Voces del Periodista Diario

Instantáneas del Covid-19

Sinfonía Telúrica

Por Abraham García Ibarra

Cual debe de ser -porque así es-, no todo es guerra de cifras de menos o más contagiados y muertos en México por coronavirus. Hay vida después de la muerte.

Siempre es anímicamente gratificante escuchar desde el pasado 8 de julio El Huapango de José Pablo Moncayo. Es más sorprendente saber que cada ejecutante de la Orquesta Sinfónica Nacional actuó desde su casa y sin la intervención del director.

Más estimulante aún, es la noticia de que científicos británicos han avanzado en el estudio de los efectos de la aplicación de la fórmula de dexametasona, único medicamento que hasta ahora ha mejorado la supervivencia de víctimas del Covid-19, según pruebas a cuatro mil 231 pacientes.

Tenemos a la vista un mapa de México. Primera quincena de julio. Se indica que en 14 regiones con alta densidad de población indígena están hasta ahora relativamente libres de la pandemia gracias a las acciones preventivas acometidas por las autoridades comunitarias y a la preservación de la salud humana con base en tratamientos de medicina tradicional.

Más de 17 mil denuncias al año por malas prácticas médicas

Para todo el año de 2019, la Comisión Nacional de Arbitraje Médico procesó 17 mil 358 expedientes de quejas y denuncias por malas prácticas profesionales, con consecuencias mortales en algunos casos; en otros, por intervenciones quirúrgicas, con secuelas de por vida. En años anteriores, el promedio de asuntos tratados por ese ente ha sido superior.

En las comisiones de Derechos Humanos y la Procuraduría Federal del Consumidor se apilan denuncias por actos constitutivos de fraude en el ejercicio médico y la prescripción de medicamentos que no corresponden a las enfermedades diagnosticadas a los pacientes.

En cementerios de la Ciudad de México vemos un espectáculo casi increíble: Un matrimonio de ancianos (91 años el varón; 88 la pareja), durante el periodo de crisis sanitaria ha asistido en seis ocasiones a despedir a sus muertos; dos hijos entre ellos. Ha sido imposible convencerlo de que no se expongan al riesgo. Se mantiene de pie.

En la misma CDMX, en zonas de tiraderos aire libre de basura; entre cuevas y socavones de antiguas minas de arena en territorios altos ambulan miles de familias que desconocen las medidas de protección -sana distancia, uso de cubrebocas y lavado de manos con agua que no llega a aquellos solares- dedicadas a sus faenas cotidianas sin acusar hasta ahora síntomas de contagio.

El gobernador Bonilla Valdez pretende amordazar a periodistas

Una atribulada amiga nos informa aquí: En Tijuana, Baja California, un tío acude a sofocar un incendio en una de las colonias pobladas de casas de cartón. Sufre intoxicación por el humo inhalado. Es llevado a urgencias de un centro de salud local. No es prioridad: Muere a las pocas horas por intoxicación. Se le da certificado médico. Causa de su fallecimiento, “Covid-19”.

En el mismo estado, desde Mexicali periodistas acusan al gobernador Jaime Bonilla Valdez de obstaculizar el ejercicio de la libertad de expresión desde que se declaró la pandemia, sobre cuyos impactos se le ha exigido transparencia. Ni se les ve ni se les escucha.

En el área metropolitana del Valle de México, con frecuencia se levantan fiambres humanos muertos por congestión alcohólica. Se certifica su deceso por coronavirus.

Empresas aseguradoras empiezan a detectar tentativas de fraude

Al menos en la misma demarcación, las empresas aseguradoras están activando sus antenas. Una condición contractual de seguros de vida impone que los compradores de pólizas declaren motu proprio y de buena fe no tener historial clínico de padecimientos crónicos e irreversibles.

En el periodo de la pandemia -situación imponderable-, familiares de asegurados fallecidos han pretendido hacer efectivas las indemnizaciones contratadas, presentando certificados de Covid-19.  Al verificarse las verdaderas las causas de muerte se ha descubierto que algunas de esas personas han muerto por cirrosis e incluso se han recuperado expedientes en que se confirma que otros estaban en tratamiento de diálisis para controlar males renales derivados de diabetes.

En el mismo sector asegurador se consignan casos de personas muertas en accidentes automovilísticos provocados por estado de ebriedad. Se presentan certificados o actas de defunción por Covid-19.

Para no perder clientela por riesgos de contagio, cadenas hospitalarias privadas suelen emitir certificados de decesos por otras causas ajenas a la pandemia.

No obstante las advertencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), replicadas por las autoridades sanitarias mexicanas, sobre los peligros del uso de fórmulas con precursores de dióxido de cloro, médicos particulares en el área metropolitana de la Ciudad de México siguen recomendando esos medicamentos como cura de la enfermedad.

Otra peste: Perras y gatas parturientas abandonadas con todo y crías

En nuestra ciudad, en determinadas zonas residenciales reputadas por su poder de compra, es común que parejas jóvenes sin niños o ancianos pensionados solitarios se acompañen de mascotas.

Aquellas personas que carecen de ingreso fijo para subsistir en los prologandos días de vigilia se han visto precisadas a la disyuntiva: O come la mascota o como yo: En parques y jardines públicos y aun en estacionamientos de condominios habitacionales sin vigilancia, todas las mañanas aparecen perras o gatas parturientas abandonadas por sus dueños con todo y crías, para ver quien se compadece y se hace cargo de ellos.

Son estampas, pues, de la nueva normalidad, en la que no sabemos todavía quién será capaz de encontrarle la cuadratura al círculo. Es cuanto. 

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