Voces del Periodista Diario

Mal comienza la semana para quien ahorcan en lunes

Voces del Director

Desde Filomeno Mata 8

Por Mouris Salloum George (*)

Al amanecer 2018, la balanza comercial de México registró en enero un déficit de 4 mil 500 millones de dólares, un 27 por ciento mayor que el resultado en el mismo periodo de 2017. “La mayor cifra de la historia”, según se dice dijo el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Obviamente, ese faltante es contra el incremento en volúmenes y valor de las crecientes importaciones mexicanas. Las más indispensables, las requeridas para alimentar los estómagos mexicanos, que subsisten de las remesas enviadas por nuestros compatriotas transterrados a los Estados Unidos, que también registran “máximos históricos”.

Algunos se gratifican por el incremento de las remesas; otros, menos ciegos, atribuyen el fenómeno al exacerbado temor de los mexicanos ante las incesantes amenazas de deportación que todos los días lanza Donald Trump, “el que sí cumple lo que prometió en campaña”. Esos mexicanos tienen miedo de que sus ahorros sean confiscados a la hora de su expulsión.

Con acero y aluminio se construyen las nuevas invectivas de Trump

Las calamidades no vienen solas, dice la conseja popular: Al concluir la séptima ronda de revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, no se sabe si los saldos son para reír, llorar o ponerse a rezar. A los negociadores mexicanos se les han mellado hasta las lenguas de madera.

Para colmo, otra cubeta de agua helada: La Casa Blanca dará a conocer esta semana la fijación de 25 por ciento de incremento a los aranceles por importación de acero y aluminio.

Canadá (TLCAN), la Unión Europea y China ya pusieron el grito en el cielo. En México, salvo los del sector directamente afectado, la voz del gobierno se escucha muy quedito. No quiere darle un pellizco al tigre de papel.

Solo los banqueros otean una primavera feliz

En el agreste paisaje mexicano, sólo los gerentes de la banca extranjerizada saludan la próxima primavera, ahítos y optimistas. Tanto, que no ven en la sucesión presidencial riesgo alguno para sus negocios. Y cómo, si solo en 2017 se alzaron con ganancias por más de 135 mil millones de pesos.

Los militantes en la continuidad del modelo neoliberal sólo ven riesgos en un cambio de guardia en Los Pinos. El Instituto Nacional Electoral comulga con ruedas de molino: no ve riegos en las elecciones a causa de la inseguridad.

Una magistrada que ve la realidad sin lentes ahumados

La magistrada presidenta de la Sala Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Gabriela Villafuerte, ve el escenario con gafas sin ahumar.

En su reciente informe anual de labores, la magistrada Villafuerte declaró que el proceso electoral en marcha se da en el marco de la más fuerte crisis social e institucional.

Explica su juiciosa visión: El problema de fondo es que la democracia representativa que forma parte de nuestro sistema electoral, se encuentra severamente cuestionada por una sociedad cada vez más inconforme. La dimensión que alcanza el enojo social, las grandes desigualdades y la franca y visible polarización, “no dejan de ver tiempos nuevos…”.

Lo peor del caso, es que desde lo alto se ve el enojo social como algo irracional. Dicho por nuestra Madre Academia: que carece de razón.

Tienen ojos y no quieren ver; oídos, y no quieren escuchar. Eso no lo dice la siquiatría, lo denuncian las sagradas escrituras. ¿Quién las lee?

(*) Director General del Club de Periodistas de México, A.C.

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