Voces del Periodista Diario

La costa dorada de la burocracia sigue en el paraíso

EL LECHO DE PROCUSTO Por: Abraham García Ibarra

Abraham2-2-1-300x180Antaño, la mejor receta del éxito de todo mexicano consistía, para los cínicos, en treparse al caballo de la Revolución. Ahora la contrarrevolución vuela en aerojet.

Como los mexicanos, en su mayoría, no son contrarrevolucionarios, no están convidados a la mesa del señor. El banquete es para unos cuantos privilegiados que forman la casta dorada del régimen.

Apenas ayer, Enrique Peña Nieto, avisado de que el gasto público para 2017 sería achicado en casi 240 mil millones de pesos, dijo que había instruido a Hacienda de que toda la carga de los ajustes presupuestales se cargara sobre el gobierno.

No se sabe cuál sería la reacción de la burocracia de base del gobierno federal. Pero los pocos de estructura respiraron tranquilos en su plácido y bien informado amanecer.

Es que anoche no escucharon bien las noticias pero, metidos a la Web, tuvieron un sueño reparador.

En el renglón del gasto corriente para 2017, de donde salen las partidas para remuneración por “servicios personales”, no sólo no se tocó el ingreso de los altos mandos; todo lo contrario, se incrementó.

No necesitan la Cruzada Nacional contra el Hambre

Poquito, es cierto, pero al jefe del Ejecutivo se le subió nominalmente su percepción de cuatro millones 300 mil 854 pesos anuales, a cuatro millones 314 mil 698 pesos. La diferencia de 14 mil pesos bien serviría para abonar cinco meses de salario mínimo a un obrero.

El más prominente funcionario del Poder Judicial de la Federación, el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tuvo una mejoría de 2.5 por ciento, para sumarle casi siete millones de pesos al año.

Por ahí andan los comisionados y consejeros de los órganos autónomos del Estado, como el Instituto Nacional Electoral (INE).

Los secretarios encargados de despacho, eficaces, son premiados con tres millones 364 mil pesos al año.

En el Poder Legislativo, los productivos senadores alcanzarán dos millones 735 mil pesos, sin incluir los clásicos moches. Los diputados, que tienen la facultad exclusiva de aprobar el Presupuesto de Egresos, tienen manga ancha para determinar sus ingresos.

¿Para qué quieren esos “servidores del Estado” ser incluidos entre los beneficiarios de la Cruzada Nacional contra el Hambre? Eso queda para el infalizaje. Es cuanto.

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