El lecho de Procusto
Por Abraham García Ibarra
De la jornada “constitucionalista” celebrada ayer en el Teatro de la República en Querétaro, nos quedaríamos con las líneas pronunciadas por el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Luis María Aguilar, quien señaló que, para terminar con la impunidad y la corrupción en México, es indispensable el estricto cumplimiento de los mandamientos constitucionales.
La voz del ministro presidente de la Corte nos parece apropiada en fecha tan grave como el 101 aniversario de la Constitución de Querétaro, pues, aunque en la estructura del Poder Judicial de la Federación, está el Tribunal Electoral, salvo como votantes, los solemnes togados no están implicados directamente en la organización y la calificación de la elección presidencial de 2018.
Se toma nota, sin embargo, del llamado a la escrupulosa observancia de la segunda Constitución de Querétaro.
No es por jerarquía que nos quedamos, no obstante, con las palabras de Enrique Peña Nieto en la misma ceremonia. Al pisar el terreno electoral, el jefe del Ejecutivo instó a los contendientes a “no faltar a la verdad”, desconociendo los logros de gobierno en los últimos diez años.
El mexiquense demandó continuar lo mucho que se ha logrado, así como en su momento lo hicieron los constituyentes de 1917 que elaboraron la Carta magna vigente, retomando los principios fundamentales del texto de 1857.
Si desciframos correctamente el mensaje presidencial, podríamos hacer votos porque, en menos de una década, los mexicanos escuchen la proclamación de la Republica restaurada, como lo hizo en su momento el Presidente Benito Juárez.
Esa si es una cosa buena que hay que contar. De lo que tenemos una duda existencial, es si no estaremos faltando a la verdad. Es cuanto.
VP/Opinión/EZ