Voces del Periodista Diario

¿Quién vela por nuestras futuras generaciones?

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

Desde la primera mitad del siglo XX, aunque de vieja data, se patentó una técnica manipulativa: Una mentira repetida mil veces, alcanza el rango de verdad. Por el contrario, si una verdad se repite dos mil veces, no se acerca siquiera a la verosimilitud.

De la técnica del nazismo, suelen hacer leitmotiv los políticos a la mexicana, sin que les cause el menor sonrojo.

Soltada esa inquietud, a lo que vamos es a recordar un peritaje de Abraham Lincoln: Los politicastros piensan en las próximas elecciones. Un verdadero estadista vela por las futuras generaciones. Este es nuestro tema de hoy.

Seguramente, los Censos de Población y Vivienda de 2020 confirmarán que el número de habitantes del país, es ya superior a los 127 millones de mexicanos.

Confirmará esa compulsa nacional que tenemos al menos dos generaciones de salida. El número de compatriotas en edades menores de 30 años, en cambio, predominará en la estadística.

De cómo el Estado preserva “el futuro de México”

Los discursos públicos se llenan de merengue hablando del compromiso de, en el segundo sector, preservar el futuro de México. Pero el cuadro demográfico nos habla de que existen en el territorio nacional unos ocho millones de ninis: Adolescentes y jóvenes que no tienen oportunidad de estudiar ni trabajar.

Una de las explicaciones sociológicas de ese fenómeno apunta hacia las privaciones económicas en la mayoría de los 25 millones de hogares mexicanos. Son los hogares menos favorecidos donde se forma el ejército de reserva de las asociaciones criminales, que ahí reclutan a niños, adolescentes y jóvenes como halcones y sicarios.

Partamos de un primer cuadrante: Uno de los grandes negocios en México, es el mercado de bebidas embriagantes, siempre con una tendencia creciente. En 2019, las ventas de vinos y licores se incrementaron en volumen y valor. Sólo un dato ilustrativo: En víspera de las fiestas patrias, en la primera quincena de septiembre, el volumen de ventas creció 3 por ciento. En valor, 6 por ciento.

De algunos estados del país tenemos reportes de que adolescentes y jóvenes beneficiados con las becas de bienestar, al recibir su importe en efectivo, el primer gasto que hacen es en cervecerías o tiendas de barrio. No es, por supuesto, una conducta generalizada, pero representativa.

Desde el quinto grado de primaria hasta el bachillerato  

En el segundo cuadrante se presenta el fenómeno más doloroso y lacerante, que incide en la decadencia de la sociedad mexicana.

Tenemos en México una institución, Cultura Sanitaria, que se informa su Estrategia Nacional para la Prevención del Consumo de Bebidas Alcohólicas con base en trabajos de campo.

Uno de los reportes de resultados que tenemos a la vista, señala que el índice de prevalencia de consumo de alcohol en el quinto y sexto grado de primaria, es de 16.9 por ciento. En secundaria y bachillerato, de 53.2 por ciento. No se incluye el dato en Enseñanza Superior. Se los dejamos de tarea a la Secretaría de Educación Pública.

En las investigaciones sobre consumo de alcohol en esos segmentos de población estudiante, ocupan los primeros lugares la Ciudad de México y el estado de México que, juntos, concentran una población superior a los 26 millones de habitantes. Los datos consignados en el párrafo anterior, insistimos, afectan específicamente a la población estudiantil.

A las tiendas de conveniencia, lo que más conviene es la ganancia

Exploremos el territorio de la Ciudad de México. Desde que, en el primer sexenio del siglo XXI, se instituyó La economía de la tamalera, el área metropolitana -especialmente las zonas con más alta densidad demográfica-  se empezó a poblar de tendejones, pero, sobre todo, de las muy bien presentadas tiendas de conveniencia, cuyo control dominan dos franquicias de alcance nacional.

Citamos los segundos establecimientos, porque en sus estantes han aparecido dos nuevas presentaciones de alcohol -aguardiente y mezcal de dudosa elaboración; su efecto es el mismo-, cuyo atractivo es el precio, que ronda en los 10 pesos por anforita, equivalente a dos boletos del Metro. Los estantes se repletan por las mañanas. Para el mediodía, su inventario está agotado. Se proveen de nuevo. Al anochecer se agotó la existencia.

Que en esas tiendas se surtan los teporochos, se da por descontado. Pero los clientes más asiduos, sin embargo, son adolescentes y jóvenes que se identifican por sus uniformes escolares de secundaria, que prefieren esos venenos por su precio tan accesible, que permite, además, comprar la botanita.

Ahora compiten con el comercio establecido las bicichelas

Recorremos los suburbios de la Ciudad de México: Con la novedad de que ahora la atractiva oferta la hacen las bicichelas, que circulan libremente por las barriadas. Su mejor preparación son las frescas micheladas. ¡Órale, joven, afloja el cuerpo con 15 pesitos! Un sediento enjambre rodea los triciclos.

Antes de la primavera, se nos adelanta el verano: Por aquellos territorios observamos que, casualmente, cuando se inició la cuaresma, ahí apenas empiezan los carnavales, que se prolongan, mínimo, hasta el último día de abril: Vemos recorrer alegres, vistosas y sudorosas comparsas. Los contingentes son acompañados invariablemente por las bichecelas. Sus tripulantes y dependientes, dispuestos a “calmar la calor”, no alteran precios: La demanda les asegura las ganancias.

No es sólo el carnaval es motivo de fiesta en las zonas marginales: Está la interminable sucesión de santos patrones, a los que sería pecado no rendirles el merecido tributo: Más pachanga.

Por las mismas zonas vemos la intensa circulación de otros triciclos: Éstos ofrecen otros productos: El de menor precio es la mariguana.

El único interés son seis millones de nuevos votantes

Extendemos el paisaje a los municipios de oriente del estado de México: El mismo alegre, pero alarmante espectáculo. En ambas entidades, la venta y consumo de alcohol no tienen horario ni calendario. Ahí vemos practicar el juvenil perreo con mexicana alegría.

Ya tenemos en puerta las elecciones de 2021. Algunos partidos se preocupan por los jóvenes, sí: Por los seis millones que votarán por primera vez. Una parte de nuestra muy confiable cultura democrática. Es cuanto.

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