Voces del Periodista Diario

Lo que no se sabe es si Marko Cortés es daltónico

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

Nomás hay que ver cómo se le llena la boca al jefe nacional del PAN, Marko Cortés, asestando mandobles a diestra y siniestra contra todo lo que dice o hace el gobierno de la tercera alternancia presidencial.

En el llano se dice: ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.

Desde que Vicente Fox llegó a Los Pinos en 2000, el gobierno azul no ha hecho más que repetir las ruines prácticas de las tepocatas, las víboras prietas y otras alimañas tricolores.

La urgente y obvia necesidad de Kiko Valdez: Más deuda

Veamos: El PAN cumple en 2019 treinta años de estar ejerciendo el poder en el estado de Baja California gracias al modelo de concertacesiones electorales que implantó en 1988 Carlos Salinas de Gortari.

De ganar el próximo 2 de junio, el PAN agregará en dicho estado dos años más a su expediente: 32 en total. El PAN es el partido decano entre los de oposición con tan larga presencia en el poder estatal. (El próximo es un “sexenio” de dos años.)

Si el PAN pierde, la ecuación cambia: Dejará hipotecadas las finanzas del gobierno del estado por un plazo de 37 años. Esto es, hasta 2056.

Esa ecuación resulta de una iniciativa de urgente y obvia necesidad que promovió el actual gobernador Francisco Kiko Valdez ante el Congreso estatal y le fue aprobada.

El meollo del asunto se desagrega de la siguiente manera: El mandatario panista obtuvo el aval de los diputados para contratar nueva deuda pública por un monto de dos mil 600 millones de pesos.

No sólo: La autorización se extiende a la redocumentación de la deuda actual del orden de los 12 mil 526 millones de pesos. El gran total es de más de 15 mil millones de pesos.

Conforme al decreto correspondiente, la gestión de esos recursos se hará al través de la figura más socorrida de los administradores mañosos: Un fideicomiso. Sus tripas alcanzarán hasta 2056.

Oscar Vega Marín: Profeta desarmado

Lo que hay que subrayar, es que el PAN está en plena campaña por la gubernatura bajacaliforniana. Su candidato es Oscar Vega Marín. Por supuesto, éste llega desarmado para denunciar la corrupción pública.

Si el poder desgasta, el poder absoluto desgasta absolutamente. En ese desgaste, el PAN paga la penitencia por el pecado de desunión: De sus entrañas surgió el oponente contra Vega Marín: Héctor Osuna Jaime.

Osuna Jaime fue alcalde panista de Tijuana, pasó por el Congreso de la Unión por el mismo partido y fue presidente del Instituto Federal de Telecomunicaciones. En 2013 pretendió la gubernatura azul al gobierno del estado; no se la dieron: Hoy es abanderado del partido Movimiento Ciudadano.

El panista en activo y el ex panista enfrentan la candidatura del empresario Jaime Bonilla, nominado por Morena, partido a su vez fracturado por el desplazamiento del aspirante Jaime Martínez Veloz (Los Jaime están de moda), quien se refugió en el destartalado PRD.

Por el PRI, con 30 años en el exilio va Enrique Acosta, apenas una candidatura testimonial.

La sombra de la Confederación Patronal de la RM

Lo que vale agregar, es que, en el periodo preliminar, entre los nombres que se mencionaron entre los prospectos azules estuvo el del actual presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, el bajacaliforniano Gustavo de Hoyos. Lo dejaron chiflando en la loma.

Sólo como dato cultural, recordamos que, en 1988, el sindicato patronal usó la cobertura de Poder Ciudadano para apoyar la candidatura del ex presidente de esa cúpula Manuel de Jesús Clouthier del Rincón: Ya es historia el resultado de aquella contienda.

Apenas unas pálidas pinturas que el jefe nacional del PAN, Marko Cortés se niega a ver. No se sabe si es daltónico. Es cuanto.

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