Voces del Periodista Diario

Hablemos del pensamiento de las derechas

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

Cuando -a finales de la primera mitad de los setenta- se produjo una sangrienta represión contra campesinos de San Ignacio Rio Muerto por parte del gobernador priista de Sonora, Carlos Armando Biebrich, estando José López Portillo en campaña presidencial tuvo un encuentro con las representaciones del empresariado poblano en la capital de la entidad.

Con aquel precedente, los voceros de las cúpulas privadas, so capa de seguridad jurídica para su sector, aludiendo el episodio sonorense demandaron al candidato una política de mano dura contra la subversión.

López Portillo hizo consideraciones político-ideológicas y deslindó: Un Estado nacional y democrático no puede hacer excepciones en su actuar, ni brindar protecciones especiales a los gremios pues sería situar al gobierno en los umbrales del fascismo.

Ya durante su mandato, López Portillo hizo alusiones ambiguas a las geometrías políticas en el marco de la Reforma Política de 1977-1978 por la que se institucionalizó la participación electoral de las denominaciones de izquierda que habían permanecido proscritas, incluyendo a movimientos que previamente optaron por la acción armada.

El coco: Socializantes, comunistoides, totalitarios…

En dicho sexenio, los organismos empresariales, sobre todo para consumo externo, se dieron a la tarea de cuestionar las orientaciones del régimen, tratando “de justificar” sus falsos temores con el supuesto de que el gobierno estaba infiltrado por socializantes y comunistoides con pretensiones totalitarias, citando nombres en realidad identificados por sus posiciones nacionalistas.

Algunos brazos políticos del poder económico, como la Unión Nacional de Padres de Familia, empezaron a difundir literatura sectaria denunciando una explicación dolosa, parcial y despectiva de la actividad empresarial.

¿Te gustaría tener como socio a Marx o a Lenin?

Se planteaba una pregunta, ilustrada con los retratos de Marx y Lenin: Señor empresario, ¿te gustaría tener un nuevo socio en tu negocio? y se advertía: Preparación para el rechazo al sistema de libre empresa/ Preparación para la aceptación del socialismo.

Fue en el segundo sexenio neoliberal (Ernesto Zedillo Ponce de León), ya puesto a caballo un nuevo corporativismo empresarial, cuando, particularmente la Confederación Patronal de la República Mexicana, empezó a meter baza exigiendo la extinción de la lucha de clases.

En esa dirección, el sindicato patronal logró ablandar a la Confederación de Trabajadores de México (CTM, que ejercía el control del Congreso del Trabajo) y la obligó a pactar una Nueva Cultura Laboral, en cuyo altar se ofrendaron las conquistas del movimiento obrero.

Nuevo planteamiento de las geometrías políticas

Más con muletillas propagandísticas de efectismo mediático que reflexiones serias, después del triunfo del Movimiento Regeneración Nacional en julio de 2018 hoy se reinstalan morbosamente las geometrías políticas, con un ingrediente importado: El chavismo (en alusión al gobierno bolivariano de Venezuela).

Sin esclarecerse las tipologías sociológicas históricas, esas morcillas se insertan a bote pronto en el genérico polarizaciones sociales, pasando por alto que la profundización de la polarización socioeconómica es el más acabado producto del modelo neoliberal y sus políticas de choque excluyentes.

Preciso es remitirse a los dos últimos regímenes posrevolucionarios mexicanos, que los postulantes del neoliberalismo codifican como populistas, dándole el rodeo a sus caracterizaciones de izquierda y de derechas. El de éstas, prefigurativo del fascismo.

Por nuestra parte, proponemos un corte:  La proclamación de la revolución conservadora de la mano de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, a principios de la década de los ochenta.

Obligado deslinde entre derecha y ultraderecha

A manera de recomendación, retomamos el análisis del Cuaderno número 1 de Ciencia Política, bajo el auspicio de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, datado en 1983.

El título de ese material es El pensamiento de la derecha y los apuntes son obra de Erza Shabot.

El autor nos ilustra con un necesario deslinde: El pensamiento de la derecha y la especificidad del pensamiento de la ultraderecha o extrema derecha.

Para decirlo pronto, el estudioso consultado incluye en el concepto derecha tanto a los sectores sociales como de la ideología de aquellos que defienden el orden establecido dentro del sistema capitalista (…) que aprovechan las ventajas que dicho orden les ofrece y, por tanto, intentan mantenerlo argumentando como principios el negar los privilegios que verdaderamente poseen y concibiendo como justo y natural el estado de explotación al que se somete a la sociedad que, de esta manera, legitima la supremacía del sector dominante.

Apunta Shabot: Es por eso que, en el manejo del lenguaje, parte fundamental de la expresión ideológica de clase, el pensamiento de derecha niega la distinción entre izquierda y derecha y, en la medida en que no lo consigue por completo, rehusa abocarse a la derecha y se esfuerza por aparecer como “sector promotor del cambio”.

(Como acotación subrayamos de nuestro lado que el primer tanque pensante que renegó del régimen revolucionario se hizo llamar La generación del cambio.)

Individualismo burgués e irresponsabilidad social

Dejamos el cuerpo de la argumentación del autor a criterio de quien se interese en el tema. En la última parte del texto comentado, Shabot acomete referencias al individualismo burgués, coartada para tratar de legitimar el derecho a la irresponsabilidad social sobre aquellos a quienes explota y domina.

En respuesta a esta visión pesimista de la derecha, el sector extremista se niega a morir, exaltando la muerte como la única forma de darle sentido y trascender la vida.

Transcribimos: La extrema derecha ve en la guerra, en el asesinato, en el derramamiento de sangre la única opción que le da contenido a la vida caótica, mediocre, corrompida, sin valores tradicionales y que se dirige a la extinción por la presencia de todos aquellos elementos causantes de la anarquía y la catástrofe.

El grito fascista de Viva la muerte explica el significado de este pensamiento que, basado en la muerte, explica la vida y se niega a morir. Hasta aquí el autor consultado.

La cuarta transformación, para cultivar y desarrollar sus expectativas, exige el aggiornamiento de sus ideas y su praxis. El espontaneismo debe ser superado con la re-educación de las masas. No hacerlo, ni siquiera en el Movimiento de Regeneración hoy triunfante, puede desembocar en un nuevo desencanto en la democracia. Es cuanto.

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