Voces del Periodista Diario

En México existe una vacante para Hércules

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

Si se agregan los compatriotas transterrados en situación temporal, México registra ya una población de unos 134 millones de individuos.

La estadística oficial reconoce 65 millones de mexicanos fluctuantes entre la pobreza “moderada” y la extrema pobreza, según se codifica eufemísticamente la miseria. Investigaciones sociológicas elevan ambos rangos hasta los 90 millones.

Ese es uno de los criminales saldos del ensayo de Estado neoliberal, que lleva ya cuatro décadas en México. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) denuncia de manera reiterativa el injusto reparto del ingreso nacional, que profundiza las estructuras de la desigualdad socioeconómica.

Igual Juan Pérez Jolote que Germán Larrea

Con independencia de los valores establecidas por la ONU para medir el desarrollo humano, el principal indicador es el reparto del Producto Interno por cabeza.

Desemboca ese método en un resultado falaz: Se pretende que, al promediar la distribución del PIB anual (un billón 149 mil millones de dólares a 2018) quedan a un mismo nivel los 16 plutócratas que aparecen en la lista Forbes de los más ricos del mundo (120 mil millones de dólares en conjunto) que el indígena que subsiste con magros subsidios asistenciales o el campesino de temporal que siembra para el autoconsumo.

Lo dijo el clásico: Aquí todos somos iguales, pero hay unos más iguales que otros.

Para que suene mejor, el reparto per cápita se denomina en dólares. Como sea, en 2012 se habló de 10 mil dólares anuales. En 2018, de ocho mil 205. Esto es, mil 800 dólares menos.

Ahora bien: Dentro de unos días se precisa la suma del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2019. Sin cambios radicales, será de cinco billones 600 mil millones de pesos.

El nuevo secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, ha llegado a decir que la cobija alcanzará para todos.

Si se trata de rescatar a los seculares condenados de la tierra, ni modo de oponerse al optimismo.

La cuestión es cómo se emprenderá tan humanitaria empresa y -aunque ya están enunciadas algunas líneas asistencialistas- qué tan eficaces resultarán las políticas económicas productivas para que se invierta el verbo: En vez de darte a comer el pescado, te enseñaré a multiplicarlo y pescarlo. Milagros no hay.

Es el reto de la democracia sustancial, la económica, de la que hablaba con vehemencia el enorme tabasqueño Enrique González Pedrero.

Si la leche es poca/ al niño le toca

De nuestras huérfanas mocedades, a propósito de prioridades, nunca se nos ha olvidado: Si la leche es poca/ al niño le toca. Era cuando teníamos en abundancia leche bronca; no cebos importados.

“Los niños son el futuro de México”, lugar común de los descubridores del agua tibia que escuchamos en los años cincuenta y seguimos escuchando 70 años después.

Por retomar cualquier reciente Día Internacional de los Derechos de la Niñez, tenemos el cuadro: 40 millones de seres mexicanos entre 0.1 y 17 años. Sería el capital humano de 2035, si alguien aprendiera a administrar el bono demográfico. ¿Lo hay ahora; lo habrá?

Por lo pronto, habría que cuidar de la fertilidad materna. Más de la mitad de la población mexicana son mujeres. Cómo no recordar un lema del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Si se trata de velar por Seguridad Social: De la cuna a la tumba.

Las periódicas encuestas de UNICEF, del INEGI, del Consejo Nacional para Evaluación de las Políticas de Desarrollo Social o del Consejo Nacional para la Evaluación Educativa revelan que un alto porcentaje de niños proviene de hogares con pobreza de ingresos para satisfacer las necesidades más elementales de sobrevivencia.

En esos segmentos se dan los más altos índices de deserción escolar, deficiencias de aprendizaje por falta de nutrición y otras taras.

Casi cuatro millones de niños han sido lanzados a la explotación del trabajo infantil. Mano de obra reclutada de preferencia en las comunidades indígenas para confinarla en las reservaciones agrícolas.

