Voces del Periodista Diario

Por el momento, dos campañas son más visibles: Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard

En la sucesión presidencial

  • Monreal vislumbra desprendimientos en Morena por radicalismo
  • El presidente responde: “ Sí somos radicales, no repetiremos el porfiriato”
  • La oposición, sin líderes (formales) visibles a la sucesión

Por Juan Bautista Rojo

En la pista del ovalo por la sucesión presidencial son visibles por lo pronto dos candidaturas: Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, las cuales, en distintos ámbitos, se fortalecen, amplían su espectro, planean y guardan todavía oxígeno para esta larga carrera.

Las empresas encuestadoras, para el caso de los candidatos declarados por Morena, ofrecen un empate técnico, y en otras, aparece ligeramente arriba Doña Claudia y en otra, el Canciller Marcelo Ebrard. El senador Ricardo Monreal, por su parte, aparece, un tercer lugar abajo casi diez puntos de sus contrincantes.

Pero falta un largo trecho de campaña no declarada oficialmente para que Morena, defina a la candidata o candidato de su preferencia y lo valide en sus encuestas. Este último punto se está convirtiendo en el talón de Aquiles de esta madrugadora sucesión presidencial.

Al interior de Morena, el senador Ricardo Monreal, ha dicho “que no hay piso parejo, que el presidente ya tiene preferencias, avizora divisiones al interior de ese partido y dice que los radicalismos terminaras de acabar con ese instituto político, que la sucesión presidencial está adelantada”

En alusión a ese específico comentario del senador Monreal, el presidente respondió este lunes: “sí, somos radicales, porque no queremos repetir el pasado, el porfirismo. Nosotros no somos ambiciosos vulgares. El pueblo es el que va a decidir. Se tenía la idea de que el pueblo no pensaba. Y eso no. El pueblo sabe más que nosotros. El pueblo es mi ángel de la guardia. Sobre si somos radicales, claro que somos radicales, porque viene de raíz, es un cambio. Y nosotros estamos construyendo un cambio, la cuarta transformación es igual al cambio de independencia, de la revolución”, sentenció.

Por lo pronto, en el ovalo se percibe a dos contendientes con posibilidades de llegar a la meta, con poder, territorio, legado y propuesta. Cada jugador, jugadora, aplica su estrategia en el campo de su desempeño, por ello quizá se perciban campañas muy diferenciadas, en tanto que la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum todos los días está en territorio capitalino con escasas salidas a estados de la república a propósito de visitar a las nuevas gobernadoras; el canciller Marcelo Ebrard por su parte, realiza viajes relámpago a Europa, Estados Unidos, Argentina y ahora Chile, en misiones diplomáticas o bien, como el excelso negociador y comprador de vacunas- misión que le encomendó el primer mandatario desde el inició de la campaña por contrarrestar los efectos del covid-, así su perfil, se consolida más en el ámbito internacional que local, por el momento.

Del otro lado, en los otros partidos, todavía están a años luz de elegir una camada de prospectos, por lo pronto juegan al rompecabezas por ver quienes estarán el frente de las renovación de las seis gubernaturas que se elegirán en julio de este año. El humo por ahí todavía está muy gris.

¿Y de qué nos sirve todo esto? Se preguntará el amable lector.

Es sencilla la respuesta. Primero porque en un país donde no se movió la sociedad por más de setenta y cinco años, y cuan lo hizo, se fue a la derecha. Hoy usted, vive en un escenario distinto, hoy gobierna la izquierda radical a la mexicana, aun cuando no cambió el modelo de economía mixta que reproduce en parte el sistema mundial, se implementan serios esfuerzos por construir una sociedad más justa y quizá equilibrada en relación a las oportunidades de desarrollo y acercar a las masas, a los que menos tienen, la posibilidad de no morir de hambre, sin atención médica y vacunas gratuitas en tiempo de covid.

Segundo, porque este país, seguirá jugando a la lotería, con sus fiestas, canciones y forma de vida. Y la sucesión, es en parte esa gran lotería donde hoy participan todos, hasta la fracción más pequeña puede tener reintegro, un bono social, que pude extenderse por más de tres décadas, según calculan los politólogos la llegad de Morena al poder.

Y tercero, porque como actor social, como pueblo, hoy el ciudadano de a pie, en la montaña, en el valle, desierto o los que habitan cerca del mar, a los largo y ancho del territorio, ya se dieron cuenta de que su voto cuenta al momento de decidir un cambio, cualquiera que sea su destino.

Por eso y más, el tema de sucesión presidencial es tema de todos y de todos los días.

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