Voces del Periodista Diario

Rebatiña por el control del INE

Ruta México

Por Álvaro Aragón Ayala

La selección de cuatro nuevos miembros del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, se inicia en el peor de los mundos posibles. No es para menos: Los nuevos consejeros electorales actuarán en los comicios de medio término en 2021 y en la sucesión presidencial de 2024.

De entrada, en ese proceso, ayer mismo se registró la primera escaramuza en San Lázaro, a cuya cámara corresponde esa facultad. Representantes de los mismos partidos que “instituyeron” el sistema de cuotas y cuates, tanto en la cámara baja como en el Senado, cuando se trata de nombrar funcionarios de los órganos autónomos del Estado, ahora lo impugnan, curándose en salud hoy que la mayoría del pleno es dominada por la bancada de Morena.

En un primer escenario, en el interior del propio INE ha sido visible la división de los actuales consejeros cuando se trata de asignar comités y comisiones especializadas en funciones administrativas. Aleatoriamente, desde que se empezó a ventilar la nueva Ley de Remuneraciones de Funcionarios Públicos, una facción se fue “por la libre” a instancias jurisdiccionales para tratar de frenar el ordenamiento. (Ayer mismo, el tema salió a colación en San Lázaro.)

Colocando la carreta delante de los bueyes

En el escenario principal, San Lázaro, la propia Junta de Coordinación Política, al lanzar la convocatoria a los aspirantes a consejeros, le mete ruido al asunto con un cronograma confuso en el orden del procedimiento.

Se abre el calendario de inscripciones de postulantes, sin haberse constituido previamente el Comité Técnico de Evaluación. La apertura del registro se fija para el 18 de febrero. La autoridad evaluadora se elige el 26 para ser instalada hasta el 28. Obviamente, las bancadas opositoras tendrán su primer enfrentamiento con la mayoritaria, tratando hacerse de dicha instancia con la intención de incidir en el reparto de las cuatro plazas en disputa.

A Morena no le alcanza para la mayoría calificada

Es previsible, desde ahora, la judicialización de ese conflicto: Por ley, los consejeros de eligen por mayoría calificada. La LXIV Legislatura en San Lázaro se abrió con Morena como primera mayoría, que le permitió hacerse de la Junta de Coordinación Política y de la primera directiva del pleno. Su número, sin embargo, no le alcanza por si solo para los dos tercios que hacen la mayoría calificada, aún si cuenta con los votos de los grupos parlamentarios aliados.

De ello resulta que el pleno debe proceder primero a la votación de los aspirantes que hayan cumplido con los requisitos de la evaluación (31 de marzo). De no lograrse la mayoría calificada, en abril el segundo paso será la insaculación, Esto es, por sorteo. De no haber acuerdo, el tercer paso será llevar la solución definitiva a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que, por supuesto, no resolvería de inmediato.

Pero hay un tercer escenario: Los aspirantes que no queden satisfechos con resultados que les sean adversos, tienen el derecho de impugnar ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Se atraviesa el calendario para dar nuevas patentes partidarias

El cuarto escenario, finalmente, tiene que ver con los dictámenes a las solicitudes de registro de nuevos partidos nacionales, que se dará en un lapso, que ya está corriendo y se cierra el 30 de junio. No es de poca monta el asunto, el de saber si serán los consejeros en tesitura de relevo -que ya tienen intereses creado- o los nuevos que dispondrán de cuatro votos.

Otra vez, en ello estará latente la reacción de los grupos solicitantes que, de no obtener la patente, tienen el recurso de acudir al Tribunal electoral federal.

Tendremos, pues, material de sobra para la crónica del escándalo en San Lázaro, cuando estamos a escasos siete meses en que el INE abra el fuego para las elecciones de 2021.

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