Voces del Periodista Diario

Los militares, enfermos de soledad

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

El primate uniformado Jair Bolsonaro acaba de disponer el retiro de Brasil de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), fundada en 2008 a iniciativa del bolivariano Hugo Chávez y secundada por el ex presidente brasileño, ahora encarcelado, Lula da Silva.

Aunque llegó a la presidencia por una aciaga vía electoral, Bolsonaro anida en sus entrañas su vocación golpista. En 1964 se gratificó con el golpe de Estado contra Joäo Goulart, perpetrado el general Olimpo Moürao Filho, por el que se hizo del poder el también general Humberto de Aléncar Castillo Branco.

Figueiredo: Por una democracia sin adjetivos

La dictadura militar brasileña se prolongó hasta 1985. En ese periodo se hizo célebre la frase del general Joäo Baptista Figueiredo: Democracia sin adjetivos. Me suena; me suena. 

Cambio de página: Si el disco duro cerebral no nos falla, en la primera mitad de los setenta asistimos en Buenos Aires a la celebración, un 9 de julio, del Día Nacional de Argentina.

Despachaba en la Casa Rosada el general Alejandro Lanusse Colly, continuador de la dictadura militar. A nuestro regreso a México, en el diario El Día publicamos una serie de reportajes, una de cuyas entregas se publicó bajo el título, Los militares, enfermos de soledad.

(En abono de Lannusse, diremos que, en El juicio de Las Juntas, montado en 1985, dio testimonio contra miembros del Ejército, imputados de terrorismo de Estado. Todavía, Las madres de la Plaza de Mayo -que ya son abuelas o bisabuelas- andan buscando a sus niños secuestrados y desaparecidos durante la dictadura militar.)

De vuelta a nuestra visita a Buenos Aires: En la cobertura de los eventos de julio, se nos puso bajo escolta militar.

Entrados en confianza, nuestro custodio, cuestionado sobre la atmósfera castrense en un día cívico, nos reveló que había estado de alerta a causa de que se estaba poniendo en operación un nuevo plan del Ejército para “acotar” a la oposición; su ala armada la dirigían Los montoneros.

Rezagado en el vuelo México-Buenos aires, un reportero de Televisa nos pidió “la nota”. La extrajo de nuestra grabadora. En su truculento envío, aseguró que el gobierno argentino había adoptado el modelo de El halcón mayor Alfonso Martínez Domínguez, regente del Distrito Federal en los días del Jueves de Corpus, en que se asestó en el Casco de Santo Tomás de la Ciudad de México el coloquialmente llamado El halconazo.

El Plan Cóndor, criatura de Henry Kissinger

Después supimos que la operación insinuada por nuestro informante se trataba en realidad de el Plan Cóndor, maquinado por el Departamento de Estado norteamericano y la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Su inspirador y ejecutor fue Henry Kissinger, el que decía que el poder es afrodisiaco.

En ese plan fueron comprometidos los ejércitos de Argentina, Brasil, Chile (el ABC del Cono Sur), Bolivia, Uruguay y Paraguay (este último país, la Republica de Oriente, a decir recientemente de Enrique Peña Nieto.)

Los militares, enfermos soledad, repetimos la “cabeza” de una de nuestras entregas en El Día. Eso fue hace casi cinco décadas. En nuestro oficio, se dice que una noticia de ayer, vuelve a serlo 24 horas después.

¿Podremos conocer los entresijos de la Operación Cóndor?

Esta semana, el Departamento de la Defensa de los Estados Unidos acaba de desclasificar documentos de el Plan Cóndor. Por ellos (uno de 1977) se sabe que Argentina operó como cuartel central en el Cono Sur de los ejércitos que desencadenaron la peor represión regional contra la oposición civil -combatiente de las dictaduras- que recuerde la historia hemisférica.

La verdad, pues, no se deja aplastar. Siempre reclama su sitio, y lo ocupa. Nunca es tarde, aunque la reparación del daño siga negándose, así aquellos países blasonen ahora de sus gobiernos elegidos democráticamente. ¿Cómo el de Jair Bolsonaro?

En México, hoy se están desclasificando archivos cuya información permaneció reservada durante casi medio siglo. Oportunidad para conocer los entresijos de la Operación Cóndor que a mediados de los setenta sentó plaza en El triángulo dorado de la droga: Sinaloa, Durango y Chihuahua. Es cuanto.

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