Voces del Periodista Diario

Llegó la hora de Los Itamitas

El lecho de Procusto

Por Abraham García Ibarra

Con independencia de sus calidades éticas, lo que hay que reconocer a la clase propietaria es su visión de futuro. No medra para consumir sus frutos en la inmediatez: Tiene espíritu milenarista. La posteridad es su morada habitual.

La Dinastía Rothschild empezó hace 250 años. Su firma sigue apareciendo en valores bancarios. John Davison Rockefeller arrancó en la segunda mitad del siglo XIX. Nueva York registra su continuidad.

Por hablar de una familia mexicana emblemática, puede acudirse al tronco dinástico: don Eugenio Garza Sada. Los regios siguen asistiéndose del consejo de algunos herederos para saber qué se hace con y de Monterrey.

Los políticos mexicanos viven sometidos al “sistema métrico sexenal”. Pescan a rio revuelto en su periodo de vino y rosas, y: Después de mí, el diluvio.

Los que esperaron agazapados la revancha

Se sabe que ramales genéticos de Los notables decimonónicos que amaron a Maximiliano y descendientes de la aristocracia pulquera del periodo de la dictadura de Don Porfirio, derrotados por los liberales juaristas y los revolucionarios, se guardaron cerebralmente para la hora de la revancha. Que llegó en 1988.

De la clase propietaria hablamos: Algunos empresarios de intuición nacionalista contemporizaron con los gobiernos del PRI. Los rencorosos, sobre todo sonsacados por el clero católico, no.

De la segunda vertiente es el punto: Irredentos, los de la línea contrarrevolucionaria no bajaron la guardia. Encontraron la oportunidad para reunificarse (Consejo Coordinador Empresarial de por medio) en dos momentos: 1) Cuando Luis Echeverría expropió los latifundios de los valles El Yaqui y El Mayo, en Sonora, y 2) Cuando José López Portillo decretó la expropiación bancaria.

Fueron las horas en que, según algunos politólogos, dijeron ¡Basta! Se dijeron hartos de delegar el poder político en interpósitas personas.

Lograron aliento en los jardines de la Casa Blanca ocupada por Ronald Reagan: Revolución conservadora, Fundación para la Democracia y su división de apoyo a la acción política empresarial en América Latina.

Ya para 1998, los hombres de negocios  encontraron su adalid: El ex presidente de la Coparmex y el CCE, José de Jesús Clouthier y del Rincón. Contendió contra Carlos Salinas de Gortari. Un año después murió en conveniente accidente carretero.

Con la reconciliación, el Corporativismo empresarial

Pero en 1988 los hombres de negocios ganaron perdiendo: Salinas de Gortari sustituyo el corporativismo social con el corporativismo empresarial. La vieja clase priista fue expulsada del paraíso.

Primera concesión: El regreso del sistema de banca y crédito a manos privadas, primer nivel de la desnacionalización de la vértebra financiera del Estado. Su operación estuvo a cargo de Pedro Aspe Armella.

De cómo se incubó “el huevo de la serpiente”

Corte para la obligada retrospectiva a fin de localizar una cabeza de playa en la estructura estatal: Banco de México-Secretaría de Hacienda; Presidencia de la República-Banco de México.

Personalizan esas dos representaciones Gustavo Petricioli Iturbide y Miguel Mancera Aguayo.

Mancera Aguayo asumió la dirección general del Banco de México en 1982. Petricioli ocupó Hacienda de 1986 a 1988. Sucedió en el encargo a Petricioli, Aspe Armella.

Facción, clan profesional o secta, los tres nombrados son coloquialmente conocido como Itamitas, en razón de su extracción académica del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

Mancera y Petricioli acreditaron  su posgrado en la Universidad de Yale. Aspe, en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Lo mismo da: las dos instituciones de los Estados Unidos.

Para 1993 -sexenio de Salinas de Gortari-, el ITAM ya tenía colocados en áreas estratégicas a 65 de sus pupilos.

En 2000, la Secretaría de Hacienda fue dada por Fox a Francisco Gil Díaz, producto del ITAM con posgrado en la Universidad de Chicago. Vistas las cosas, los Itamitas no tienen partido aborrecido.

Los tres magníficos en acción

Por Hacienda han transitado sucesivamente Agustín Carstens Cartens, José Antonio Meade Kuribreñas y Luis Videgaray Casos. Los tres con fierro del ITAM.

La nómina de nombrados ha sido y son los mandarines del neoliberalismo versión mexicana.

No se hagan bolas. Por nuestra parte no nos enredaremos en la Teoría de la conspiración (aunque lo que parece, es). Simplemente, hablamos de una visión de futuro.

Pedro Aspe Armella estuvo en los umbrales de Los Pinos entre noviembre de 1993 y finales de marzo de 1994 después del asesinato de Luis Donaldo Colosio.

Ahora, un itamita se revela como “simpatizante del PRI”. Tanta simpatía hace de Meade el “candidato externo” del tricolor a la Presidencia de México.

Si hace unos meses el Senado de Emilio Gamboa Patrón  le obsequió a un patrono del ITAM, Alberto Bailleres, la medalla Belisario Domínguez, ¿por qué sorprenderse de que Luis Videgaray -el amigo del magnate Donald Trump– se le haya adelantado a Enrique Peña Nieto en el destape del secretario de Hacienda?

Vis a vis, entre la Belisario Domínguez y Los Pinos, nos quedamos con La Belisario. La residencia presidencial está muy devaluada. Es cuanto.

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