Voces del Periodista Diario

Navidad sin ti

Por José Luis Avendaño C.

(280 días de confinamiento)

“La naturaleza explotaría si intentara

producir solo Beethovens”.

Robert Schumann

 

 

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Finalmente, en la noche del 14 de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador envió una carta de felicitación a Joe Biden, presidente electo de Estados Unidos.

Lo anterior lo informó al día siguiente, durante la mañanera.

Amparándose en la Doctrina Estrada, esperó hasta que el Colegio Electoral confirmara la victoria del demócrata en las elecciones del 3 de noviembre.

Respetando las formas, López Obrador no se pronunció hasta que, una a una, las supuestas pruebas de fraude electoral, que fueron desechadas. Fue por prudencia política, dijo en su momento.

Tal vez, recordaba sus anteriores experiencias como candidato, especialmente la de 2006, cuando perdió con el 0.56 por ciento, enarbolando la bandera: Voto por voto, casilla por casilla.

Además de subrayar los principios de No intervención y de Autodeterminación de los pueblos, destacó la importancia de la cooperación, en particular en cuanto al asunto migratorio.

El día 19, se informa de una conversación entre ambos, en la que se enfatizó en revigorizar la cooperación bilateral “para garantizar una migración segura y ordenada, contener el Covid-19, revitalizar las economía de América del Norte y asegurar nuestra frontera común”, según un comunicado del equipo de transición de Biden.

Por su parte, a través de tweeter, López Obrador dijo: “Reafirmamos el compromiso de trabajar juntos por el bienestar de nuestros pueblos y naciones” (Aristegui Noticias, 20/12/2020).

Esteban Moctezuma Barragán, actual secretario de Educación Pública, será el próximo embajador de México en Estados Unidos, anunció el presidente, el 16 de diciembre. La nueva titular de la SEP será Delfina Gómez, maestra de primaria, subraya el mismo presidente.

Como en todos los anteriores nombramientos hechos por López Obrador, se privilegia la lealtad sobre el conocimiento (para eso existe un equipo asesor técnico). La representación en Washington es, sobre todo, política.

Así, con un presidente Donald Trump que se niega a admitir que perdió, veremos qué sucede de aquí al 20 de enero, día de la investidura presidencial de Biden.

Mientras que se refugiaba en su campo de golf, sus partidarios, todavía el fin de semana anterior, se manifestaban en las calles.

La apuesta es sí Trump asistirá ese día, y si lo hace, en qué condiciones.         

De poder a poder. Mientras aquí, varios aeropuertos serán administrados por el mando militar, Trump espera con ansia qué aeropuerto llevará su nombre. De algún aeropuerto, quién sabe. Sólo se me ocurre, algún pedazo del ignominioso muro de la frontera sur.

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La guerra es un negocio antes, durante y después, bajo la lógica destrucción-reconstrucción, en la política, que, sin desaparecer por completo, reaparece en forma de planes y filantropía (deducible de impuestos).

Clausewitz (1780-1831) dijo que la guerra es la continuación de la política por otros medios.

Si esto es cierto, en medio y después de la destrucción y tragedia que significan las guerras, avanzan los planes de reconstrucción, liderados por grandes consorcios financieros, industriales y de servicios. El negocio del dolor humano.

Con todo y que la salud es un derecho humano fundamental, como lo establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), el mantenimiento de la salud entró en el circuito mercantil privado, de manera especial, con la ofensiva neoliberal de los últimos 40 años.

A medida que el Banco Mundial se involucró en préstamos para proyectos de salud, sometió los presupuestos de salud pública de incluso los países más pobres a políticas de austeridad, acelerando el giro hacia el sector privado para satisfacer las necesidades de atención médica.

“La actual pandemia de Covid-19 ha puesto de manifiesto la locura de la austeridad” (Monthly Review, Nov. 2020).

El proceso de privatización, acelerado a partir de la década de los noventa, ha llevado a la canibalización de la atención de salud, hasta llegar a la actual etapa perversa de la financierización.