¿Qué quieres ser de grande m’ijo?: Sicario

Siguiente estación: Una no lejana encuesta en secundarias, realizada por la Secretaría de Educación de Sonora descubrió, a la pregunta de ¿qué quieres ser de grande?: Sicario.

Como halcones o matones, el crimen organizado halla en el ejército de reserva los activos más urgidos de ingreso cuando no encuentran oportunidades de estudiar o trabajar: Más de siete millones de ninis no acreditan, para nada, el humanismo político.

El expediente vale porque apenas la semana pasada el Instituto Nacional Electoral (INE) anunció un acuerdo del Consejo General para que se sugiera a la Secretaría de Educación Pública incluir en los libros de texto gratuito el valor de la paz. Obviamente, el valor de la paz es invocable de cara al estado de barbarie en que se encuentra México.

Esa iniciativa nos da pie para la variable: Se nombró a raíz de que el INE reportó que en la reciente Consulta Infantil y Juvenil participaron cinco millones 425 mil niños y adolescentes, de cuyas inquietudes se daría vistas al Congreso de la Unión y al jefe del Ejecutivo para que tomen las decisiones pertinentes.

Esas consultas no son nuevas, como no son los montajes del niño diputado o el joven legislador, ¿y qué han hecho los poderes legislativos federal y de los estados al respecto?

A diablo con los partidos políticos

Sospechamos que nada productivo: Para las elecciones generales de 2018 habría un potencial votante de unos 26 millones de ciudadanos entre los 18 y 29 años de edad. Unos 10 millones serían debutantes en las urnas. Su participación electoral no fue realmente significativa.

Es que, si la nueva generación tiene algún interés en la política o en la acción social, no lo encauza al través de los partidos políticos -de los que desconfía-, sino al través de organizaciones no gubernamentales. Lo vimos en la acción de auxilio a las víctimas de los terremotos de 2017.

No puede ser de otra manera: Jóvenes son la mayoría de los más de 30 millones de mexicanos ocupados en la economía negra porque el mercado laboral formal no les tiene oferta digna y no la tiene porque los agentes de los partidos políticos, estén en el Legislativo o el Ejecutivo son imputados, y con razón, de la debacle económica que vive el país.

Todo un éxito: La trata de ancianos

Siguiente estación: A propósito del mercado laboral, se ha convertido en un estigma llegar a la edad de 40 años. De ahí en adelante, no se aplica para las escazas plazas disponibles.

En esa estación recorramos algunos andenes: Las personas cesantes no tienen muchos destinos: Uno de ellos es el Instituto Nacional para la Atención de Adultos Mayores, según bautizó Vicente Fox al Instituto Nacional de la Senectud.

El nuevo aporte del INAPAN tiene una peculiar característica: La trata de ancianos. Algunos de ellos son obsequiados como cerillos a las grandes tiendas comerciales de autoservicio. Viven de la caridad de la clientela.

Cuarta estación: Aún los tecnócratas neoliberales blasonan del aumento en la esperanza de vida de los mexicanos. Claro que hacen abstracción de la calidad de esa alargada esperanza.

De aquello que algunos optimistas llaman vejentud sólo dos de cinco tuvieron una vida laboral estable para alcanzar el derecho a la jubilación y a la pensión. Solo el IMSS habla cuatro millones 100 en ese estatus.

De lo que nunca hablaron los tres titulares del IMSS durante el peñato es de que, sobre la población pensionada, han medrado los buitres de algunas operadoras financiera y bancos que tienen asignado el pago de la nómina pensionaria y que, con préstamos leoninos, por convenio o domiciliados, mantienen hipotecados esos recursos ahorrados para una vejez digna.

Ahora, el nuevo Presidente de la República encontrará que la Tarjeta Obrador, con la que se descuenta la pensión alimentaria para adultos mayores de 68 años en la Ciudad de México, ha quedo en manos de insaciables usureros.

Cuarta transformación de la República. ¿Quién convoca a Hércules? Los establos están que revientan de podredumbre. Es cuanto.

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