Voces del Director
Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George (*)
Cronos audita nuestro Sistema Métrico Sexenal.
Ese dios del tiempo, es insobornable e implacable. Ni una más: El que la bailó debe dejar el turno para que otro la baile. Eso dice nuestra Constitución General: No reelección. A menos que…
Cuando se tiene un proyecto en grande, a remolque de una poderosa idea-fuerza, éste, como en las competencias atléticas de los Juegos Olímpicos, está lleno de obstáculos que deben salvarse contra reloj.
Seis años tiene un sexenio. Ni uno más: 72 meses. El actual ya ha consumido los primeros quince. No hay poeta atinado cuando le pide al tiempo que vuelva.
Dejar la iniciativa a terceros, fatal de necesidad
En tratándose de asuntos de Estado, en cuyo centro de gravedad está el destino de la República, su líder debe ser, siempre, dueño de la iniciativa. Dejarla a terceros, es fatal de necesidad.
Talento y audacia que los politólogos, aun los más remisos, le reconocieron a Andrés Manuel López Obrador desde su primera campaña presidencial, es que impuso a sus adversarios tiempos y agenda. Con esa estrategia llegó a Palacio Nacional.
No es lo mismo, sin embargo, actuar frente y contra el sistema, que dirigirlo desde la fortaleza principal. Desde esta posición, nadie puede montarse en la inercia ni nadar de muertito.
El dominio de la Casuística, si bien tiene su campo en la Ética, no es un don -dada la variedad, infinidad y complejidad de los retos- al alcance de todos. Si aplica a la Política de altura -también hay la de cabotaje-, requiere unidad de mando.
En la lucha de los contrarios, la oposición gobierna oponiéndose
En la Cuarta transformación, estamos viendo que los papeles se han invertido por una ley natural que rige la lucha de los contrarios. Éstos, en la oposición, en sabia conclusión de Winston Churchill, gobiernan oponiéndose, siempre y cuando respeten las reglas universalmente aceptadas. Algunos no lo hacen.
Tenemos la impresión de que los beligerantes de la casa de enfrente se han adueñado de la agenda y colocan a los conductores del Estado a la defensiva, obligándolos a dar respuestas reactivas a cada emplazamiento y, lo que es peor, a cada provocación.
Un acusado déficit de la Cuarta transformación, radica en que no se ha llegado a un Pacto Nacional al que todos asistan y a todos obligue.
Un pacto político, no son consensos parciales o grupales entre las cúpulas: Es una operación horizontal en la que los primeros actores deben ser los partidos políticos y las representaciones sociales con auténtica capacidad de convocatoria. Otra cosa es el vacío estéril en el que flota la anarquía. Grave asunto.
(*) Director General del Club de Periodistas de México, A.C.