Voces del Periodista Diario

Resignados a ser el patio trasero del imperio

El lecho de Procusto

Por Abraham García Ibarra

Crap argument (“argumentos de mierda”), son tipificados los criterios con los que los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá pretenden justificar sus políticas de trabajo, que legitiman la creación de empleos “a costa de paga ínfima”.

El gobierno de México se siente muy cómodo con gente viviendo en la pobreza”.

El mismo emisor de esas denuncias sostiene que el secretario de Comercio de los Estados Unidos, Wilbur Ross quiere que el contenido norteamericano en la producción de automóviles construidos en ese país, México y Canadá sea superior a 70 por ciento.

Ambas afirmaciones, en dos fechas recientes pero distintas, se dan en el marco de la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), cuyos tripartitas negociadores se cerraron a la posibilidad de que los temas de mano de obra y salarios fueran incluidos en la agenda.

Se trata de Jerry Dias, líder de Unifor, el sindicato más poderoso del sector automotriz privado de Canadá.

Para Dias, lo justo, al menos en la industria automotriz, sería igualar los sueldos de los trabajadores en los tres países. En los Estados Unidos y Canadá los obreros pueden adquirir los propios coches que fabrican. En México, ni en sueños.

“Las normas de origen”, según a quién convengan

Los bajos sueldos, que en México generan pobreza, en Canadá ha provocado la quiebra de fábricas automotrices, “porque es difícil competir con la mano de obra mexicana”, acusa el dirigente sindical citado.

Respecto de la posición del gringo Ross, Días lo identifica como defensor del fortalecimiento de “las normas de origen” para la industria automotriz, como una forma de recuperar lo que ha ganado ese sector desde Asia.

Insistió en que se necesitan estándares laborales mucho más fuertes en México para aumentar los salarios, “que están muy por debajo de los de los Estados Unidos y Canadá”.

La beligerancia del dirigente obrero canadiense se agiganta frente al sometido silencio de los dirigentes charros mexicanos, que ahora andan más activos en la grilla electorera de 2018 que en la defensa de los intereses de la clase trabajadora, dejados al designio de los negociadores encabezados por el secretario de Economía Ildefonso Guajardo.

Todo lo cual, confirma la tesis de que el gobierno mexicano se siente en su elemento actuando en el Patrio trasero del imperio. Es cuanto.

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