“Para ser claros, el propósito principal de las corporaciones no es promover la prosperidad común, sino producir ganancias. Se sabe que la financierización aumenta la desigualdad, ralentiza la inversión en la producciónexacerba las presiones de endeudamiento y acelera la responsabilidad democrática”.

Esto lo estamos observando, con una pandemia que no cesa, con la llamada guerra de las vacunas en la que se hallan enfrascados países y empresas, que en principio han visto aumentar sus cotizaciones en bolsa.

A partir de una demanda global, para que la vacuna anti Covid-19 llegue a la mayor cantidad de gente vulnerable, se impone el reto de la producción masiva y su posterior distribución y aplicación. Distribución que implica determinadas medidas de conservación, y aplicación que tendrá que llegar casi a todos.

“Los expertos en salud advierten que (junto al uso del tapabocas y la sana distancialavarse las manos es la protección más importante contra el Covid-19. Pero según la UNICEF, el 40 por ciento de la población mundial, o tres mil millones de personas, no tiene instalaciones para lavarse las manos con agua y jabón en casa” (MR, Nov. 2020).

Vale, aquí, asomarse a la experiencia de Europa y su impacto en el trabajo; “La visión higienista adoptada por los poderes públicos se enfrenta constantemente a las exigencias del trabajo real y a la exigencia patronal de mantener la productividad. El análisis de los clusters aparecidos después del desconfinamiento muestra que, en ciertas actividades, la protección ofrecida por simples barreras higiénicas es ilusoria. En otras actividades imponen un trabajo diferente. Enseñar, hacer teatro, conducir un autobús respetando los gestos de barrera crean a menudo situaciones insostenibles y una desestabilización de las identidades profesionales. En gran medida, es el trabajo real el que alimenta un inmenso potencial de resistencia (Viento Sur, 18/12/2020).

Primero fue Gran Bretaña, después Estados Unidos y ahora la Unión Europea. Comienza a desplegarse por el mundo la vacunación anti Covid-19.

Si creemos que con la vacuna, todo está resuelto, y que, en consecuencia, se pueden relajar las medidas preventivas mínimas. Pero no. Queda todavía un buen trecho de tiempo para que se vea mitigar la pandemia (de su desaparición, ¡olvídense!, el virus llegó para quedarse). De la vacunación, que apenas comienza o está por comenzar, hay que tomar una serie de consideraciones, como los efectos secundarios, las contraindicaciones quiénes sí, quiénes no, y bajo qué condiciones—,  cuándo dura la inmunidad, etc. Así que nos, todavía, nos quedan tiempos rudos (Rolling Stone, 12/19/2020).

La aparición de nueva cepa, variante y/o mutación del virus, complica aún más el panorama. Una veintena de países europeos suspendieron vuelos hacia y desde Inglaterra.  

Ante el rebrote de diez mil infectados por día, Países Bajos (Holanda) anuncia una cuarentena que se extenderá hasta el 19 de enero (teleSUR, 17/12/2020).

La vacunación en España comienza el 27 de diciembre, y se restringe de diez a solo seis las personas que se pueden reunirse en Navidad (El País, 18/12/2020).

Entre el 21 de diciembre y el 6 de enero, Italia estará en confinamiento total, se informa el día 18.

Este fin de año, la Ciudad de México en rojo.

Frente al aumento de contagios y hospitalizaciones, el 18 de diciembre, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, anuncian que ambas entidades –Ciudad de México y Estado de México, que incluye una de las zonas metropolitanas con más movilidad del mundo— regresaron al semáforo rojo, que implica la suspensión cierre de actividades no esenciales (en restaurantes y donde venden alimentos, sólo para llevar y entrega a domicilio); medida que se extiende hasta el 10 de enero.

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 Se vale insistir sobre los efectos del Covid-19. Son muchos: de carácter personal, familiar, social, económico y político. Aquí y en todo el mundo. Hay un antes y un después, y 2020 pasará a la historia –ya es histórico—.

