Voces del Periodista Diario

Sobre el testamento político de Enrique Peña Nieto

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

En su aciaga retirada de Los Pinos, Enrique Peña Nieto se está esforzando por reivindicar públicamente su imagen y su obra.  

Derecho legítimo del jefe de Gobierno y del Estado mexicano,  al que el constituyente nombra depositario único del “Supremo Poder Ejecutivo”, sin embargo Peña Nieto está confiando esa tarea mediática en sedicentes líderes de opinión, reputados por su también legítima resistencia a la opción de la izquierda  en el ejercicio del poder político.  

Si sigue en uso aquello de la geometría política, por lo que sabemos después de haber pasado por la calificación de la instancia jurisdiccional la calificación de la elección presidencial, la izquierda mexicana resultó victoriosa el 1 de julio. Incluso, uno de los magistrados electorales subrayó ese rasgo tipológico de la nueva realidad.

Después del 1 de julio, la mayoría de esos líderes de opinión ha rehusado treparse a la carroza triunfal y sostiene su línea crítica al vencedor en la revolución electoral revalidado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

De intelectuales orgánicos, mutantes y anexos

Los viejos intelectuales orgánicos, devenidos mutantes y anexos, velaron armas contra el comunismo. A sabor de la tecnocracia neoliberal en el poder, cambiaron el adjetivo para patentar el populismo. Son casi tres décadas de esa heroica brega.

Cuando Andrés Manuel López Obrador empezó a destacar en la escena política nacional  desde su nativo Tabasco, esos intelectuales le siguieron la huella y alguno lo bautizó como redentor tropical. Hacia 2006, ya suscribieron el alerta: Peligro para México.

Cumplida la conseja popular de la tercera es la vencida, la resultante es que esos censores de la izquierda resultaron derrotados en toda la línea.

Si, en el pecado se lleva la penitencia, esos críticos de derechas no parecen dispuestos a redimirla.

Cajas de resonancia y bocas de ganso dejaron de ser funcionales  

Ahora, Peña Nieto cree necesario hacer público su testamento político con la promoción de su sexto y último informe de Gobierno. El sexenio está marcado de luces y sombras. En el balance, el mexiquense considera que, en las circunstancias adversas, lo hizo bien. Muy su derecho.

En última lectura, lo que tenemos en esta hora, es que las oxidadas cajas de resonancia y las bocas de ganso en uso, dejaron de ser funcionales al “sistema”.

La prueba de ello, es que las estructuras corporativas de los hombres de negocios han dado señales de que asimilan la realidad política, reorientada por los resultados del 1 de julio y se acogen al llamado a la reconciliación.

Experiencias como las vividas en 2018, indican que si la dialéctica funciona, su hábitat natural es la Política. La contumacia no es la mejor consejera. Es cuanto.

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