Ruta México
Por Álvaro Aragón Ayala
Cuando uno aleja la vista del árbol para ver el bosque, siempre encuentra fenómenos que, aparentemente invisibles, están sin embargo ante los ojos de quienes quieren usarlos para observar y no sólo para mirar.
Pongamos la lente sobre el siguiente dato: En el reciente medio siglo, han aparecido en el planeta 300 patógenos del tipo del coronavirus, 70 por ciento generados por agrótóxicos que han atacado ecosistemas forestales y han provocado que los virus salten de los animales al hombre.
El hallazgo se lo debemos a la filósofa india de la Ciencia, Vadana Shiva en su investigación sobre el desarrollo de la agroindustria. Se lo dejamos de tarea a los diseñadores y operadores de la cuarta transformación.
Una vista a vuelo de pájaro sobre el granero de México
Otro enfoque del asunto es el que nos interesa hoy, recordando una vez más que escribimos desde Sinaloa, motor histórico de la economía rural del noroeste del país, en el que el viejo Estado puso el acento de las políticas públicas para convertirlo en El granero de México.
Abordamos el tema desde esta perspectiva: Un sector afectado gravemente por la crisis económica, exacerbada por el Covid-1, es la industria restaurantera nacional, expuesta al obligado cierre por el confinamiento del personal, dejando sólo el servicio alimentario a domicilio.
Sobre ese punto enfoca sus baterías el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), al subrayar que el sector primario de la economía aporta el 3.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y emplea directamente a 6.7 millones de personas.
Dado que la agricultura de exportación está altamente tecnificada, la ocupación de aquella población depende del agro social, dedicado sustancialmente a la producción de alimentos; cereales, entre los que destaca el maíz, y diversas variedades de frijol, productos ambos nativos de Mesoamérica, cultivados y cosechado con técnicas rudimentarias, de ahí la demanda de mano de obra intensiva.
Nadie se atiende de un programa económico específico para el agro
En el planteamiento del GCMA se señala la ausencia de un programa económico específico para el campo, cuya producción para la disponibilidad de alimentos, por su papel fundamental, merece ser catalogado como prioridad.
De acuerdo con esa fuente, sólo la Comisión Agraria del Senado ha hecho un exhorto al gobierno federal para que ponga en marcha un plan emergente que, frente a la pandemia, se den apoyos extraordinarios al sector agropecuario, sin que las áreas del gabinete presidencial se aboquen al problema.
Importaciones más caras y la temporada de huracanes
De lo que sigue -acotamos por nuestra parte- la dependencia de México del incremento de las importaciones de alimentos agropecuarios bajo una doble amenaza: 1) El disparo del tipo de cambio que encarece el dólar, y 2) La tendencia de los departamentos de Agricultura y Comercio de Washington, de privilegiar inventarios y nuevas cosechas para satisfacer el mercado de consumo interno.
Para colmo, se aproxima la temporada de huracanes que trastornan los ciclos de siembra y, cuando éstas ya se hicieron, quedan expuestas a los incesantes vendavales e inundaciones que multiplican las plagas sobre los cultivos.
Lo alarmante del caso, es que las sedicentes representaciones sociales del campesinado y los gobiernos de los estados siguen atenidos a que todo se los resuelva la Federación que, a lo que se ve, tiene otras prioridades en agenda. Quede constancia.