Voces del Periodista Diario

Nuevo T-MEC bajo El espíritu de Houston

Sinfonía Telúrica

Por Abraham García Ibarra

Con crédito a Netflix como cadena productora, en México está disponible en la televisión comercial un documental sobre el pederasta, tipificado como depredador sexual, Jeffrey Epstein.

Desde los primeros segmentos, en los avances aparecen imágenes de Epstein acompañado de quien, por su complexión y sus rasgos, parece ser Donald Trump.

Epstein fue indiciado e ingresado en 2019 a prisión, en la que una mañana apareció ahorcado. Es del dominio público el supuesto de una conspiración para su muerte. Anonymous le entró a la especulación y ligó a Trump con ese “inapropiado episodio”.

El escandaloso caso nos inspira la pregunta: ¿Es el inquilino de la Casa Blanca alguien que se preocupe por la dignidad y el decoro de terceros?

Con apoyo en firme de EU, Israel pone en marcha su Plan del Siglo

Un siglo tiene occidente -bibliotecas de Londres guardan los expedientes- bregando por sus pistolas-cañones-misiles por la disposición de los territorios de la atribulada Palestina.
Aciaga es la historia de ese propósito desde mitad del siglo XX, concluida transitoriamente la Segunda Guerra Mundial. (Transitoriamente, porque le siguió la Guerra Fría.)

En la segunda quincena de mayo pasado, Israel colocó otra vez la zona en el teatro de guerra. El primer ministro Benjamín Netanyahu anunció el Plan del siglo para lanzarse sobre las colonias de Cisjordania y del Río Jordán para anexionarlas a Israel. Declaró contar con el apoyo en firme de los Estados Unidos. ¿Pueden invocarse el decoro y la dignidad de los pueblos sin poder de fuego ante Donald Trump?

Houston intrigó contra México y fue dos veces presidente de Texas

Veamos una retrospectiva en que estuvo en juego el interés nacional del México independiente en sus territorios septentrionales, específicamente en sus estados de Texas y Coahuila. Hablemos antes de un personaje central de ese tramo de la historia.

Samuel Houston nació en una planta esclavista de Virginia. Motivos familiares lo llevaron a otros códigos postales, hasta que apareció en territorios dominio de los cherokees, donde se amancebó con una joven india. Sus anfitriones lo bautizaron como El cuervo. Para entonces ya cobraba fama de alcohólico y pendenciero.

Para 1832 Sam pisaba terrenos de Texas, donde aclimató familias del pueblo cherokee. Durante el mandato de Andrew Jackson se iniciaron las intrigas para hacerse del Texas mexicano, finalmente declarado República independiente, de la que en dos ocasiones fue presidente Houston.

El nombre de Houston aparece en el incitante himno de tufo revanchista, Remember The Álamo, en alusión a la batalla (1836), en la que triunfó transitoriamente Antonio López de Santa Anna. La letra hace referencia al derecho a la libertad. Por supuesto, de los estadunidenses.

De los encuentros tejanos hasta la negada enchilada completa

Salto de un siglo: En 1988, Carlos Salinas de Gortari fue nombrado por el Colegio Electoral de la Cámara de Diputados, presidente de la República. En noviembre -dos días después de conmemorase aquí el 78 aniversario de la Revolución mexicana– aún como electo, cumplió su primera cita internacional: Con George Bush padre, apenas electo presidente de los Estados Unidos tres semanas antes.

El segundo encuentro Salinas de Gortari-Bush un año después, ambos ya en funciones ejecutivas, se dio a la sombra del Espíritu de Houston. Los historiadores contemporáneos encuentran en esas conversaciones bilaterales la placenta emponzoñada del Tratado de Libre Comercio, simplemente trilateral, después modificado en su alcance como de América del Norte (TLCAN). Las negociaciones se iniciaron formalmente en  1990.

En 2001 se escuchó el llamado de George Bush hijo a Vicente Fox, atendido en el rancho de San Cristóbal, Guanajuato. Los cronistas lo presentaron como el Encuentro de dos vaqueros. Para 2005, la cita fue en Waco, Texas. México fue embarcado en la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte.

Desde aquel año, Fox reclamó a Bush la enchilada completa en materia de migración. Lo dejaron con los manteles puestos.

Defectos serios; se prometen unas cosas y luego resultan otras

En 2016, en Voces del Periodista impreso, al calor del entusiasmo de Barack Obama por el Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica, se nos publicaron algunas notas al respecto.

Recuperamos la posición del líder de la mayoría en el Senado estadunidense, Mitch McConnell, quien encontraba en el texto defectos serios. Será la próxima administración la que decida. La candidata demócrata a la presidencia, Hillary Clinton, de su lado, objetó el proyecto, porque se prometen unas cosas y luego resultan otras.

En México, sin embargo, la canciller de Enrique Peña Nieto, Claudia Ruiz Massieu Salinas -sobrina del que dijimos– dictaba resonantes cátedras sobre los inconmensurables beneficios económicos que a los mexicanos acarrearía aquel navío súper-global, que terminó yéndose a pique.

Agachados ante el T-MEC, “los que van a morir te saludan”

Quien no tenía ninguna duda de que arrojaría a la basura el TLCAN y el Transpacífico -que se quedó finalmente nonato- era el candidato presidencial republicano Donald  Trump: Sólo firmaremos los pactos comerciales que resulten justos para los Estados Unidos.

En diciembre de 2019, dimos otros apuntes a Voces, bajo el título Los que van a morir te saludan. Escribimos que la cuarta trasformación ponía todos los huevos en la canasta del T-MEC.

Una cosa se le tiene que reconocer al inquilino de la Casa Blanca. Procura cumplir sus dichos; uno de ellos, volver a hacer grandes a los Estados Unidos. Lo reiteró el pasado sábado en el Día de la Independencia, en un discurso de campaña electoral en el volvió a machacar sobre el muro con México.

Ya está en macha el T-MEC: 29 años después,  no vemos exorcizarse aún El espíritu de Houston. Es cuanto.

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