Sinfonía Telúrica
Por Abraham García Ibarra
Se necesita tener cuajada la mala leche para tomar a título de fe expectoraciones como las del gobernador de Baja California, Jaime Bonilla Valdez en torno a los impactos mortales del coronavirus.
Bonilla Valdez está en la cuerda floja desde que la Sala Superior de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se hizo cargo de su expediente y, venturosamente, la sentencia ha sido aplazada a consecuencia de la restricción de actividades del Tribunal Constitucional. Como sea, el empresario bajacaliforniano sueña con despachar en palacio de Gobierno de Mexicali hasta 2024.
En el mismo orden de cosas están las incursiones mediáticas del impresentable jefe de La familia P-Luche quien, a falta de otros foros más rentables, se hace eco de visiones catastróficas reproducidas desde Baja California.
Tenemos en circulación, también en las redes sociales, una tribuna en cuyo frontispicio se lee Gobernador de Campeche y aparece un personaje que le hace la competencia a El costeño, si bien, en abono del acapulqueño, éste le da 15 y las malas a su imitador. Obviamente, el libreto toca el asunto de la pandemia.
Por la misma vía, para ilustrar nuestro optimismo, se atribuye a una cadena televisiva con base en Miami, Florida, la versión de que en varias plazas de los Estados Unidos se han emitido alertas adicionales por supuestos brote de encefalitis equina que, según sus emisores, ya ha cobrado varias víctimas.
Tenemos, pues, material de sobra para seguir propagando la pandemia del miedo.
Agencias de la ONU avisaron desde septiembre: Ahí viene el SARS
En los medios convencionales de la Ciudad de México que repiten aquellos disparates no sometidos a la prueba de la verificación, no encontramos otros que hubieran sido suficientes para anticiparse en nuestro país con un plan anticrisis por el coronavirus.
Si mal no recordamos, a mediados de septiembre de 2019, la cadena BBC de Londres -que por nuestra parte considerábamos confiable- divulgó una documentada advertencia suscrita al alimón por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial (BM), ambas agencias de la ONU.
Lo que viene, avisa la síntesis de aquel documento: En 172 países ya se han detectado 1 483 brotes de diversas epidemias. Se destacan varias manifestaciones de influenza y de Síndromes Respiratorios Agudos Severos. Estos últimos se condensan en los acrónimos SARS. Precisamente con estas siglas se identifica al coronavirus o Covid-19.
¿Cómo es que los gobiernos de las potencias más afectadas ahora por el nuevo SARS no adoptaron medidas preventivas para lo que finalmente llegó?
Creemos que por dos sinrazones: 1) Por mera arrogancia y, 2) En el caso de los Estados Unidos, porque hacerle caso a aquellas prescripciones, le hubiera metido ruido a las campañas en pos de la Casa Blanca.
Y todavía Donald Trump se avienta la canallada de cargarle los muertos a la OMS y ordena el retiro de los subsidios a esta institución, cuya indefensión no le permite aplanar la curva de la masa craneana del inquilino de la Casa Blanca. Es cuanto.