Voces del Periodista Diario

Los trogloditas amarillos sin su Gran Timonel

El lecho de Procusto

Por Abraham García Ibarra

Es que se amotinaron y lo arrojaron del barco. Suele ocurrir aun en nuestros modernos tiempos.

La primera nota de la bitácora nos informa que la noche el 6 de julio de 1988, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano provocó lo que Miguel de la Madrid describió después como un terremoto político que pasmó al priismo cupular.

No llegaron los 20 millones de votos que el dirigente nacional del PRI, Jorge de la Vega Domínguez prometió a su candidato presidencial Carlos Salinas de Gortari.

El ex gobernador priista de Michoacán desencadenó el infarto tricolor que 60 días después se resolvió en el Golpe de Estado técnico, según lo tipificó entonces el constitucionalista y en aquel momento flamante diputado priista don Antonio Martínez Báez.

Cárdenas, cuya original nominación a Presidente fue por el simplemente testimonial Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), logró sin embargo al correr de los meses catalizar el gran acuerdo político por el que se puso a caballo el Frente Democrático Nacional (FDN) concebido e impulsado por genuinos militantes de izquierda.

Fraguada la usurpación presidencial, al hijo del general Cárdenas se le trató de convencer de que conservara la dinámica frentista que, aún con las boletas electorales quemadas y la aritmética del Colegio Electoral de la Cámara de Diputados, logró que se le reconocieran casi seis millones de votos.

Cuauhtémoc se obcecó en tener su propio partido para la segunda vuelta en 1994. Le llamó Partido de la Revolución Democrática (PRD): Democracia ya/ Patria para todos. (Lágrimas de nostalgia).

Dos veces acompañaron la candidatura presidencial de Cárdenas las siglas del PRD, del que fue declarado líder moral y, al final del día, expulsado.

Ahora, en el cabús de Por México al frente

En su ambulantaje de estos días, el candidato presidencial de 1988 que se negó a darle continuidad al Frente Democrático Nacional, ve como sus ingratos herederos arriman su sardina al fogón  de Por México al frente.

La locomotora de ese frente es el Partido Acción Nacional, fundado en 1939 expresamente para revertir la obra revolucionaria del Divisionario de Jiquilpan, Lázaro Cárdenas del Río en dos expresiones rectoras. En lo social, el reparto agrario y la organización obrera. En lo económico la Expropiación Petrolera.

Durante las dos presidencias del PAN (2000-2012) se inició el proceso de desmantelamiento de Petróleos Mexicanos y se inauguró la era del gran saqueo de la renta petrolera.

En 2008, el presidente panista Felipe Calderón promovió la primera reforma energética. A una semana de terminar su sexenio introdujo una iniciativa de ley para que, de plano, se privatizara toda la tierra de los ejidos.

El PRI, contra el que se sublevó Cuauhtémoc Cárdenas en 1987 volvió al poder en 2012. Entonces, Enrique Peña Nieto propuso la segunda reforma energética por la que el petróleo quedó desnacionalizado.

Obra fue del fáctico Pacto por México en el que el PRD se ayuntó con el PAN, el PRI y su verde fauna de acompañamiento.

Mozo de estribo del peñismo, ¿por qué algunos se sorprenden de que el PRD siga aferrado a su querencia azul y le eche porras al probo candidato presidencial El joven cabeza rapada Ricardo Anaya Cortés? Es cuanto.  

VP/Opinión/EZ

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