Voces del Periodista Diario

Globalización-migración: “Robin Hood al revés”

Voces del Director

Desde Filomeno Mata 8

Por Mouris Salloum George (*)

El problema, es que al problema de la migración se le han improvisados salidas en lugar de dársele soluciones. Su desenlace es la crisis humanitaria que hoy señorea tanto en los territorios de partida, como en los países de destino. En los de tránsito, obviamente.

Para decirlo pronto, a enormes desafíos estructurales, que se originan en las desigualdades socioeconómicas, se les responde con acciones coyunturales que tienen el mismo efecto que el agua de borrajas.

La metáfora con la que encabezamos estas notas, la leímos hace años en un documento de análisis de la ONU -acaso del Fondo de Población-, pero recordamos que aquí, en el Senado de la República, se repitió a medio término de la implantación del Estado neoliberal, sorpresivamente en voz de un legislador priista.

Por supuesto, hablamos de la inversión de Robin Hood: En el neoliberalismo, el legendario personaje terminó por robar a los pobres para dar más a los ricos: Así entre los hombres, como entre las naciones, para recordar el apotegma juarista.

Conquista-colonización= Colonialismo interno

El proceso lo podemos describir como explosión de un círculo: “La hazaña” de la conquista y colonización en gran escala de América y África, colocó el huevo de la serpiente.

Los movimientos de Independencia en América Latina durante la primera mitad del siglo XIX y de descolonización de África después de la Segunda Guerra Mundial, pretendieron sellar el fin de las Colonias. Sin embargo, ambas expresiones libertarias, en los hechos, no abandonaron el sistema de castas.

El siguiente trazo del círculo estuvo a cargo de los detentadores del poder económico doméstico: La exacerbación del Colonialismo interno.

La desgarradora historia contemporánea de México

A manera de ilustración, colocamos a México: Ingresado el país durante la primera mitad del siglo XX al capitalismo tardío, falló en la tentativa del modelo de sustitución de importaciones con el objetivo de acelerar un proyecto soberano de industrialización nacional.

Se acompañó ese propósito con el perfeccionamiento restrictivo de las leyes sobre inversión extranjera. Aún vigente la idea-fuerza del Nacionalismo revolucionario, en la década de los setenta se optó por convertir a México en un país maquilador.

Abandonadas las regiones, el Estado mexicano orientó sus políticas de “desarrollo”, privilegiando la gestión de mal planeadas zonas metropolitanas para descargar la presión demográfica sobre lo que, a pesar de todo, acabó convertido en una macrocefalia: El Valle de México.

Una visión virreinal sobre la propiedad social de la tierra

Con visión virreinal, a pesar de que de la propiedad social de la tierra produjo satisfactores bastantes para alimentar a los compatriotas, exportar excedentes agropecuarios y pesqueros, y aportar insumos a la industria nacional, a partir de los ochenta el campo mexicano fue castigado en su demanda de infraestructura, crédito público, asistencia técnica, precios de garantía, mercado, etcétera.

En un corto periodo, la correlación población rural-población urbana quedó invertida en sus términos históricos: La mancha urbana se convirtió en pesadilla para los estados de México, Nuevo León, Jalisco y más tarde Aguascalientes, Chihuahua, Baja California, Guanajuato, Querétaro, Puebla, etcétera.

La puntilla la asestó “virtuosamente” la primera generación de tecnócratas neoliberales que abrazaron la superstición de la globalización, a cuyos usufructuarios obsequiaron la contrarreforma agraria y el Tratado de Libre Comercio, con el que se anexó la economía nacional a la de los Estados Unidos, pasando por encima de los derechos a la sindicalización y de huelga.

Los tres caballos del Apocalipsis y sus jinetes

Tres fenómenos son representativos de ese cambio estructural iniciado en los sesenta:  1) Para el desarrollo de la agricultura de exportación, a los valles del noroeste se les dotó de infraestructura hidráulica y mano de obra indígena enganchada, en una primera etapa, en las siete regiones de Oaxaca, finalmente expulsada hacia el Valle Imperial, California (USA).

2) Los estados maquiladores fronterizos del norte, dominados por el capital extranjero, se convirtieron en La meca de los pobladores de entidades vecinas y más tarde de las del centro y del sur, con la intención puesta en cruzar la línea hacia los Estados Unidos. Rumbo a aquella región se dirigió preferentemente la inversión en la industria automotriz.

3) Durante los tres sexenios pasados, los gobiernos expidieron a granel concesiones estatales para la explotación de la industria extractiva. El interés de las trasnacionales extranjeras se puso sobre la minería. En otros casos, en la generación de energía eléctrica. Después, en el petróleo.

Al diablo con el régimen comunal sobre la tierra

En ese punto, lo que hay que subrayar es que se hizo abstracción de que los territorios concesionados estaban -están- amparados por el régimen de tenencia comunal y ejidal, en cuyo caso los titulares de los derechos, la mayoría pueblos originarios, fueron ignorados.

Aupados por el gobierno, los concesionarios extranjeros no tuvieron reparo en contratar bandas de sicarios para vencer toda resistencia de las poblaciones despojadas, lo mismo por la acción directa que vía corrupción de los caciques responsables de la administración de los bienes comunales.

No hay por dónde: Economía negra o migración

En ese proceso de expoliación globalizada, entre otros lacerantes y disolventes saldos se pueden listar la conversión de millones de ejidatarios, comuneros y colonos agrícolas en jornaleros, la profundización de la secular marginación de las comunidades indígenas, el desempleo, el subempleo, la pobreza y la obligada migración: Primero, a las áreas metropolitanas internas; luego, hacia los Estados Unidos.

A más de 30 millones de mexicanos y sus familias no se les dejó más opción que incorporarse contra su voluntad a la economía negra, eufemísticamente llamada “informal”. Siguiente alternativa: Huir hacia la Unión Americana o a Canadá, viacrucis que hoy recorren mexicanos con títulos universitarios de licenciados y posgrados.

Cruzada Nacional contra el Hambre: Pozo de corrupción

Salidas, acciones coyunturales, no soluciones, escribimos al principio de esta entrega: Políticas asistencialistas; la más humillante, la ya olvidada Cruzada Nacional contra el Hambre, devenida flor de fango en la solapa de administradores corruptos.

Lo ha reconocido la ONU: Robin Hood al revés, leyenda anglosajona. Es la marca de la casa de los globalizados países del Tercer Mundo, entre los que se encuentran aquellos a los que se dora la píldora apodándolos economías emergentes. En este irónico catálogo está México.

Crisis humanitaria como coartada de Seguridad Nacional. ¡Qué buen lema! para la campaña de reelección a un segundo mandato de Donald Trump.

Siguiente fase, ¿la ocupación militar?

La frontera norteña ya está militarizada: Economía nacional secuestrada, solo resta la ocupación armada. ¡Qué buena oportunidad! cuando los mexicanos están a dos semanas de conmemorar la invasión de los marines al puerto de Veracruz: 21 de abril de 1914, una hora más, no la última, del Destino manifiesto. Vale.

(*) Director General del Club de Periodistas de México, A.C.

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