Voces del Periodista Diario

“En arca abierta, hasta el justo peca”

VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George

Perdida la capacidad de asombro entre los mexicanos, sólo para tema viral en las redes sociales sirve saber que al priista gobernador de Veracruz con licencia, Javier Duarte de Ochoa, se le han bloqueado 132 cuentas bancarias.

Tampoco quita el sueño a los mexicanos de a pie que el ex gobernador priista de Durango, Jorge Herrera, curándose en salud, haya promovido recurso de amparo contra la eventualidad de que sea indiciado por los resultados de la compulsa contable que el nuevo gobierno del estado practica a la administración saliente.

Para simple record Guinness se antoja el número de amparos (más de 20) que el ex mandatario panista de Sonora, Guillermo Padrés Elías interpuso durante y al finalizar su mandato para eludir la acción de la justicia.

Nada nuevo se descubre, de otro lado, si se afirma que, en el galopante fenómeno de corrupción pública, hay una relación causa-efecto, cuyo lubricante es la impunidad.

Cuando, según el Título Cuarto de la Constitución/ De las responsabilidades de los servidores públicos y patrimonial del Estado, hay tal claros ordenamientos para prevenir la corrupción, sólo la cultura de la complicidad permite que el saqueo de los recursos públicos se haya convertido en moneda corriente en el actuar de los gobernantes.

Del propio texto constitucional, para efectos de este tema, se pueden complementar dos disposiciones preventivas: Son facultades del Congreso de la Unión… dar bases sobre los cuales el Ejecutivo pueda celebrar empréstitos sobre el crédito de la Nación (…) “Ningún empréstito podrá celebrarse sino para la ejecución de obras que directamente produzcan un incremento en los ingresos público”. (Artículo 73).

Artículo 134: Los recursos económicos de que dispongan la Federación, los estados, los municipios, el Distrito Federal (hoy Ciudad de México)… “se administrarán con eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez”.

Siendo legibles hasta para un niño de primaria, ¿qué es lo que los gobernantes no entienden de esas cuantas líneas trascritas? Por lo visto, no entienden nada. O fingen no entender.

Casi 600 mil millones de pesos, la deuda estatal

El orden de los factores sí altera el producto. Efecto, las autoridades responsables de la vigilancia y la sanción a la transgresión de la responsabilidad pública, suelen actuar y actúan sobre hechos consumados.

Pero, en la causa, todos parecen estar implicados.

Verbigracia: Invariablemente, los ex gobernadores indiciados por desvíos de recursos públicos, durante su gestión echaron mano a partidas destinadas a políticas públicas (Salud y Educación, de preferencia), cuya cabeza de sector es del orden federal.

Donde más visible es el pillaje, sin embargo, es en la contratación de deuda pública por los gobiernos de los estados, con o sin autorización de los Congresos locales.

Invariablemente, esa deuda estatal se garantiza con diversos rubros de participaciones federales. El libramiento de liquidez se inicia en la Unidad de Coordinación Fiscal con las entidades federativas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Por poner un periodo de recapitulación, pongámoslo en diez años, entre sexenios, que nos permite situar la titularidad de Hacienda bajo el gobierno de dos partidos nominalmente distintos.

La rapiña estatal de las participaciones federales, según revisión a vuelo de pájaro, pasa dos ciclos: 1) el previo a la campaña electoral  de cambio de gobierno -en cuyo caso se sospecha de la intención de compra de votos, y 2) una vez pasada la elección, en cuyo caso el cambio pasa por la institución de El año de Hidalgo…

Pueden encontrarse evidencias testimoniales de que los operadores de la Unidad de Coordinación Fiscal-SHCP recibieron el unto parte de los gobernadores favorecidos con las participaciones, cuyo anticipo deja sin capacidad de maniobra a los gobernadores entrantes.

Sólo en lo que va del actual sexenio federal, el monto de la deuda pública de los estados se ha disparado a los 600 mil millones de pesos. Y contando…

En arca abierta, hasta el justo peca, decían  las abuelas.

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