Con el incremento de la movilidad, propia del fin de año, y del consecuente relajamiento social, se observan mayores casos tanto de infectados como de muertes. Y se multiplican los llamados a extremar los cuidados, empezando por el uso del tapabocas la sana distancia; ésta última muy difícil en un espacio tan conflictivo como la Ciudad de México, se encuentra en situación, valga la reiteración, de alerta y emergencia.

Sin que hayan llegado las primeras dosis de la vacuna, de cualquier país, empresa y marca, ya existe un plan de vacunación, que se prevé de larga data, y con una pandemia que, también, nos acompañará un buen rato.

El día 19, desde Yucatán, el presidente se refirió, con amplitud, a esta doble crisis, de salud y económica:

“No podemos sólo dedicarnos a atender la pandemia, a cerrar la actividad económica por completo en el país, porque sería muy grave en el futuro, y tampoco podemos abrir la actividad económica del país como si no pasara nada teniendo esta pandemia, estos contagios y, lo más terrible, lo más lamentable, es la pérdida de vidas humanas. Entonces, nuestra estrategia consiste en equilibrar ambos aspectos”.

Se refiere a extremar los cuidados el necesario aislamiento, lavado de manos—, y termina con un mensaje de optimismo:

Debemos mantener encendida la llama de la esperanza y tenemos que seguir reactivando la economía, realizando estas obras (el Tren Maya, que será administrado por las fuerzas armadas) muy importantes para la creación de empleos y mejor el mercado interno”.

Días antes, el 14, López Obrador había dicho que confiaba en que las empresas cumplan su palabra, y que según lo convenido, llegue el abasto seguro y suficiente de vacunas al país.

Sobre la conveniencia, en plena época navideña, de tomar medidas restrictivas, apeló a la responsabilidad de la gente, y exhortó, sin tapabocas, a que “nos cuidemos nosotros; prohibido prohibir”, desempolvando una consigna del Mayo francés del 68.

Una persona, un presidente que se niega al uso del cubrebocas –poniendo el mal ejemplo—, porque cree que al ponérselo pierde su identidad, que nadie lo va a reconocer, que significa la muerte  en vida. La inmortalidad del tlatoani.

¿Es por desinformación o desdén?

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En tanto se desarrolla (¿desenrolla?) una práctica política de simulación, emerge la sociedad enmascarada, en emergencia, que para muchos desembocará en una situación o estado de censura.

Aunque las autoridades sanitarias digan, cual carta a los reyes magos, que “ninguna fiesta vale una vida”, como diría el clásico (Armando Ramírez): Qué tanto es tantito… Pudiera ser el último reventón.

Un festejo que trasciende todas las creencias y religiones y al escepticismo.

La fecha del nacimiento de Jesús coincide, aquí, con la de Huitzilopochtli.

El espíritu navideño, entre el consumismo (con su mismo…)  y el subconsumo (Rosa Luxemburg dixit).

Será, ésta, una Navidad atípicaAnormal.

La recomendación es que sea sólo en familia: la de casa.

Algunos se habrán ido. Muchos estarán lejos o la pasarán solos. Pero, saben que siempre estarán con nosotros.

¡Salud!

Mi alma por un taco de romeritos. 

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Luego de las voces encontradas acerca de la reforma del Banco de México, presentada y aprobada por el Senado, se dejó para el próximo año su discusión y eventual modificación en la Cámara de Diputados. Para no aguar la fiesta.

Con la reforma, Banxico se obliga a adquirir los dólares en efectivo que no son repatriados a Estados Unidos.

Ya se sabe que las remesas, que llegan vía electrónica casi en su totalidad (99 por ciento), en su mayor parte se dedican al consumo familiar, pues compensan el magro ingreso familiar.

En 2021, aumenta el salario mínimo en 15 por ciento, en sintonía con la propuesta presidencial, de 123.22 a 141.70 pesos diarios.

