Voces del Periodista Diario

No hay más profeta que los del pasado

Sinfonía Telúrica

Por Abraham García Ibarra

Cautivos de las máquinas de escribir mecánicas, única herramienta, junto con las libretas de taquigrafía, disponible en las redacciones de los viejos diarios impresos, al arrancar la década de los ochenta caímos en un estado de fascinación cuando se nos invitó a conocer las instalaciones de la nueva Dirección de Informática de la luego desaparecida Secretaría de Programación y Presupuesto.

Por supuesto, entramos a un mundo imposible: Nos maravillaban, no las explicaciones de los directores, sino la alienada concentración de los operadores de aquellos ingenios, los primeros cibernautas que vimos en plena acción. Después supimos dimos por cierta la hipótesis de que en aquel flamante edificio de Izazaga de la Ciudad de México, se incubó la primera generación de androides que en aquellos días despachaba en Palacio Nacional. Ahí mismo leímos que, conocimiento, no es sabiduría.

Uno de los primeros términos que nos quedó en memoria fue la figura matriz insumo producto. Un iconoclasta de cepa populista nos ilustro afirmando que esa figura era resultado de ejercicios de simulación digital para resolver los problemas del futuro. Obviamente, los de carácter económico. Sólo retuvimos el verbo simulación. Y dos afeites: La arrogancia y la infalibilidad.

Lo comprobamos después de seis sexenios cuando, habiendo revisado cientos de matrices insumo productos para diseñar seis Planes Nacionales de Desarrollo, caímos en cuenta que la tecnoburocracia nos había retrotraído un siglo: A la era porfiriana. Algunos de aquellos androides todavía pululan por las moradas del gabinete económico.

Próximo abordaje: La teoría del cisne negro

De nuestro repertorio, repetimos con frecuencia otra aproximación: Para los ciegos, todas las cosas son súbitas. Esto parece aplicar a los descubridores de pandemias.

En estas horas perturbadas, tenemos otro hallazgo: La teoría del cisne negro: Es una metáfora que describe un suceso sorpresivo para el observador, de gran impacto socioeconómico y que, una vez pasado el hecho, se racionaliza por retrospección, haciendo que parezca predecible o explicable,  dando impresión de que se esperaba que ocurriera. La teoría es obra  del filósofo e investigador libanés Nassim Taleb. Pero esa es otra historia que quizá reanudemos mañana. Es cuanto.

Articulos relacionados

Gobernar tras las rejas, una opción que no puede descartarse.

Voces Diario

A cien años de los tratados de Bucareli

Voces Diario

Metapolítica: Transformación global y guerra de potencias

Redacción Voces del Periodista