Voces del Periodista Diario

De cómo se “festeja” ahora la Revolución mexicana

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Desde Filomeno Mata 8

Por Mouris Salloum George (*)

Nada puede resultar más deprimente que, en el marco del 107 aniversario de la Revolución mexicana, uno encuentre noticias como las siguientes:

En Chihuahua, más de cuatro mil 500 indígenas tarahumaras han sido desplazados de sus tierras de origen por la incesante violencia generada en esa entidad por las pugnas entre los carteles de Sinaloa y Ciudad Juárez.

Investigaciones sobre la galopante criminalidad en México informan que, entre la población penitenciaria, cada vez es más alto el número de mujeres sujetas a proceso por delitos relacionados con el tráfico de drogas.

El pasado viernes, la relatora especial de la ONU para los Derechos de los Pueblos Indígenas, Victoria Tauli-Corpuz reveló que miembros los pueblos originarios de México, víctimas de la exclusión y discriminación, por la falta de desarrollo de sus comunidades se ven obligados a unirse al crimen organizado, o son torturados, desaparecidos o asesinados.

Otra información que no tiene desperdicio: En reciente comparecencia ante el foro La otra negociación: Un acuerdo para los pueblos, organizado por el Senado mexicano, el líder de la mayoritaria organización sindical de Canadá, Unifor, Jerry Dias acusó que la delegación mexicana que participa en la revisión del TLCAN, en todo momento ha frenado las propuestas de los gobiernos de su país y el de los Estados Unidos para que se eleven los salarios de los trabajadores mexicanos.

Aseguró el ponente que el nivel de vida de los trabajadores mexicanos es peor que hace 23 años. El salario en México es de apenas 80 pesos diarios, mientras que un obrero canadiense gana un promedio de 525 pesos por hora. Con eso está dicho todo.

El camino a la servidumbre

Revolución mexicana: De la lucha armada emanó la Constitución de 1917, de la que los tres Poderes de la Unión hacen todavía tema “celebrando” su centenario.

La carta fundamental consagró los Derechos Sociales de los mexicanos. Los constituyentes mexicanos, víctimas en carne propia o testigos de las despiadadas estructuras socioeconómicas profundizadas por la dictadura porfirista,   pretendieron una norma para desiguales.

Desde esta elevada convicción, los constituyentes delegaron en el Estado la misión de tutelar los derechos del eslabón más débil en las relaciones de producción: Los campesinos y los obreros.

Así lo hizo el Estado mexicano durante al menos seis décadas en que las políticas públicas compensatorias permitieron un largo periodo de estabilidad política.

Desde que la tecnocracia neoliberal reabrió la oscura caverna del porfirismo, la situación de la clase trabajadora dio un giro hacia el camino de la servidumbre.

Si el Tratado de Libre Comercio de América del Norte marcó hace 23 años la carta de navegación proclamando la abolición de la Justicia Social, el fáctico Pacto por México puso un letrero en el frontispicio de aquella caverna: Los que entréis aquí, perded toda esperanza.

Todos iguales, “poro unos más iguales que otros”

Vienen las elecciones generales de 2018. La óptica clientelar del gobierno tiene un favorito para intentar retener el voto duro en favor el PRI: Hace cinco meses, la Secretaría de Hacienda pactó con la FSTSE un incremento base para la burocracia de 5.7 por ciento, cuando para enero de 2017 a los trabajadores y empleados se les mantuvo anclados al tope por abajo del 4 por ciento.

Pero la generosidad de Hacienda no paró ahí: Para agosto pasado, autorizó un incremento del 18 por ciento únicamente para los empleados administrativos de la Secretaría de Salud: Mucho más de 300 por ciento que el otorgado a la clase trabajadora hace un año.

Tamaña concesión se explica porque el líder de la FSTSE, senador Joel Ayala Almeida tiene su base laboral de origen en el Sector Salud.

Como sea, los derrotados negociadores mexicanos en las rondas de revisión del TLCAN, anuncian nuevos horizontes comerciales, ofreciendo a quien quiera aceptarlas las ventajas comparativas de México: Una de ellas, la mano de obra cuasi esclava.

Será por eso que los altos cuadros de la burocracia gubernamental, en vez de presidir en Palacio Nacional la conmemoración del 107 aniversario de la Revolución, prefirieron hacerlo en circuito cerrado en el Campo Militar Marte, a buen recaudo de los comandantes de las Fuerzas Armadas mexicanas. Por algo será.

(*) Director General del Club de Periodistas de México.

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