“Este aumento se suma a los que se otorgaron en 2019, del 16 por ciento, y de 2020, del 20 por ciento, que han permitido continuar con la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores, reducido la desigualdad de ingresos con relación a las mujeres y el fortalecimiento del mercado interno, sin afectar la inflación y el empleo”, dice la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami).      

Un mercado interno que se concentra en bienes-salario (y no todos), ya que el salario mínimo apenas alcanza a cubrir la tercera parte de la canasta básica.

De cualquier manera, 4.5 millones de trabajadores con salario mínimo dentro de la economía formal se verán beneficiados.

“Mucha gente se pregunta si habrá más gente ganando el salario mínimo, la respuesta es sí, sí los habrá porque sube el salario mínimo en general, pero esto no es algo malo, en realidad tenemos que ver cuánto está subiendo en promedio su salario”, asegura el presidente del Conasami.

Más que nada, hay que considerar el salario real, es decir, su poder adquisitivo: lo que se puede comprar con él, a fin de satisfacer las necesidades básicas; que todavía es insuficiente en términos constitucionales.

Encabezando, como siempre, la lista de los salarios mínimos profesionales, los reporteros, que siguen y persiguen las noticias a ras de suelo, desde las calles, con 317.29 pesos diarios.

Se suman a la lista las trabajadoras del hogar, que ganarán 154.03 pesos diarios, y los jornaleros agrícolas, 160.19 pesos diarios.

No hubo consenso, pues el voto empresarial fue en contra. Solamente se quería un aumento de 10 por ciento. La rebatinga por 5.87 pesos.

Desaparecieron los mitos alrededor del salario mínimo: ni afectan el costo de las empresas (apenas el 0.4 por ciento del costo total), ni repercuten mayormente en el índice de precios: “hasta noviembre de este año, el crecimiento del salario había sido de 39.4 por ciento, con una inflación de 6.2 por ciento”.

Por si fuera poco, “en este año, el incremento del salario mínimo fue de 20 por ciento, mientras que el promedio de las revisiones contractuales anduvo en cerca del seis por ciento. Los incrementos derivan de la capacidad de negociación de los sindicatos, no de la productividad ni del crecimiento de la economía”, precisa Enrique Quintana (El Financiero, 18/12/2020).

Santa Claus se adelantó y le trajo un regalo de Navidad a los trabajadores. Y un trozo de carbón a las empresas. Ayer la Conasami aprobó subir el salario mínimo de 123.22 a 141.70 pesos diarios a partir del 1 de enero de 2021, es decir, un aumento de 15 por ciento. Sin embargo, los empresarios advirtieron que ese aumento, que no va acompañado de medidas de apoyo del Gobierno, podría causar el cierre de 700 mil empresas y mayor desempleo” (El Financiero, 17/12/2020).

En la zona fronteriza, el mínimo pasa de 185.56 a 213.39 pesos diarios.

Años luz del minisalario en Estados Unidos, donde es de 15 dólares la hora.

Dentro del Tratado México Estados Unidos Canadá (TMEC), el salario se vuelve la manzana laboral de la discordia. Un mecanismo de competitividad hacia fuera, respecto a otras regiones, se transforma en una competencia entre trabajadores, que deprime salarios e ingresos.

La cuestión laboral y el asunto migratorio –junto con pegado—, además lo ambiental, serán temas centrales de la relación bilateral, y que gobierno y sindicatos estadunidenses nos mantendrán bajo presión, empezando por que México cumpla con su reforma laboral.

¿Qué reforma requiere el Banco de México? A ello responde Arturo Huerta, del Posgrado de Economía de la UNAM:

“Se requiere un banco central que responda a los propósitos nacionales de crecimiento y empleo con baja inflación, y no siga respondiendo a los intereses del sector financiero, que es el único que se ha favorecido por la estabilidad de la moneda.

