Voces del Periodista Diario

En política fiscal, estaremos como estamos

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

(Dicho en términos llanos, lejos de la justicia tributaria.)

A decir verdad, salvo el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024, no tenemos otra mojonera para otear el horizonte a largo plazo de la Cuarta transformación, mientras el destino nos está alcanzando. O ya nos alcanzó.

Conforme estudios del Instituto de Geografía de la UNAM, la población mexicana crece a un ritmo de millón y medio de individuos al año. Es posible que, en 2019, haya empatado a Japón en número de habitantes, en el décimo lugar mundial. En 2030, estaría en noveno lugar, con 137 millones de habitantes, tendencia que seguramente confirmará el Censo 2020 de Población y Vivienda.

A un corte decenal en 2018, el reporte indicó que México tenía poco más 53 millones de personas en pobreza moderada y 9.4 millones en pobreza extrema, eufemismo empleado por los estadígrafos para no hablar de miseria.

Salto sin red de protección: Del noveno al 15 lugar

En 2001, la economía mexicana estaba próxima a convertirse en la octava en la tabla mundial. En 2019, las agencias financieras multinacionales la colocaban en el sitio 15. Otros datos hablan del 16.

De acuerdo con diversas investigaciones especializadas, en las recientes tres décadas las políticas públicas facilitaron la mudanza de la economía productiva a la economía especulativa.

En ese periodo, en que la economía productiva se orientó a la exportación, se vio distorsionada, sin embargo, por la creciente inyección de principal y excedentes del tráfico de drogas, y su dependencia de los ingresos petroleros y de las remesas en dólares de los transterrados mexicanos en los Estados Unidos, que en 2019 alcanzaron un nuevo máximo histórico.

Nuevo apellido de la economía extranjerizada: Incertidumbre

Prácticamente, desde 2008-2009, en que en los Estados Unidos se detonó la crisis financiera internacional, las agencias calificadoras extranjeras sólo hablan de un amargo bocado en menú del comportamiento de la economía en México: La incertidumbre, profundizada por el fracaso de la Reforma Energética en la perspectiva de la sucesión presidencial de 2018.

Los resultados del segundo semestre de 2019 bajan a negativos los índices del Producto Interno Bruto (PIB); bajas que han incidido en la pérdida de seis-siete ´puntos en el ranking mundial en tres sexenios.

En 2014, se acometió una reforma fiscal, cuya característica fue el compromiso de no crear nuevos impuestos ni aumentar los vigentes. Una reforma, pues, sin dientes, en la línea del modelo neoliberal.

Último lugar de la OCDE en recaudación tributaria

De lo anterior resulta que México aparece en el último lugar entre los 34 países parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) en materia de recaudación tributaria: 16 por ciento respecto al 34 por ciento, la media entre aquellos países, y después de Argentina, Brasil y Chile en América Latina.

La propia OCDE señala, como lo hace también la Comisión Económica para América Latina y el Caribe con más énfasis, que los regímenes fiscales preferenciales a determinados causantes, ha descargado el peso recaudatorio sobre los contribuyentes cautivos de siempre, mientras que se ha soltado la rienda a los usufructuarios de la economía informal, en que la primera negación es el disfrute de la Seguridad Social.

Fundaciones privadas mexicanas atentas al proceso económico señalan tres agravantes de las políticas públicas: 1) Si no hay crecimiento, obviamente no hay desarrollo, 2) La reforma fiscal de 2014, incumplió el objetivo de financiar nueva infraestructura productiva, y 3) El peso del gasto corriente restringe las capacidades para atender la inversión productiva y el desarrollo social.

Estado Nacional insolvente-multimillonarios en la lista Forbes

El cuadro se pinta con estos trazos: Estado insolvente-nueva generación de millonarios mexicanos: 16 clanes familiares en la lista Forbes de los más ricos del mundo.

Cuando, en 2019, se anunció el nuevo Plan Nacional de Desarrollo, se declaró que sería el primero posneoliberal.

El pasado viernes, la nueva titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Raquel Buenrostro Sánchez le metió hielo y sal a la cuarta transformación: Ni pensar en una nueva Reforma fiscal, aunque seamos el último país de la OCDE en el ejercicio de esa disciplina pública.

Todos los huevos en la canasta del mágico ABC

La señora Buenrostro le puso buena cara a la situación: Basta con aplicar el ABC, que aquí reproducimos invertido: a) Erradicar la corrupción, b) Combatir la elusión y la evasión, y c) Eficacia recaudatoria. Una santísima trinidad para buscar un resultado diferente, con aroma voluntarista.

El dato cultural quedó a cargo de la primera autoridad recaudatoria de México: Se litiga para recuperar un billón 200 mil millones de pesos no ingresados a las arcas púbicas a causa de las rémoras citadas en el párrafo anterior: Serían suficientes, si es verdad tanta belleza, para financiar dos años de las políticas de Salud y Educación. Si pa´ mayo son los soles.

La cuestión es que, en su versión original, a la cuarta transformación le restan, en estricto rigor, sólo escasos 42 meses de ejercicio, dando por descontado que, a mitad de 2024, los votantes mexicanos acudirán a las urnas a elegir nuevo presidente de la República. Es cuanto.

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