Voces del Periodista Diario

Señores pasajeros: ¡Abróchense los cinturones!

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

Se ha encendido la alerta roja: Tiembla de nuevo la economía mundial a golpes especulativos con la producción y la inundación del mercado petrolero internacional.

El epicentro del terremoto está en los Estados Unidos: Una marejada de petróleo shale está erosionando los precios del crudo a tal grado que este fin de semana los gobiernos líderes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se instalaron en reunión de urgencia para salir al paso a ese ataque a las cotizaciones.

Donald Trump activó las tenazas en una doble operación: Al retirar a su país del Acuerdo Nuclear en cuyo centro está Irán y dictar nuevas sanciones económicas contra este país, concretamente en sus exportaciones petroleras.

La crisis se documenta con un dato de referencia: Hace unas semanas, el precio del Brent tuvo una recuperación hasta alcanzar 86 dólares el barril. Al abrirse las esclusas al shale el precio ha sufrido una pérdida del 17 por ciento.

La reacción de Arabia Saudita se ha manifestado en presión a la OPEP para que baje su producción y lograr en automático la vuelta a mejores precios.

Obviamente, en dichos movimientos, el efecto dominó afecta a la mezcla mexicana. México no tiene poder para revertir soberanamente ese fenómeno especulativo.

Los remesones del terremoto golpearán la nave de la cuarta transformación de la República.

Mandarriazo del Banco de México al mercado bursátil

Ese asunto se anota entre los factores externos que tienen a la economía mexicana prendida de alfileres.

En el interior, el Banco de México se ha erigido en detonante. Si nada ocurrió con la confirmada renuncia de uno de sus vicegobernadores, hoy se le metió fuego a la mecha corta de una bomba: El aumento a las tasas de interés de referencia hasta 8 por ciento.

Ipso facto, el mercado bursátil acusó el golpe: Su Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) perdió mil puntos al caer en la jornada más de 2 por ciento.

Vale la pena rescatar un dato, con alcance de un año: Aún antes de que se iniciaran las precampañas presidenciales el IPC empezó a congestionarse por la incertidumbre generada por la revisión del TLCAN.

Si lo ponemos en números absolutos, en 52 semanas el IPC ha caído a 41 mil 339 puntos desde un máximo de 51 mil 121. (Hablamos de casi 10 mil puntos de desplome.)

La carambola alcista del Banco de México golpeó ligeramente al peso que cerró la jornada 20.82 dólar libre. No hay que olvidar el dato de que, al asumir el poder Enrique Peña Nieto, el dólar fluctuaba en los 14 pesos. En los vaivenes de la campaña presidencial no estuvo a menos de 18.

Si tal es el entorno internacional y esos son los datos que desde antes de las campañas presidenciales configuraban un ambiente de incertidumbre, ¿por qué los hombres de negocios porfían en cargarle todos los muertos a un gobierno que aún no asume sus facultades ejecutivas?

Como dijo Juan Gabriel: Esa pregunta ni se pregunta. Es cuanto.

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