“Mientras muchos bancos centrales están bajando la tasa de interés a cero o niveles cercanos a cero, y están comprando deuda directa a los gobiernos para que éstos gasten lo necesario para el combate a la pandemia, como para apoyar empresas y familias y para frenar la crisis, Banxico mantiene una tasa de referencia de 4.25% para estimular la entrada de capitales para abaratar el dólar y bajar la inflación, a costa de seguir relegando los objetivos de crecimiento y empleo.

“El gobierno federal y el Congreso no están respondiendo a las circunstancias que el país está enfrentando. Se requieren muchos recursos financieros. El banco central cuenta con la liquidez suficiente para que el gobierno gaste lo necesario para frenar la pandemia y la crisis económica. Hay que apoyar la planta productiva para frenar la destrucción de capacidad productiva que está aconteciendo, lo que se traduce en menor generación de empleo, menor generación de riqueza, menor crecimiento y menores niveles de vida” (Aristegui Noticias, 17/12/2020).

Mario Luis Fuentes, del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la UNAM, agrega otras cifras del INEGI: al cierre del tercer trimestre (septiembre) de 2020 había 2.7 millones de desocupados; además, de una Población Económicamente Activa ocupada, 3.1 millones que laboraban sin ingresos11.9 millones que percibían hasta un minisalario o menos; 17 millones ganaban entre uno y dos salarios mínimos, y 7.6 millones entre dos y tres minisalarios (Aristegui Noticias, 19/12/2020).

Si tenemos en cuenta que la canasta básica de alimentos se adquiere con tres salarios, por lo tanto, en total 42.3 millones de personas apenas con los suficientes ingresos para comprar esa canasta, sin otro tipo de satisfactores. Se comprende así que el grueso de las remesas tiene como destino el consumo.

Por eso, Fuentes se pronuncie por “una nueva política de industrialización, base para un nuevo curso de desarrollo”, para lo cual invita a que “se revisen las prioridades de inversión”, acompañada de una formalización de la economía y una política fiscal, pues de una cosa podemos tener certeza: “si algo tenemos enfrente para los próximos años es nada menos que la incertidumbre como normalidad, presente en todos los ámbitos de la vida cotidiana”.

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Mucho se habla de la recuperación y de que ai la llevamos. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) nos da señales cruzadas: por un lado, como un buen signo es que al mes de octubre la capacidad instalada de la industria manufacturera es de 78.4 por ciento, contra el 77.8 por ciento, el año anterior, junto con un crecimiento del empleo de 0.3 por ciento. Insuficiente, pues en octubre y noviembre la economía cayó 5.4 y cinco por ciento, respectivamente en relación a hace un año. La canija realidad de cabeza dura.

De por sí la economía mexicana venía de un virtual estancamiento en 2019, primer año del actual sexenio, cuando literalmente nos cayó el chahuistle/virus, y este año decreceremos nueve por ciento (América Latina, 7.7 por ciento), según la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL).

En 2019, el primer año de la actual administración, la economía informal representó el 23 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), es decir, entre la cuarta y quinta parte de la actividad económica del país; su mayor participación en siete años. Al mismo tiempo, la actividad formal tuvo su primer retroceso desde 2009, según el INEGI.

Más de la mitad de la Población Económicamente Activa (PEA), 56.5 por ciento, se encuentra en la informalidad, con una bajísima productividad: “la producción promedio por trabajador informal fue de 169 mil pesos en 2019, mientras que en los formales fue de 726 mil pesos, 4.3 veces más” (El Financiero, 18/12/2020).

Se prevé que este año, con la pandemia, la informalidad cobre una mayor importancia, frente a la debilidad de la recuperación de la economía formal.

Para no agobiarnos con más cifras, sólo citaré a Vinicius Pinheiro, director regional de la Organización (OIT): “Llegamos a 2021 con el empleo en terapia intensiva”.

