas estas claves permanecen invariables, década tras década en la franquicia Bond, pero nunca hay certeza absoluta de quién será el próximo agente 007. Hay listas y apuestas para todos los gustos, como hay listas de los que pudieron ser y no han sido.

¿Quién llegara a ser el próximo señor Bond?

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Una muy, muy breve historia del espionaje real, con algunos ejemplos

Se denomina espionaje a la práctica y al conjunto de técnicas asociadas a la obtención encubierta de datos o información confidencial.

Las técnicas comunes del espionaje han sido históricamente la infiltración y la penetración, en ambas es posible el uso del soborno y el chantaje.

El general chino Sun Tzu, famoso por su libro El arte de la guerra, escribió: “Los dirigentes brillantes y los buenos generales que sean capaces de conseguir agentes inteligentes como espías asegurarán grandes logros”.

En la antigua Roma, los principales políticos tenían su propia red de vigilancia, la cual les proveía información acerca de las intrigas en las distintas escalas del poder en el imperio. El propio Julio César tenía una eficiente red de espionaje que le mantenía informado sobre las posibles conjuras en su contra. ¿Le habían advertido sobre el plan de atentar contra su vida? Posiblemente si, en todo caso César no hizo caso y fue asesinado.

         Pero, ¿de dónde proviene el adjetivo “espía”? Como muchas cosas y palabras; del ámbito militar. Las tropas auxiliares de las legiones tenían como parte de sus labores la de observar al enemigo para dar informes a la superioridad, para esta misión en muchas ocasiones tenían que subir a cerros empinados o incluso a montañas de tal manera que sin ser detectados pudieran observar al enemigo. Para trepar por zonas escarpadas solían ajustar a las suelas de sus cáligas una par de “medias suelas herradas” llamadas espion.

Al paso del tiempo estos observadores fueron conocidos un tanto peyorativamente como “espiones” y de manera individual “espión contra el enemigo” de ahí se derivó la palabra espía.

En la edad media, la iglesia católica tenía mucho más poder que algunos gobernantes. Y, por supuesto, una poderosa red de vigilancia; la inquisición.

El obispo francés Bernard Gui fue un teólogo y escritor notable así como uno de los arquitectos de la inquisición.

Durante 15 años, Gui sirvió como jefe de inquisidores en Toulouse, donde juzgó a por lo menos 900 personas por herejía. En la novela y cinta El nombre de la rosa, con Sir Sean Connery, Gui es uno de los personajes principales. En la cinta y en la novela se le trata de diferente manera.

Como escritor Gui detalló en su libro de 1324, La conducta de la Inquisición dentro de la depravación de la herejía, la forma en que se identificaba, interrogaba y castigaba a los herejes.

En Inglaterra, la corte de Isabel I fue un campo fértil de intrigas y el trabajo de Francis Walsingham fue el de tener a la monarca un paso adelante de sus adversarios. En mayo de 1582, Walsingham logró interceptar correspondencia del embajador de España en Inglaterra, Bernardino de Mendoza, en la que se describía una conspiración para invadir la isla e instalar en el trono a María, la reina de Escocia.

Mientras María estaba confinada en Chartley Manor, Walsingham logró una manera de probar lo que ya sabía, pero sin ponerse en evidencia. Le hizo creer a María que tenía una correspondencia secreta con sus aliados a través de cartas que él mismo escribía y le hacía llegar escondidas en un barril de cerveza. De ese modo, Walsingham logró obtener la evidencia de que María estaba conspirando para asesinar a Isabel I y, provocar una rebelión. La reina de Escocia fue juzg

ada y sentenciada a muerte.

Durante la Revolución Francesa, Maximiliano Robespierre y sus colaboradores vigilaban con atención a la gente y reprimían con violencia cualquier disidencia interna.

En 1793, el gobierno revolucionario estableció doce “comités de vigilancia” por todo el país. Estos comités estaban autorizados para identificar, vigilar y arrestar a cualquier sospechoso, ya fuera un antiguo noble, un extranjero, un francés que hubiera llegado hacía poco al país, 

funcionarios públicos suspendidos y muchos más. Y, precisamente en la época de la revolución francesa y el posterior imperio napoleónico hizo su aparición el creador del espionaje moderno:

            Joseph Fouché  un político francés  que ejerció su poder mediante el espionaje durante la revolución francesa y el imperio napoleónico. Fue una personalidad muy poderosa y de gran influencia en Francia durante la tormentosa era política que vivió, siendo el fundador del espionaje moderno y el responsable de la consolidación del Ministerio de Policía de Francia, posteriormente denominado Ministerio del Interior, como una de las instituciones más avanzadas de la nación. Joseph Fouché fue una de las figuras políticas más influyentes de su época en Francia. Fouché intervino de forma decisiva para provocar la caída de El Incorruptible de Francia, Maximiliano Robespierre. Posteriormente fue una pieza clave en el gobierno de Napoleón Bonaparte, época en la cual se convirtió en el hombre más rico de Francia. En realidad, a partir de Fouché todos los gobiernos, abierta o secretamente mantuvieron servicios de espionaje.

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