Voces del Periodista Diario

Legalización de la marihuana, contra el prohibicionismo de EE.UU.

Por Salvador González Briceño

Este miércoles 10 de marzo de 2021, la Cámara de Diputados aprobó la Ley para la Regulación de Cannabis, por 316 votos a favor y 129 en contra, lo que permite el uso lúdico y a la vez legal de la marihuana en México.

Los ordenamientos aprobados en la ley son para: “Almacenar, aprovechar, comercializar, consumir, cosechar, cultivar, distribuir, empaquetar, etiquetar, exportar, importar, investigar, patrocinar, plantar, portar, tener o poseer; preparar, producir, promover, publicitar, sembrar, transformar, transportar, suministrar, vender, y adquirir bajo cualquier título.”

Así, el país pasa a ser tercero en el mundo, después de Uruguay y Canadá, en contar con una legislación respecto del uso de una de las sustancias por décadas “prohibidas”, así como millonario negocio de cárteles en países productores y trasiego en el mercado ilegal de drogas hacia países consumidores, como los propios Estados Unidos.

La medida, aprobada hasta ahora que el poder legislativo cuenta con la mayoría del partido en el poder —pese a que en el pasado, 2018, el tema fue abordado con restricciones de consumo solo con fines médicos—, es una noticia que les caerá como balde de agua fría a los grupos delictivos, e igualmente a Washington y sus agencias de “seguridad nacional” como la DEA que más bien han “administrado” el negocio por décadas, que someterlo a control.

La “guerra contra el narcotráfico” de Estados Unidos en el mundo, con particular énfasis en América Latina, ha tenido resultados nefastos de crímenes relacionados, por lo que en más de una ocasión se le ha tipificado de “fallida” en países como México y Colombia, firmantes en su momento del Plan Mérida y Plan Colombia, respectivamente.

Sin embargo, lo que queda claro es que la presunta “guerra”, más que “controlar” el negocio, lo que trata es de contar con pretextos para “justificar la militarización” en los países de la región, por mencionar solo a Colombia, Perú o México, y de ese modo contener a las fuerzas progresistas, así como los enclaves de recursos naturales y contra la presencia de otras potencias en la región, por considerar a Latinoamérica “patio trasero”.

Cierre del negocio para Washington

Al menos en lo tocante a la marihuana. Todavía más, la presencia de los cárteles de las drogas o grupos delictivos en la región, una vez que reciben apoyos para su crecimiento se desborda la violencia, más no su erradicación, para de ese modo —otra vez—, justificar la “intervención militar” por motivos de “seguridad nacional” estadounidense.

Entramado de una estrategia para el intervencionismo militar, pasando por el control de las políticas de seguridad nacional de los países que han adoptado la “guerra contra las drogas” como política de seguridad pública, sostenida desde Washington, no para resolver sino alentar el negocio más que de marihuana, desde luego.

En EEUU. las drogas son para consumo interno, gran negocio de los cárteles locales a los que poco se menciona, permitir el desbordamiento del negocio para luego detener a los narcotraficantes, extraditarles o darles procesos a modo a cambio de otorgar información de la rede del negocio, para luego decomisarles sus cuentas en dólares alimento en su sistema bancario.

Negocio redondo cuyo teatro se le comienza a cerrar a Washington con México, con un gobierno decidido a modificar de raíz el siempre negado cambio de “estrategia”, que pasa por un EE.UU. que además del mercado pone las armas para los cárteles, en tanto México pone los muertos.

Pero por otra razón le pegará al negocio de los estadounidenses, porque México es uno de los principales países productores de la planta, cercano distribuidor del principal consumidor y gran aliado de las políticas de criminalidad, así como del tráfico de otras drogas.

Pero como país soberano el poder legislativo así lo ha aprobado. Falta concluir el trámite en el Senado, pero ese no es problema. México logó en pocos años con un nuevo gobierno, lo que EE.UU. no ha querido: la prohibición.

No está mal para empezar. Luego, seguro, se hará algo con el resto de las drogas, todavía más peligrosas. Basta revisar las cifras de los muertos por intoxicación o sobredosis en el vecino del norte.

VP/OPINIÓN/sgb.

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