El informe cepalino enlista una  serie de calamidades del (literal y estructuralmente) subcontinente, que abonan a que sea la región más desigual del planeta: “las debilidades y brechas estructurales históricas de la región, su limitado espacio fiscal, la escasa cobertura y acceso a la protección social, la elevada informalidad laboral, la heterogeneidad laboral y la baja productividad”.

¿Cuál o cuáles características se aplican a la economía mexicana?

Sin crecimiento no hay desarrollo. Sin crecimiento de la producción y del empleo no hay bienestar. El desarrollo se vuelve esquivo y, como nos ha ocurrido en los últimos cuarenta años, se extravía”, afirma Rolando Cordera. Pero, “no hay economía sin sociedad, pero no hay sociedad sin cultura y política. Nada de esto es posible, menos durable, sin un sentido profundo de solidaridad social que hunde sus raíces en la interdependencia humana” (La Jornada, 20/12/2020).

En Estados Unidos se aprueba un paquete de estímulos por 900 mil millones de dólares, principalmente para quienes perdieron sus empleos y cuyos negocios están problemas. Habría una prestación adicional por desempleo de 300 dólares semanales y pagos directos de 600 dólares a la mayoría de estadunidenses, junto a otra ronda de subsidios a empresas afectadas, a escuelas, a proveedores de servicios de salud y a inquilinos que se enfrentan a un inminente desalojo.

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Periodistas bajo acoso. Y, con ello, la libertad de prensa y el derecho a la información. Trabajadores de la prensa censurados, arrestados, encarcelados y asesinados en todo el mundo. Se ha convertido en un ejercicio incómodo para el poder.

El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), documenta que para este año de 2020 la cifra de 274 periodistas encarcelados (al 1 de diciembre). Más del 60 por ciento de los arrestados fueron acusados de cometer delitos contra el Estado.

No únicamente se trata de arrestos por la cobertura de manifestaciones, sino por informar sobre la pandemia; algo que molestó particularmente al presidente Donald Trump, que es su legado a la libertad de prensa.

“La ausencia de liderazgo mundial en la promoción de valores democráticos –en particular por parte de Estados Unidos, donde el presidente Donald Trump ha denigrado infatigablemente a la prensa y se ha congraciado con dictadores— ha perpetuado la crisis”. Allí, 117 periodistas han sido arrestados o procesados penalmente, reporta Freedom of the Press Foundation (Fundación para la Libre de Prensa).

Respecto a 2019, el número de arrestos se incrementó mil 200 por ciento; un tercio de los cuales fueron acompañados de violencia física, al cubrir las protestas por justicia racial y contra la brutalidad policiaca contra la comunidad afroamericana. Arrestos y protestas, con plena impunidad, se precisa.

Si fuera poco, se contabilizan 960 de casos de violaciones a la libertad de prensa al cubrir dichas protestas por justicia social, y otros 20 al cubrir la elección presidencial.

“Esta oleada represiva es una forma de censura que interrumpe la libre circulación de la información y alimenta la infodemia”, dijo Joel Simon, director ejecutivo del CPJ (La Jornada, 16/12/2020).

En México, al número creciente de asesinados, bajo el signo de la impunidad, se agrega la constante descalificación del presidente López Obrador a los que la engloba de prensa conservadora, opositora a la 4T.

El 16 de diciembre se cumplieron 300 días de huelga en Notimex.

El día 17, circula un comunicado del Comité de Naciones Unidas contra la Desaparición Forzada (CED), que señala que “ha registrado la solicitación de acción urgente número1000, marcando un hito importante para este mecanismo. Entre los casos registrados, el 49% son  desapariciones en Iraq y el 42% son desapariciones en México”. Y explica: “Una acción urgente es una solicitud por parte del CED a un Estado miembro de tomar de manera inmediata todas las medidas necesarias para buscar y localizar a una persona desaparecida”.

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“Las masas tienen derecho a cambiar las relaciones de propiedad. El fascismo busca darles una expresión preservando la propiedad. El resultado lógico del fascismo es la introducción de la estética en la vida política”. Estética que cultivó Hitler.

