Voces del Periodista Diario

No teman amigos, es ocupación, no expropiación

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

Una vez que una parcela de labor haya sido fracturada hasta cinco mil metros de profundidad a presión de agua y químicos para extraer hidrocarburos ¿a qué usos productivos podrá destinarla su propietario, sea ejidatario o comunero?

Esa cuestión nos asaltó impunemente el pasado 10 de abril, conmemorativo de la emboscada en la que fue asesinado el agrarista Emiliano Zapata.

El que hace la ley, hace la trampa. El asunto lo traemos en mente desde agosto de 2014 en que el Senado de Emilio Gamboa Patrón le dio curso a las leyes secundarias de la contrarreforma petrolera promovida por Enrique Peña Nieto y planchada por el fáctico Pacto por México.

El artículo 27 de la Carta fundamental conserva el dominio territorial a cargo de la Nación y previene que las expropiaciones sólo proceden por causa de utilidad pública.

Todo al margen del Derecho Constitucional Agrario

A los legisladores federales se les encendieron las meninges y en las leyes reglamentarias dispusieron que el término expropiación fuera sustituido por el de ocupación temporal. ¿Quién determina los plazos y, a su término, quién paga la reparación de daños, sobre todo si el causante de la depredación es una trasnacional?

Desde entonces, los especialistas en Derecho Constitucional Agrario denunciaron que aquel rudimentario truco es notoriamente inconstitucional y podría ser impugnado ante la Suprema Corte vía controversia constitucional o acción de inconstitucionalidad por los poderes facultados o, en su caso, por la vía del amparo por particulares directamente afectados.

En los tres casos, de resultar una sentencia favorable por el voto de ocho ministros, sólo tendría alcances específicos y limitados en beneficio de los promoventes directos del recurso jurídico.

El otro enfoque es sobre los precedentes sentados por el propio Poder Judicial de la Federación que, en caso de denuncia de parte, ha reconocido el derecho de las comunidades agrarias o ejidos a la consulta previa cuando proyectos de explotación u obras de infraestructura afecten sus propiedades.

La ocupación de territorio propiedad de terceros está latente en aquellas zonas en que se han dado decenas de contratos por la Comisión Reguladora de Energía para la explotación de potenciales yacimientos petroleros.

Donald Trump anuncia interés en invertir en el Tren Maya

El lado relativamente aceptable del asunto es casi noticia: El titular del Registro Nacional Agrario, Plutarco García Jiménez acaba de prometer que a los campesinos e indígenas eventualmente afectados por el Tren Maya se les ha propuesto un esquema de compra de terrenos “a precios justos”.

Una buena noticia, si no fuera porque el voluble inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump ha anunciado el interés de los Estados Unidos de invertir en esa obra.

Nomás recordamos que, hace diez años, el Corporativo Trump emprendió un proyecto residencial en Baja California. Los que soñaban con habitar un condominio en alguna de las tres torres que formarían el complejo siguen esperando el rembolso de miles de dólares con los que compraron el fraudulento espejismo. Es cuanto.

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