Voces del Periodista Diario

Mario Delgado: Siervo de la Nación siglo XXI

Voces del Director

Desde Filomeno Mata 8

Por Mouris Salloum George (*)

El jueves, en México se celebró el Día Mundial de la Salud Mental.

El evento nos da para un ejercicio memorioso: José María Morelos y Pavón fue un niño formado al cobijo de su abuelo. Estudió el sacerdocio en el Colegio de San Nicolás, Michoacán.

Los primeros 15 años de su magisterio cristiano, Morelos los ejerció en la modesta parroquia de Carácuaro. Ahí escuchó el llamado de los Insurgentes para defender en el Pacífico la Declaración de Independencia de México, a la que sirvió a costa de su sacrificio. El único título que reclamó en vida fue la de Siervo de la Nación.

La efigie de Morelos aparece en el logo de la cuarta transformación.

Un privilegiado joven mexicano formado en la Universidad de Exxe

Mario Delgado Carrillo tuvo el privilegio de estudiar en el selecto Instituto Tecnológico Autónomo de México. Becado, obtuvo en la Universidad Exxe del Reino Unido postgrado en Econometría.

Sus primeros años en funciones públicas, Delgado los ocupó en tareas policiales. Ha pasado por la escala burocrática con éxito, hasta ser investido presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados.

Hoy, desde esa posición de ventaja, Delgado hace grilla barata con la pretensión de ser líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena). A la usanza de la vieja escuela priista, recoge firma de sus pastoreados para alcanzar su propósito.

Pero Delgado no se mide: Se filma en la portada de Palacio Nacional, invocando la figura de Andrés Manuel López Obrador, quien lo recibió el pasado jueves en su despacho, difundiendo maliciosamente -Delgado- la impresión de que es el bueno para dirigir Morena.

Horas después, el aspirante a la dirigencia nacional de Morena subió a las redes sociales un mensaje asegurando que, de esa audiencia, fue testigo de calidad José María Morelos, quien, por lo que sabemos, no se encuentra en el padrón del Movimiento.

De Exxe a la Ciudad de México, ya tenemos, pues, el siervo de la Nación del siglo XXI. Para cachaza estamos.    

(*) Director General del Club de Periodistas de México, A.C.

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