—Walter Benjamin (1936).

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¿Una trumpada? “Estados Unidos y Ucrania fueron las únicas dos naciones que votaron en contra de una resolución de las Naciones Unidas, el 16 de diciembre, sobre Combatir la glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas que contribuyen a alimentar las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobias y formas conexas de intolerancia. La resolución pasó 130-2.

“En su justificación para votar en contra, Estados Unidos calificó la resolución como un intento apenas velado de legitimar las narrativas de desinformación rusas de larga data que difaman a las naciones vecinas bajo el disfraz cínico de detener la glorificación nazi.

“Uno de los muchos secretos sucios de la Segunda Guerra Mundial es que un gran número de ucranianos y otros grupos nacionalistas en la URSS se levantaron para trabajar con la Alemania nazi con el fin de deshacerse del dominio de Moscú. Gran parte de trabajo incluía acorralar a millones de judíos, gitanos, izquierdistas, homosexuales y otros grupos y enviarlos a campos de concentración.

“Quizás el ejemplo más destacado de poder neonazi sea Ucrania, donde Estados Unidos ayudar a diseñar un levantamiento que provocó un gobierno pro Washington. En 2015, ese nuevo gobierno prohibió la iconografía soviética (la URSS ya no existía), ilegalizó la simpatía por el comunismo y comenzó a rehabilitar oficialmente a los grupos neonazis que participaron en el genocidio de la Segunda Guerra Mundial, en honor a su supuesto sacrificio y patriotismo.

“Si bien esto podría verse como otro ejemplo de cómo Donald Trump se niega a condenar a la extrema derecha, es muy dudoso que la administración entrante de Biden hubiera votado de manera diferente. De hecho, en 2014, el propio (vicepresidente) Biden viajó a Ucrania para participar en la revolución, ayudando a la oposición al presidente pro ruso Yanukovich, lo que lo obligó a huir del país.

“Parece que no hubo cobertura de la votación en la prensa corporativa convencional, sin ninguna mención de la resolución en The New York Times, CNN, CNBC, Fox News MSBC, y tampoco resultados relevantes en Google News. Teniendo en cuenta las conexiones cuestionables de Biden con el país, cuantas menos noticias sobre Ucrania, para él, mejor” (Alan MacLeod, Mint Press, 12/18/2020).

No es el único cuestionamiento al que será el presidente 46 de EU. Apenas comienza. Como el nombramiento de Tom Vilsack para encabezar el Departamento de Agricultura, cargo que ya ocupó en la administración de Barack Obama. Vilsack es acusado de discriminar a los granjeros negros y favorecer los intereses del gran capital agroalimentario.

Por ejemplo, Vilsack “implementó políticas pro corporativas que desregularon las fábricas avícolas, aceleraron el proceso de aprobación de alimentos genéticamente modificados y descartaron las regulaciones propuestas a pedido directo de la industria”.

Una industria que se alimenta de la mala nutrición y hambre de los trabajadores, a la vez que del “empeoramiento de la crisis climática, ya que los métodos de la agricultura industrial contribuyen significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero y al agotamiento del suelo y al agua” (Monthly Review, 12/20/2020).

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“— Estamos en la organización de un gran movimiento salvador de la Patria y es tarea que consume muchas energías, contesté sin gran convencimiento.

“—Todo eso está muy bien, pero ¿qué hacen los demás? ¿Qué hace, por ejemplo, Franco?

“—Está en Tenerife aprendiendo a jugar golf y estudiando inglés”.

—Fermín Goñi. El hombre de la Leica. Para Leer en Libertad. México. 2016.

