Voces del Periodista Diario

Noviembre 2020, nueva fase del Destino Manifiesto

Sinfonía Telúrica

Por Abraham García Ibarra

Licencia para una cursilería: Frente al avistamiento de los hongos nucleares que se ciernen sobre el planeta y el charco de sangre en que chapotea México, ¿es dable ver la imagen de dos palomos tratando cuestiones como el sentido de la vida, la justicia,  la vejez y la muerte?

Nos quedó en la retina la estampa de dos reposadas y sonrientes cabezas blancas que pertenecen, a la izquierda, al uruguayo José Pepe Mujica y, a su lado, al estadunidense Noam Chomsky. La política-política, dominio del primero. La lingüística aplicada a la comunicación masiva desde el análisis sociológico y político, del segundo.

Las amables y conmovedoras  imágenes de ambos sabios americanos nos las trasmitió el 1 de julio La Jornada de Enmedio, en un avance del documental Chomsky & Mujica, debido al director y productor mexicano Saúl Álvarez.

Para entender el estado de esquizofrenia que nos envuelve

Vayamos a asuntos más prosaicos de la realidad mexicana, convocados por el estado de esquizofrenia que atrapa y subvierte a la comunidad nacional.

Supimos, después de transcurrido el sexenio presidencial 1970-1976, que el presidente Luis Echeverría Álvarez no temió a enfrentarse al espejo de su siquis. Invitó a especialistas en siquiatría y se expuso al sicoanálisis. Invitó a los miembros de su gabinete a pasar por la misma prueba del ácido.

Tenemos en registro una expresión de Echeverría Álvarez después de haber abandonado la Casona de Cobián: Gobernación, es un oficio de tinieblas. Esto es, de sigilo y discreción.

Cuando Miguel de la Madrid Hurtado despachaba en la Secretaría de Programación y Presupuesto -según tenemos constancias- una fundación privada, financiada por un grupo nacional de banca múltiple, contrató servicios especializados para monitorear el biorritmo del funcionario, ya perfilado por el fiel de la balanza como su sucesor.

Carlos Salinas de Gortari llegó a la candidatura presidencial del PRI con un expediente de infante homicida. Ya como ex presidente, CSG dijo de Ernesto Zedillo Ponce de León que era presa de sus traumas infantiles. A Vicente Fox, desde antes de asumir la gubernatura de Guanajuato, sus paisanos lo identificaban como El orate de San Cristóbal

El desdoblamiento de la personalidad nos da cada sorpresa

Desde el primer apunte que contiene la narrativa respecto de los ex presidentes mexicanos, nos dirigimos a un punto sicológico que los expertos diagnostican como desdoblamiento de la personalidad.

Consiste, ese fenómeno, en la revelación del verdadero temperamento del sujeto cuando captura una pizca de poder. Desde el moderado ciudadano que recibe una placa de policía o de inspector de mercados, hasta el que  conquista la condición de jefe de Estado y de Gobierno.

Desde hace más de cuatro siglos (1575), en su Examen de los ingenios para las ciencias, Huarte de San Juan exploró las condiciones físicas y mentales que se exigen al individuo para todo sano desempeño. Su obra es de consulta en las disciplinas de Electroneurobiología en sus ramas neuropsicológicas y psicofisiológicas.

No hay peor peligro para la Republica, que un necio con opinión de sabio

Los seguidores de la escuela sicológica del  científico español advirtieron más tarde (siglo XX), que no hay peor peligro para una República, que un necio con arrogancia de sabio, más cuando ocupa funciones de gobierno o de Estado. En esas lecturas encontramos una sentencia: Cuando cae un gobierno o un Estado, no se precisa autopsia; murió por suicidio.

Por razones obvias, en los cuatro recientes años academias estadunidenses especializadas en Sicología y Siquiatría se han ocupado de la condición mental de los presidentes de los Estados Unidos en ejercicio desde el siglo XIX.

Han concluido que, en diverso grado y medida, los inquilinos de la Casa Blanca han pasado por situaciones anormales con diversas manifestaciones de narcisismo,  traumas, obsesiones, manías y depresión, que ponen en riesgo la estabilidad política del gobierno, del Estado y del orden internacional.

Resulta casi ocioso recordar que esa preocupación científico-social se agigantó al arribo de Dolnald Trump al Salón Oval de la Casa Blanca en 2017. En este caso, se descubren ocultas tentaciones totalitarias del sujeto.

Para todo efecto práctico, no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre

Sin embargo, conforme esas mismas investigaciones, no se trata sólo del individuo investido de un descomunal poder, que no encuentra límites en el estatuto constitucional de los Estados Unidos. Los estudios se hacen extensivos a una sociedad, como la norteamericana, manipulada, irreflexiva o empática y coincidente con los patrones de conducta que ejerce  aquel a quien erigió en su líder. El diagnóstico es alienación.

El presidente republicano de los Estados Unidos asistirá pronto a la convención nacional de su partido, que lo nominará a un segundo mandato. Es cuanto.

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