Voces del Periodista Diario

Malosos tumban los castillos de arena

Voces del Director

Desde Filomeno Mata 8

Por Mouris Salloum George (*)

No sólo los ingenieros y arquitectos, sino un media cuchara ocupado en la industria de la construcción sabe que los castillos de arena no son duraderos. Al primer soplo se desmoronan.

Saben también, esos maestros, que un pent-house no se sostiene si carece debajo de una sólida base estructural. Un  último piso sin diez de soporte, no es una base espacial. Por eso, en septiembre muchos de ellos fueron derrumbados por los terremotos en la Ciudad de México. Pura ley de gravedad.

Así pasa con las supersticiones neoliberales: Se desvanecen a golpes de realidades.

La Utopía del doctor Meade

Ayer, en Los Pinos, al anunciar su dimisión a la Secretaría de Hacienda para registrarse como precandidato presidencial del PRI, José Antonio Meade tuvo un destello retórico futurista: Con esfuerzo, “México puede convertirse en una potencia en la que la gente tenga comida, seguridad y educación de calidad”.

Invariablemente, un personaje de la talla del aspirante a huésped de Los Pinos, aún sin experiencia electoral, sabe que empieza a prometerse aquello de lo que la gente carece. En este caso, empezó por la comida. De lo deseable, lo posible.

¿Y los resultados de la Cruzada Nacional Contra el Hambre? Después de todo Meade, como secretario de Desarrollo Social que fue, sabe de lo que está hablando.

Le pegan en la línea de flotación a Navarrete

Con eso de que hay que seguir contando las cosas buenas, el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, a la primera provocación, suelta el choro de los máximos históricos en la creación de empleos en los cinco años de gobierno peñista. Nunca en otro sexenio ocurrió tal epopeya.

Alguien tiene que hablar con la verdad: Lo hacen los miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México, que no andan en tricolores actividades clientelares.

En reunión de política monetaria del 9 de noviembre, la Junta de Gobierno del banco central registró conclusiones en el sentido de que, si bien la creación de nuevos puestos de trabajo es alta, advirtió que esos nuevos empleos son de baja productividad.

Una cosa viene de la otra: La política laboral en México, en materia de salarios, se rige por los índices de productividad. A menos productividad, menor salario. Ergo, rindes poco; poco se te paga. Los especialistas llaman a ese fenómeno la precarización del empleo.

La minuta de la reunión comentada tiene otra perla negra: Casi 60 por ciento de las ocupaciones se localiza en la economía informal.

(A qué hablar de la triangulación del reclutamiento laboral: Primera negación: La Seguridad Social.)

La canasta alimentaria básica voladora

Ayer mismo, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval) echó a perder la verbena destapatoria del tricolor: En su más reciente reporte sostuvo que los hogares mexicanos, los del infalizaje por supuesto, ven la canasta alimentaria básica y cada día tienen más dificultades para llevarla a la mesa de la familia.

Para decirlo pronto, en su reporte sobre el Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza, el Coneval asegura que el porcentaje de población que no puede comprar la canasta alimentaria se elevó de 40 a 41.8 por ciento en el tercer trimestre de 2017.

En ese trimestre, el ingreso por persona proveniente del trabajo, bajó de un promedio de mil 729 pesos a mil 693 pesos. Parece una nimiedad la diferencia, pero 26 pesos alcanzan para cinco boletos del metro, kilo y medio de tortilla o tres cuartos de kilo de frijol.

Hidalgo, Tabasco y Campeche son los estados, entre otros, en los que el ingreso generado por el trabajo  es inferior a la línea de bienestar mínimo.

Pero falta aún cuantificar el cuarto trienio del 2017, el de los remesones de los terremotos.

Faltan sólo 48 horas para que, en el recuento quinquenal, se le explique al respetable porque hablan así el Banco de México y el Coneval. La verdad nos hará libre.

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