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Muchas actividades se pospusieron o suspendieron este año por la pandemia. Entre ellas, la Feria Internacional del Libro del Zócalo de la Ciudad de México. Rescato un párrafo del texto de Juan Villoro, que leyó en la 5ª. FILZ, en octubre de 2005:

“Sobran maneras de asociar los libros con la plaza que nos reúne. El mayor poeta de Zacatecas, Ramón López Velarde, ofrece una decisiva. Su cuerpo de 33 años fue velado a una calles de aquí, en Licenciado Verdad, donde posiblemente se asentó la primera imprenta del nuevo mundo. Nada más lógico que el poeta fuera despedido en el sitio donde nacieron los tipos móviles. No se sabe con exactitud si la imprenta se servía de la cercana Casa de Moneda para hacer letras o de la también vecina fundidora de campanas. Hay un curioso dilema en este origen de la tipografía: monedas o campanas, la economía terrena o la divina. López Velarde unió ambas opciones en un verso: las campanadas caen como centavos. El poeta concibe una alcancía del cielo” (Zócalo, noviembre de 2005).

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Federico Campbell Peña informa del homenaje a Margarita Peña, el próximo domingo 27. De forma virtual. Consúltese la página del INBAL.

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El 16 de diciembre se cumplieron 250 años del nacimiento de Ludwig Van Beethoven (1770-1827).

Como recuerda Eduardo Galeano, Beethoven estaba peleado con la censura:

“La censura cambió el nombre de la Oda de la libertad, del poeta Friedrich Schiller, que pasó a ser la Oda a la alegría de la Novena Sinfonía.

“En el estreno de la Novena, en Viena, Beethoven se vengó. Dirigió la orquesta y el coro con tan desenfrenado brío que la censurada Oda se convirtió en un himno a la alegría de la libertad.

“Ya la obra había concluido y él seguía de espaldas al público, hasta que alguien le dio vuelta, y él pudo ver la ovación que no podía escuchar”.

Como sucede con cualquier clásico, además de atemporal inmortal—, se presta para cualquier ocasión y uso. Además de que cada quien su clásico, cada uno lo valora de distintas maneras y, por eso, posee múltiples interpretaciones, según una determinada situación o, en su caso, el momento o el humor; según se esté solo o acompañadosin café o con café, y la hora del día: de mañana, de tarde o de noche.

De nuevo Galeano, sobre la Novena, música contra las notas discordantes de la pandemia:

La sordera impidió que Beethoven
pudiera escuchar ni una nota
de su Novena Sinfonía.

Y la muerte impidió que se enterara
de las aventuras y desventuras
de su obra maestra.

El príncipe Bismarck proclamó
que la Novena inspiraba
a la raza alemana.

Bakunin escuchó en ella
la música de la anarquía.
Engels anunció que sería
el himno de la Humanidad.

Y Lenin opinó que era
más revolucionaria
que la Internacional.

Von Karajan la dirigió en concierto
para el gobierno nazi
y años después consagró con ella
la unidad de la Europa libre.

La Novena acompañó
a los kamikazes japoneses
que morían por su emperador.

Y a los combatientes que dieron la vida
peleando contra todos los imperios.

Fue cantada por quienes resistían
la embestida alemana
y fue tarareada por Hitler
que en un raro ataque de modestia
dijo que Beethoven era
el verdadero führer.

Paul Robeson la cantó contra el racismo
y los racistas de África del Sur
la usaron de música de fondo
en la propaganda del apartheid.

En 1961, al son de la Novena
se alzó el muro de Berlín.

En 1989, al son de la Novena
el muro de Berlín cayó.

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Dentro de todo lo calamitoso que acompaña a la pandemia, una excelente noticia: el experto inmunólogo Anthony Fauci informó que el fin de semana viajó al Polo Norte para vacunar a Santa, a fin de que pueda, como hace cada año, repartir a todos los niños sus regalos de Navidad, en forma segura.

Ho ho ho.

Una donación de la actriz y cantante country Dolly Parton, de un millón de dólares al centro médico a la Universidad de Vanderbilt, contribuyó al desarrollo de la vacuna Moderna, informa The Guardian, que se pregunta por qué no llamarla vacuna Dolly.

Ho ho ho

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