Voces del Periodista Diario

El Rusiagate y la Orden del Águila Azteca

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

Francamente, ignoramos qué valor real tienen las cacharpas y los metales que intercambian los jefes de Gobierno y de Estado para difundir la sensación de que, entre ellos, las cosas están a partir de un piñón.

Confesada esa ignorancia, lo que si creemos saber es que, en la próxima semana, desde las instancias de procuración y administración de justicia del estado de Chihuahua se notificarían e intentarían ejecutarse cinco órdenes de aprehensión por causa fincada contra conspicuos personajes de la política tricolor.

Entre los sujetos nombrados extraoficialmente -la secrecía de la investigación impide confirmar el dato- estaría quien dentro de tres días dejará de ser canciller de México, Luis Videgaray Caso.

Entre otras notas reporteriles, tenemos registros periodísticos de 2016, una cuyas fuentes es el creíble diario The Washington Post.

Dicha publicación informó hace dos años que el FBI tendría en la mira al empresario Jared Kushner presuntamente implicado con agentes rusos en relaciones peligrosas. Uno de ellos sería el banquero publico Sergei Gorkov, objeto de sanciones dictadas por el gobierno de los Estados Unidos.

El expediente se conoce como Rusiagate, iniciado durante la campaña presidencial del republicano Donald Trump. Comisiones del Congreso estadunidense tomaron nota de ese asunto y por su parte indagarían el caso, que allá no se considera cosa juzgada.

Para mayores señas, el señor Jared es, entre otras cosas, yerno y asesor del inquilino de la Casa Blanca. Su esposa es Invanka Trump, quien aparece en la lista de invitados a la sesión de Congreso General en San Lázaro del 1 de diciembre.

Encuentro en Los Pinos, productivo y visionario

El señor Jared cobró celebridad en México porque fue, a petición de su amigo Vidagaray, gestor del encuentro en Los Pinos entre su suegro candidato en campaña y Enrique Peña Nieto. Al tiempo, el mexiquense defendería esa reunión, valorándola como muy productiva y visionaria.

Primer yerno de los Estados Unidos, al señor Jared se le atribuye un protagonismo determinante en el proceso de extinción del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), sustituido eventualmente por un arreglo comercial bilateral.

El texto de ese nuevo instrumento-grillete está en manos del Senado mexicano en espera de una fecha clave, el 30 de noviembre en Buenos Aires, donde se reunirá el G-20, mejor conocido como El Club de los Ricos. En la capital de Argentina -que apropiado- se estamparían las firmas de sus suscriptores.

Una ganzúa que puede abrir la Caja de Pandora

Los contenidos de ese documento permanecen en situación de enigma. El secretario de Economía de Peña Nieto, Ildefonso Guajardo Villarreal amenazó hace unos días con que, si los senadores mexicanos le mueven una coma, se abrirá una Caja de Pandora. Nuestros legisladores están muy curiosos, pero a la vez muy nerviosos.

Un dato nos mueve a curiosidad a nosotros también: Aunque es probable que Peña Nieto haya leído el voluminoso libro del arreglo bilateral, redactado originalmente en inglés, empresarios mexicanos que estuvieron en el cuarto de al lado en la sede de las negociaciones, tres semanas después desconocían lo que les depara la Caja de Pandora.

Lo único que por nuestra parte recordamos, es que don Jesús Seade, quien anduvo en las jornadas de Washington y está nominado a una subsecretaría de la Cancillería mexicana, declaró públicamente que el pacto bilateral de marras restaura en el planeta globalizado una región proteccionista, cuestión que en su momento denunciaron miembros de la Unión Europea.

Expuesto ese entorno, volvemos a la cuestión de entrada: ¿Tienen algún valor los suvenires que se intercambian en el mundo “diplomático”?

El águila mocha del genial Vicente Fox

Pongamos por caso una referencia: El genial Vicente Fox hizo del águila emblemática de nuestros símbolos patrios un personal logo para identificar su correspondencia pinolera. Se le conoció como El águila mocha.

El águila mocha, durante el sexenio foxiano, voló por todo el planeta a donde viajaba el guanajuatense calzado con sus botas de charol, también distintivas de la presidencia mexicana.

Ahora bien: Hace unos días, los jefes de las Fuerzas Armadas mexicanas fueron objeto de un histórico honor: El Departamento de la Defensa estadunidense y Donald Trump prendieron en los respectivos pechos de esos militares la orden de la Legión al mérito en grado de comandante.

En justa y “diplomática” reciprocidad, el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas mexicanas, licenciado Peña Nieto, decidió dar al yerno de Trump la Orden del Águila Azteca, según se conoció aquí hace unas horas.

Por lo que creemos saber, esa noble distinción se otorga a extranjeros por servicios prominentes prestados a la Nación mexicana o a la Humanidad.

López Velarde: La Patria es impecable y diamantina…

Subrayamos: Servicios prominentes. Ignoramos -otra vez nuestra ignorancia- si la Patria mexicana ha sido enterada de la obra que en su favor ha prestado el yerno de Trump.

En vías de mientras, nos quedamos con el bardo López Velarde: Proclamo “con épica sordina/ la Patria es impecable y diamantina”.

Nada más dos preguntas finales nos quedan: ¿Y qué tal si el yerno de Trump fuera sentenciado y condenado por la justicia norteamericana por el asunto del Rusiagate?

Contrario sensu: ¿Cómo reaccionaría el galardonado yerno de Trump ante la eventualidad de que su amigo Luis Videraray Caso fuera sentado en el banquillo de los acusados por la justicia de Chihuahua? Es cuanto.

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