Voces del Periodista Diario

Lo dijo una sobrina: Al final del día, la caca flota

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

Los oráculos mexicanos en materia de Ciencias Económicas nos ofrecen cada inicio de sexenio federal el Plan Nacional de Desarrollo.

Acá, los que no disponemos de un título siquiera de tenedor de libros, imaginamos a esos técnicos quemando kilos de materia gris en la confección de matrices insumo producto para ordenar a futuro un virtuoso equilibrio entre la oferta y la utilización de bienes y servicios.

El otro ejercicio es anual: Los Criterios de Política Económica con sus correspondientes Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos de la Federación.

Por la acción de ocultos duendes conspiradores, a los diseñadores de esos modelos invariablemente de les descuadran las gráficas: El gobierno siempre resulta gastando más de lo que le autorizó la Cámara de Diputados, se endeuda más de lo que le fue aprobado; nunca le atinan al indicador de inflación, al valor del peso frente al dólar ni al precio del petróleo. (Hacienda siempre lo solicita devaluado y el público no sabe a qué se aplica el diferencial al alza.)

Todo a favor de una burocracia improductiva

En eso del endeudamiento, se sospecha que los legisladores no han leído unas letras no tan chiquitas del texto constitucional que condiciona los empréstitos a la ejecución de obras que directamente produzcan un incremento en los ingresos púbicos

Será por eso que la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de San Lázaro sigue liberando con mexicana alegría el gasto corriente -que, por supuesto, no produce incremento alguno en los ingresos públicos; todo lo contrario- en detrimento de la inversión productiva.

De otro lado, se autoriza deuda nueva sólo para pagar deuda vieja. No obstante, la ecuación ha generado un monstruoso saldo de más de 10 billones de pesos de deuda pública.

Entre esa deuda pública está la discrecional disposición de los fondos del ahorro para el retiro de los trabajadores, que se supone va a parar a la Tesorería de la Federación. Pongamos por caso: Las Afore han acumulado casi cuatro billones de pesos. El gobierno le ha hincado el diente mano a más del 20 por ciento, y contando.

De las Grandes Ligas a los llanos centroamericanos

Semanas antes de que Enrique Peña Nieto entregara la banda presidencial, desde el mismo interior de su administración se le acusó de abdicación al poder. Se dijo que, por su bajo voltaje, los que habían apostado por la Reforma Energética estaban transfiriendo sus inversiones hacia mejores y más seguros destinos.

Desde la década de los ochenta, de la oferta de convertir a México en potencia económica media se dio el salto al ingreso a las Grandes Ligas. Hoy, a México apenas le alcanza apenas para competir con las economías centroamericanas en materia de crecimiento y distribución del ingreso nacional.

En el periodo del Estado neoliberal concebido bajo el supuesto de la abundancia energética, este sector ha estado administrado por expertos consejeros independientes, formados incluso en la actividad gubernamental, que han entregado sus honestos servicios a la República.

De plano, el de las manos limpias, que se las lavó en sanguaza y chapopote; el del humanismo político, no se mide. Será por eso que una sobrina llegó a decir en su sexenio:  Al final del día, la caca flota. Es cuanto.

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