Voces del Periodista Diario

Una lectura del mensaje del general Salvador Cienfuegos

EL LECHO DE PROCUSTO Por: Abraham García Ibarra

En términos de visibilidad ante la sociedad, el Poder Legislativo federal es uno de los entes del gobierno mexicano más ociosos entre los tres Poderes de la Unión.

A cada cierre de periodo ordinario de sesiones, lo primero que destacan los medios son los asuntos que las cámaras legislativas dejaron pendientes; incluso las iniciativas que, a pesar del reglamento que fija plazos fatales, quedaron sin dictaminar. Lo que pone en entredicho su productividad.

A la LXIII Legislatura actual, al terminar su actual periodo ordinario, sólo le restarán dos periodos ordinarios más antes de concluir el 31 de agosto de 2018 el trienio para el que fue electa.

Las formas y ritmo de operación del Congreso de la Unión no parecen compadecerse de los apremios por los que atraviesa la gobernabilidad del país. Se puede ilustrar esta afirmación con las dilaciones a la iniciativa de Ley de Seguridad Interior.

No es, el tema, una cuestión de poca monta. Es el estatuto jurídico que reclaman las Fuerzas Armadas mexicanas para normar su participación en tareas de Seguridad Pública.

El pasado fin de semana, el coordinador de la bancada mayoritaria del PRI en San Lázaro, César Camacho Quiroz, anunció un nuevo aplazamiento del dictamen que debe bajarse al pleno para turnarlo al Senado.

La excusa es que, “antes”, el proyecto debe pasar por la consulta a los sectores involucrados. ¿Más foros y paneles sobre un tema que ya está sobrediagnosticado?

La confesión de Eduardo Medina Mora

Diez años han transcurrido -y a qué costo- desde que Felipe Calderón echó mano del Ejército y de la Armada para su guerra contra el crimen organizado.

En 2008, quien hoy es ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el procurador general del calderonismo, Eduardo Medina Mora planteó públicamente una posición rayana en el absurdo: El objetivo de la estrategia, dijo, “no es terminar con el narcotráfico, sino convertirlo en problema de Seguridad Pública”.

En términos prácticos, el titular de la PGR revertía un criterio asumido por el gobierno desde la década de los ochenta, en el sentido de que el narco debiera pasar de asunto de barandilla policiaca a problema de Seguridad Nacional; verse como una cuestión de Estado.

Sin embargo, la propuesta de Medina Mora parece ser la que rige en nuestros días, no obstante las monstruosas dimensiones que han alcanzado la criminalidad en el país, sus mortales saldos,  la distorsión del proceso económico y la corrupción del sistema político.

El hoyo negro en la PGR

Viene a tema el asunto porque ayer, en ocasión del Día del Ejército Mexicano, el general secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos, abordó la cuestión de la Ley de Seguridad Interior y -con independencia de aquellos aspectos que tocan directamente al desempeño de los activos de las fuerzas armadas en tareas de Seguridad Pública- subrayó que lo que está por encima de todo, es la fortaleza del Estado mexicano y la vigencia del estado de derecho y de las instituciones.

Desde ese enfoque, y al considerar que dicha iniciativa debe tener un alcance multidimensional, una vez que la protección de los derechos humanos es una asignatura atendida por la Ley Nacional de Seguridad Pública, las autoridades de los tres órdenes de gobierno deben actuar bajo el principio de integralidad; esto es, que nadie pretenda escapar a sus responsabilidades en esa materia.

Frente a esa observación, lo primero que se nos viene a mente (en cuanto al ejercicio de sus responsabilidades), es la actuación de la Procuraduría General de la República (PGR). En reciente estudio enviado al Senado por el nuevo titular de esta institución, Raúl Cervantes, se reconoce que la PGR tiene un rezago de 73 mil 310 averiguaciones previas sin atender.

Sin entrar a los desagregados de ese informe, es del dominio público que la mayor parte de los asuntos de la PGR están relacionados con actividades del crimen organizado y específicamente del narco. Una de las causas de dicho rezago, se asienta en el reporte, es la corrupción.

Mentada la soga en casa del ahorcado, se explica que al Poder Legislativo, a la hora de ser emplazado a entrarle al toro por los cuernos, le duela más el cuero que la camisa. Es cuanto.     

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